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El obispado dice que la expulsión de la lesbiana se ajusta al derecho canónico

Afirma que no es legítimo interpretar la expulsión de María Rey de una hermandad religiosa desde conceptos ajenos a la fe católica

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El Obispado de Ciudad Real ha asegurado hoy que la expulsión de María Rey -una mujer lesbiana que se casó con su compañera sentimental y fue expulsada de una hermandad religiosa- se ajusta al derecho canónico y no es legítimo interpretarla desde conceptos civiles ajenos a la fe católica.

En una nota de prensa hecha pública hoy, el Arzobispado explica que este conflicto debe resolverse dentro del ámbito del mismo derecho canónico en sus distintas instancias: Hermandad, Parroquia, Diócesis o, en su caso, los tribunales generales de la Iglesia Romana.

María Rey Nieto fue expulsada de la Hermandad de la Virgen de la Encarnación de Abenójar (Ciudad Real) por considerar que su conducta ha sido 'manifiestamente escandalosa' al contraer matrimonio con su compañera.

Hace unos días Rey anunció que había presentado una denuncia contra el obispo de Ciudad Real, Antonio Algora, por un presunto delito de coacciones. Según el Obispado, las Cofradías y Hermandades de fieles católicos se rigen por un estatuto marco dado para toda la Diócesis por el obispo diocesano, y que, convenientemente adaptado a las circunstancias de cada Hermandad o Cofradía, es aprobado en Asamblea General de hermanos y, posteriormente, ratificado por el obispo.

Al depender las Hermandades y Cofradías de la Iglesia Católica, los hermanos tienen que ser católicos bautizados, en plena comunión con la Iglesia, que aceptan libremente los compromisos derivados de su fe, y que se recogen en sus correspondientes estatutos.En el caso de la no aceptación pública y explícita, con palabras o con hechos por parte de algún hermano de los estatutos y de las leyes generales del Derecho Canónico, el conflicto debe resolverse dentro del ámbito del mismo.

Los estatutos de la Hermandad de la Virgen de la Encarnación de la parroquia de Abenójar, recuerda, fueron aprobados el 20 de abril de 1985 y sus contenidos están expresados en el lenguaje propio del Derecho Canónico y no es legítimo interpretarlos desde conceptos civiles ajenos a la fe católica. El Obispado de Ciudad Real agradece al sacerdote del municipio, Álvaro González, a la Junta Gestora y al resto de la Hermandad de la Virgen de la Encarnación, de Abenójar, así como al pueblo en general, la normalidad con que han sabido preparar y realizar los actos en honor de su patrona, a pesar de las dificultades.

Asimismo anima a todos los fieles católicos a mantener su fidelidad a la Iglesia defendiéndola 'de los injustos ataques que periódicamente se siguen sucediendo'.

En este sentido asegura que 'la experiencia de dos mil años de vida cristiana nos asegura que quien sinceramente acepta y ama a Nuestro Señor Jesucristo, a la Virgen, Madre de Dios y Madre nuestra, y a los Santos, sus testigos, ama también a la Iglesia, que, por mandato del Señor, nos da la vida de hijos de Dios en el bautismo y sigue cuidando nuestra vida cristiana con los sacrametos, la fe y la moral católica'.

Por último, pide 'a los hombres y mujeres de buena voluntad que no comparten nuestra fe ni nuestras costumbres, que se unan a nuestro esfuerzo para que podamos respetarnos y convivir en paz'.

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