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Activistas desafían a la Iglesia al pedir la legalización del matrimonio homosexual

EFE

Un grupo de activistas rusos ha desafiado a la todopoderosa Iglesia Ortodoxa Rusa al pedir la legalización del matrimonio homosexual y el derecho de las minorías sexuales a la adopción.

"Para millones de rusos sería un importante y simbólico gesto político que reflejaría la tolerancia del Estado hacia la orientación sexual de sus ciudadanos", señala la declaración del "Grupo juvenil de defensa de los derechos humanos" (GJDDH).

Los activistas se han dirigido al Parlamento de la república de Karelia, limítrofe con Finlandia, con el fin de sentar un precedente legal que ponga fin a la discriminación de las minorías sexuales.

La oficina de prensa del legislativo de Karelia ha anunciado que considerará la petición, aunque pocos son los que creen que la iniciativa llegue a ser debatida en la Cámara.

Por de pronto, el Parlamento se ha curado en salud al afirmar que nunca han recibido ninguna queja de que en la república se hayan violado los derechos de las minoría sexuales.

En marzo de 2006 el legislativo de esta región respaldó la decisión del alcalde de Moscú, Yuri Luzhkov, de prohibir desfiles de "orgullo gay", al considerar que "ofenden los valores morales y religiosos de los ciudadanos".

El presidente de GJDH, Maxim Efimov, propone una nueva formulación jurídica de la institución del matrimonio como una "unión entre ciudadanos" y no como una "unión entre un hombre y una mujer".

"La orientación sexual no se elige. Es la naturaleza y sociedad la que los hace diferentes. Homosexuales, lesbianas y transexuales también son ciudadanos", señala.

Efimov considera que es urgente reparar la injusticia para que los dos miembros de una pareja homosexual "pueden heredar y repartirse los bienes en caso de separación".

"También podrían adoptar niños y tendrían más posibilidades de obtener créditos e hipotecas", apuntó.

El grupo recuerda que en Rusia "existe un gran número de huérfanos que necesitan padres y no es tan importante si estos son dos padres o dos madres".

Al tiempo que proclama la necesidad de lanzar una "revolución homosexual" en Rusia, Efimov denuncia la indiferencia de muchos funcionarios que son abiertamente homosexuales y que no hacen nada para proteger los derechos de las minorías.

El grupo también ha instado al legislativo de Karelia a introducir una enmienda al Código Penal con el fin de que tipifique como delito la discriminación de las minorías sexuales.

La organización rusa "Por los derechos humanos", una de las más críticas con la discriminación de las minoría sexuales, no es muy optimista.

"La iniciativa es prematura. La sociedad rusa aún no está preparada para los matrimonios homosexuales", dijo a Efe Yevgueni Ijlov, director de información del grupo.

El activista cree que "serán necesarios muchos años para que los políticos se atrevan a debatir públicamente ese tema".

De la misma opinión es Ed Mishin, director de la revista "KVIR", la única dirigida a la comunidad homosexual en Rusia y que tiene una tirada de 35.000 ejemplares.

En 2003 un diputado por Bashkiria, Eduar Murzin, ya presentó una enmienda al código familiar, primero ante el Parlamento de esa república y después ante la Duma o cámara de diputados de Rusia.

Al obtener una negativa por respuesta en ambos casos, el diputado apeló al Tribunal Europeo de Estrasburgo para que declarara la legislación rusa contraria a la Convención Internacional de Derechos Humanos.

En mayo de 2006 la primera manifestación gay de la historia de Rusia, que había sido prohibida por el ayuntamiento de Moscú, acabó en una batalla campal en la que los homosexuales fueron agredidos por nacionalistas e integristas ortodoxos.

La Iglesia Ortodoxa, cuyo peso en la sociedad ha aumentado notablemente desde la llegada de Vladímir Putin al Kremlin, considera un "sacrilegio" la propaganda homosexual.

Mientras, los musulmanes rusos creen que "la sexualidad alternativa es un crimen" contra Dios y que las minorías sexuales "no tienen derechos".

Hasta el 27 de mayo de 1993 no fue abolido el artículo 121 del código penal de Rusia que sancionaba con penas de cárcel las prácticas homosexuales.

Ese mismo año también la psiquiatría oficial dejó de considerar la homosexualidad como una enfermedad mental.

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