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La basura también invade los móviles

El sector intenta autorregular los SMS no deseados mientras Industria tramita una orden ministerial

BLANCA SALVATIERRA

Los expertos definen los mensajes no solicitados o spam como la plaga digital de este siglo. Con la proliferación de los teléfonos móviles, el spam ha llegado también a los SMS con un mensaje del tipo: “Alguien que te conoce te ha enviado una canción. Para descargarla envía (…), te gustará y sabrás quién es”.

Si el usuario hace lo que se le indica, se encontrará con que se acaba de gastar más de un euro en un SMS Premium, no sabrá quién es el conocido y es posible que se haya suscrito a un servicio de alto coste. Cuando una empresa envía mensajes de este tipo de forma indiscriminada está practicando spam o enviando SMS basura. Como se mandan por miles, es probable que un número considerable de usuarios muerda el anzuelo.

Creación de un código ético

La Asociación de Empresas de Servicios a Móviles (AESAM) agrupa a las compañías que forman parte de un proyecto caracterizado por un código de conducta. En su web existe un buscador que, al introducir un número de SMS, muestra quién es su propietario y un teléfono fijo al que llamar para obligar a la empresa a borrar los datos del usuario.

El problema es que, si la empresa remitente no es miembro de la Asociación, el buscador no arrojará ningún resultado. Según Santiago Sebastián, director de Desarrollo de Movilisto, miembro de la AESAM, “el código por el que nos regimos supone un instrumento muy eficaz contra fraudes. En la medida en que logremos aunar al sector dentro de AESAM, lograremos que redunde en garantías para los clientes”.

A la espera de regulación

El Ministerio de Industria está tramitando una orden ministerial que pretende frenar las malas prácticas y que podría publicarse de forma inmediata. Quiere obligar a las empresas a identificarse e informar de los precios.

Según la asociación de consumidores Facua, esta información no es suficiente. Rubén Sánchez, su portavoz, mantiene que lo que se debería hacer es un registro público de las empresas y de sus números, para que el usuario sepa a quién puede denunciar si se siente estafado.

Esta asociación responsabiliza en última instancia a las operadoras, ya que son ellas las que se encargan de alquilar los números. Las compañías, por su parte, se muestran en contra de esta utilización de los SMS Premium.

Según Orange y Vodafone, en los contratos que firman con las empresas incluyen una cláusula por la que no se permite el envío de este tipo de SMS sin el consentimiento del usuario, amparándose en que, en el caso de hacerlo, pueden proceder a desconectarle. Movistar no ha querido
pronunciarse con respecto a este tema, y dice estar a la espera
de la publicación de la orden.

El Ministerio de Industria ha previsto que, si la empresa responsable no cumple las normas, la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) puede desconectarle.

El problema que se plantea es cómo evitar que los responsables contraten un nuevo número y cómo y con qué velocidad funcionará la desconexión. Otras medidas, a falta de las modificaciones definitivas de la CMT, son que los SMS Premium pasen de cuatro a cinco o seis cifras.

Los primeros dígitos indicarán el rango de precios y el tipo de servicio. El abonado también podrá, previa solicitud a su operador, impedir el envío de mensajes de coste superior a un SMS ordinario desde su móvil. Los números cortos de precio inferior a un euro comenzarán por 2, los servicios de suscripción por 3 y los servicios con contenidos para adultos por 89.

Precauciones ante este tipo de mensajes

1. SMS no solicitados. No hace falta haberse suscrito a ningún servicio para recibir publicidad de este tipo. Es posible que el anuncio sea aleatorio, y que el remitente no tenga su número almacenado. 

2. Remitente no conocido. No responda a los mensajes en los que no se indica quién lo envía, sobre todo si piden respuesta a través de un número corto. Es probable que después no pueda  contactar con la empresa para anular el servicio.

3. Suscripción a servicios. Son los más populares. Con una solicitud de alta, que en algunos casos no se advierte, el cliente recibe en su móvil lo que pidió por un precio módico. A partir de ese momento, la empresa comenzará a enviar SMS Premium al usuario que no requerirán de su  respuesta para ser facturados.

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