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¿Tiene sentido un boicot a los Juegos Olímpicos?

Diversas personalidades del mundo del deporte y la política opinan sobre si es conveniente o no boicotear la cita de Pekín.

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Jaime Lissavetzky, secretario de Estado para el Deporte, indica que “nos preocupa mucho la situación de los derechos humanos en China, pero consideramos que un boicot sería perjudicial. Precisamente los Juegos son una excelente oportunidad de apertura al mundo para China. En cualquier caso, la decisión es del Ministerio de Asuntos Exteriores”. La postura contraria al boicot de Jaime Lissavetzky fue consensuada además en la reciente reunión de ministros europeos del Deporte celebrada en Eslovenia.

“Como seleccionador debo decir que nuestra única preocupación debe ser llegar a competir en las mejores condiciones posibles”, señala Pepu Hernández, seleccionador español de baloncesto. “Los Juegos se otorgaron a Pekín. Ya es tarde. Ahora, a competir”.“Si se me pregunta mi opinión a nivel personal, yo trato siempre de diferenciar el deporte de la política. Es difícil pero trato de ser coherente. Lo deseable es que en China se dieran otras condiciones, pero no vivimos en unmundo ideal”.

La mediofondista vallisoletana Mayte Martínez, medalla de bronce en los 800 metros de los pasados Mundiales, afirma que estamos ante un asunto muy complejo. “Es muy difícil posicionarse, pero lo que está claro es que un boicot perjudica a los deportistas. Los ciudadanos de China sufren una situación política delicada: carecen de una buena democracia. Sin embargo, el boicot sería muy triste porque esta competición sólo se da cada cuatro años. Si los Juegos fueran todos los años ...”.

A la ex diputada de IU Montserrat Muñoz le suena “raro” que se intenten ligar estos juegos con la situación en el Tíbet. “Se podría haber discutido hace tiempo si China era un país adecuado. El tema de derechos humanos en el Tíbet no es sólo de ahora”. Sí cree, no obstante, que el acontecimiento deportivo podría aprovecharse para exigir a Pekín que elimine “sus faltas evidentes de respeto a los derechos humanos”. Recuerda que en EEUU, donde existe la pena de muerte, se han celebrado también Juegos Olímpicos.

Gustavo de Arístegui, portavoz del PP en la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso durante la pasada legislatura, cree que no debe mezclarse el respeto a los derechos humanos con el tema del “espíritu olímpico”. No se muestra partidario de entrar “en la dimensión de los boicots”, algo que nos trasladaría al Moscú de los ochenta. “El respeto  los derechos humanos es innegociable, pero no es sensato ni responsable mezclar las dos cosas”, dice, en relación a los boicots. Cree que los Juegos son “paz y entendimiento”.

Elena Valenciano, secretaria de Relaciones Internacionales del PSOE, cree que un boicot no tendría utilidad “ni en términos de presión ni en términos de conseguir mejoras para el pueblo chino y tibetano. Los Juegos Olímpicos siempre han estado por encima de esas coyunturas”. Mantiene que la cita olímpica es útil para “poner el foco” en la situación, en el conflicto, algo que “puede servir para que se inicie en su día un diálogo entre el Dalai Lama y las autoridades chinas”. Reitera su condena a la violencia.

Con su flamante medalla de bronce en los 1.500 metros de los pasados Mundiales de Valencia, Juan Carlos Higuero ya piensa en la final olímpica. “Un boicot sería excesivo porque sólo tenemos una oportunidad olímpica cada cuatro años. Si esto fueran unos Mundiales, sería otra cosa. Sería muy fuerte, pero ahí sí se podría plantear un boicot”. El atleta de Aranda de Duero (Burgos) no es partidario de mezclar política y deporte. “Ahora, lo importante es que los países del G-8 garanticen la seguridad en Pekín”.

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