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Serbios y albano-kosovares evidencian que sus posiciones son antagónicas

EFE

Los líderes serbios y albano-kosovares evidenciaron hoy con sus declaraciones antes de su cuarta reunión "cara a cara" que sus posiciones sobre el futuro de Kosovo siguen siendo completamente antagónicas.

El calendario también se ha convertido en un factor de presión ya que se trata de encontrar una solución antes del próximo 10 de diciembre, fecha en la que vence el plazo de 120 días de este último esfuerzo negociador internacional.

Ambas delegaciones han enviado a representantes del máximo nivel: el equipo serbio está encabezado por el presidente del país, Boris Tadic, y el primer ministro, Vojislav Kostunica, mientras que los albano-kosovares están liderados por el presidente, Fatmir Sejdiu, y el jefe del gobierno, Agim Çeku.

El ministro de Exteriores de Serbia, Vuk Jeremic, dijo ante la prensa que "está claro que hoy es un día clave" y agregó que después de las reuniones de esta jornada se verá si se abre la vía para una solución de compromiso.

Jeremic precisó que su gobierno exige que cualquier solución se mantenga en el marco de la resolución 1244, adoptada en 1999 por el Consejo de Seguridad Naciones Unidas tras los bombardeos de la OTAN, que estipula una autonomía sustancial para Kosovo dentro de Serbia.

Además, los serbios rechazan cualquier intento de los albano-kosovares de adoptar medidas unilaterales, como una declaración de la independencia, señaló el ministro.

Por su parte, el líder opositor, ex guerrillero y miembro de la delegación albano-kosovar Hashim Thaci, reiteró que "la única solución es la independencia de Kosovo. Vamos a respetar la agenda internacional hasta el 10 de diciembre, pero inmediatamente después vamos a proclamar la independencia".

Agregó que esperan entonces "un reconocimiento cualitativo por parte de la comunidad internacional", en referencia a la esperanza de que el nuevo estado fuera reconocido por EEUU y otros importantes países occidentales.

Thaci recalcó que "no es asunto de ellos (de Serbia) decidir sobre el futuro de Kosovo, eso es asunto de Kosovo y de la comunidad internacional".

El mediador europeo, el alemán Wolfgang Ischinger, señaló hoy en unas declaraciones a la prensa antes de iniciar la primera reunión que "un poco de presión temporal puede ser sana".

"Sigo confiado en que podremos progresar al tiempo que avanzamos hacia el final de este proceso de negociación de 120 días", precisó el diplomático germano.

Además, calificó como "buena señal" que ambas partas hayan acudido hoy a estas negociaciones con delegaciones al máximo nivel.

El proceso se ve influido por la actual crisis de Bosnia, donde los serbios se oponen a unas reformas para centralizar el país por considerar que amenazan la abolición de su ente autónomo.

Serbia ha relacionado este conflicto con el proceso kosovar y lo ha utilizado como una forma de presión en el mismo.

Belgrado, que brindó apoyo abierto a los serbios de Bosnia en esa crisis, asegura que es inevitable vincular ambos temas, ya que "mientras Bosnia se centraliza y se quitan las competencias al ente serbio, a la vez se propone la independencia para Kosovo".

Las rondas de negociaciones anteriores se celebraron en los últimos dos meses en Nueva York, Bruselas y Viena, sin que las dos partes acercaran sus posiciones, que siguen diametralmente opuestas.

La "troika" internacional, formada por la Unión Europea, EEUU y Rusia, quiere aumentar el ritmo de las negociaciones hasta el 10 de diciembre, fecha en la que debe presentar al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, un informe con los resultados de las mismas.

El actual ciclo negociador, iniciado en agosto, tras fracasar por el rechazo ruso en el Consejo de Seguridad la aprobación de un plan que otorgaba a Kosovo una independencia tutelada, es considerado crucial para la determinación del futuro de esa provincia.

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