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"No seré candidato a las elecciones en 2011"

MARÍA JESÚS GÜEMES

Miguel Sanz es presidente del Gobierno de Navarra desde 1996. Durante la pasada legislatura fue una de las personas que se mostró más disconforme con el proceso iniciado por José Luis Rodríguez Zapatero al considerar que la Comunidad Foral estaba siendo 'moneda de cambio en la negociación con ETA'. En las elecciones de 2007 alertó sobre el peligro de que los socialistas pactaran con los nacionalistas para el futuro de su tierra. Pero, al final, el candidato de UPN - la marca del PP entre los navarros- fue elegido por cuarta vez al obtener la mayoría simple que requería gracias a los votos en blanco del PSN.

¿Tras el último atentado de ETA cree que urge un pacto antiterrorista con el PSOE y con el resto de fuerzas políticas?

Creo que exige un pacto fundamentalmente entre los dos grandes partidos y ojalá se unan otras fuerzas políticas. Ojalá. Pero pienso que es imprescindible que ese gran pacto sea entre PP y PSOE porque a ETA hay que combatirla, primero, a través de la eficacia policial y, después,de la iniciativa legislativa y eso exige el consenso de los dos grandes partidos.
¿El PNV podría suscribir ese acuerdo?

Lo veo muy difícil porque el PNV es el único partido en el mundo que no ha modificado ni un ápice sus objetivos políticos en sus ciento y pico años de existencia. Todos los partidos en España han evolucionado pero el PNV sigue teniendo entre sus objetivos, como una música permanentemente cansina, la territorialidad para integrar Navarra en su proyecto político y la independencia. Los dos conceptos que le sirvieron a Sabino Arana para fundar el PNV.

La ponencia política del PP dice que el PNV ha contagiado al resto de los nacionalismos en España. ¿Comparte la tesis de sus socios?

Pienso que hay diferencias entre unos nacionalismos y otros. Por ejemplo, el nacionalismo canario no es lo mismo que el vasco. Y este último es distinto -aunque pueda tener mayor similitud- al del Bloque Nacionalista Galego. No es lo mismo, ni muchísimo menos. Algunos nacionalismos no tienen su ideología unida a un grupo terrorista. Aunque ETA sea un fenómeno que nos hace sufrir a todos los españoles, tiene su origen en la Comunidad Autónoma vasca y argumenta sus crímenes y asesinatos precisamente en que quiere conseguir la territorialidad y la independencia. Es decir los dos objetivos que, sin utilizar las armas, defiende el PNV. Y eso no ocurre en Catalunya donde afortunadamente desapareció Terra Lliure. Todos los principios pueden ser defendidos desde la libertad si no se utilizan procedimientos bastardos.En la reunión entre Zapatero e Ibarretxe, el lehendakari volverá sobre la creación de un órgano común entre Euskadi y Navarra.

Sé que usted se opone a ello pero, según el estatuto navarro, ¿no es legal?

No. Según la Ley Orgánica de Reintegración y Amejoramiento del Régimen Foral de Navarra no es legítimo ni constitucional que el presidente de una comunidad se permita hacer un planteamiento de carácter institucional que afecta a una comunidad donde él no tiene ninguna competencia, ni ninguna legitimidad porque ningún ciudadano navarro le ha votado. Otra cosa es que él haga pronunciamientos sobre Navarra como dirigente del PNV. Así si puede hacer los planteamientos que considere oportunos pero como lehendakari no. Con ello lo único que hace es expresar su deslealtad institucional hacia una comunidad que ha demostrado tener tanta capacidad de autogobierno y de gestión como la suya.

Desde UPN han dicho que Ibarretxe era un fanático.

Es que al final uno no encuentra otro calificativo. Porque uno no puede estar proclamando permanentemente que dejen a la decisión de los ciudadanos vascos su futuro y que él no deje a los navarros el suyo. El futuro de los navarros lo tienen que decidir los navarros y usted no se meta. ¡Usted no es navarro!¿Ha dicho que, en cualquier caso, lo tramitará como una ley por el Parlamento vasco?Es que hay cuestiones sobre las que el Parlamento Vasco no está legitimado. La soberanía del País Vasco es una decisión que deben tomar todos los españoles y no sólo ellos.

¿Se ha planteado usted una reforma del estatuto navarro?

Lo único que soy partidario de suprimir es la disposición transitoria cuarta de la Constitución y, por ende, la adicional segunda de la Ley de Amejoramiento, que es la que permitiría en un momento dado, - a través de un procedimiento bastante complejo de iniciativa parlamentaria, mayoría absoluta y referéndum- la integración de Navarra en Euskadi. Soy partidario de eliminarla. Pero previamente, como digo, hay que modificar la Constitución.

Y ahora que Zapatero piensa emprender una reforma constitucional ¿se lo va usted a solicitar de nuevo?

Sí lo he hecho muchas veces porque creo que la supresión de la disposición transitoria cuarta es un grito permanente y mayoritario en Navarra. Los navarros no quieren tener sobre sus cabezas esa espada de Damocles.

¿Hay consenso con el PP sobre este tema?

El PP siempre apoyará la supresión de la disposición transitoria cuarta. Lo ha manifestado públicamente. Incluso el PSOE asumió, en su día, el informe que solicitó al Consejo de Estado sobre las reformas constitucionales. En dicho documento se señalaba que ésta podía decaer por sí misma en el supuesto de que al modificarse la Constitución se integrarán los nombres de todas las Comunidades Autónomas.

Pero Rajoy, a veces, ha sido confuso al referirse a este tema...

Rajoy lo ha dicho públicamente y lo llevó al Parlamento. Otra cosa es que esto de la disposición transitoria cuarta, a los políticos de Madrid, les suene muy complicado...
Volviendo a la reunión

¿Cree que Zapatero debería haber recibido a Rajoy antes que a Ibarretxe?

Yo creo que sí. Me habría parecido lógico y razonable que hubiese recibido antes a Rajoy. Sinceramente. Y es que, además, me ha extrañado porque en la campaña electoral, tanto uno como otro, se comprometieron a reunirse y tratar de alcanzar consensos básicos sobre cuestiones transcendentales.
En el debate de investidura le pidió usted a Rajoy que se abstuviera y no votara contra Zapatero. ¿Era la forma de agradecerle a los socialistas que hicieran lo propio en Navarra?
No. Sé que algunos hicieron esa interpretación. Pero no es verdad. Cuando lo comenté yo ya sabía lo que iba a hacer el PP y los diputados de UPN en el Congreso iban a cumplir la disciplina de voto.

Lo que quería decir es que la abstención podía servir de muestra, ante todos los españoles, de que el PP estaba por la labor de alcanzar consensos en acuerdos básicos y que aceptaba que el PSOE había ganado las elecciones. Además era la forma de cumplir con el mensaje que los ciudadanos habían transmitido, tanto al PP como al PSOE, de que quien gobernara no estuviera supeditado por los nacionalismos periféricos.

Pero Rajoy se negó.

Creo que Rajoy no estaba en desacuerdo y llegó a barajar la posibilidad porque me dijo que en cualquier caso lo que sí me garantizaba es que iba a hacer un discurso orientado en ese sentido. Sin embargo el voto hay que escenificarlo y la oposición siempre había votado en contra.

¿Cómo está usted viviendo la última crisis del PP?

Yo entiendo que María San Gil, que sufre los embates y presiones del nacionalismo, no esté de acuerdo con que se flexibilice la postura del PP. Pero, por otro lado, también comprendo a quienes piensan que en política tan importante como las ideas, quizá menos, son las estrategias. Yo pienso que es posible compatibilizar la defensa de los principios y de los valores con una estrategia inteligente. Yo soy un liberal recalcitrante y un gran defensor del fuero y no he renunciado nunca a mis principios. Pero eso no implica que no sea un hombre dialogante, que no me guste alcanzar acuerdos. Por eso si al final resulta que los planteamientos que defiende San Gil no nos dan los réditos electorales pertinentes habrá que ver cómo se puede liderar ese proyecto con ella con otra estrategia diferente.

¿Cuál es la estrategia recomendable?

Por ejemplo, en Catalunya, una comunidad de renta alta, el PP no puede tener los escasos resultados que tiene. Algo falla. No puedes poner el acento de tu mensaje en el catalán y en el español. En vez de hablar de la lengua, bajo mi punto de vista, en Catalunya, hay que hablar de economía. Porque siempre se ha dicho que Barcelona es bona si la bolsa sona. Por ahí hay que tirar.

Después del 9-M le pidió usted a Rajoy que le diera al PP una imagen de centro.

Claro. Y en el País Vasco el discurso contra el terrorismo es transcendental y tiene que ser el referente pero no exclusivo. Hay que presentar un proyecto político que englobe al desarrollo económico, a la libertad, a la salud, al bienestar social... No hace falta acercarse a los nacionalistas para definir estrategias diferentes. Lo que hace falta en un momento determinado es entrar en su ámbito para hacerles ver que sus objetivos no son la panacea para garantizar el bienestar de los ciudadanos.

Entonces ¿San Gil se equivoca o no?

Le otorgo el beneficio de la duda porque María es un referente fundamental en el PP. A pesar de que seguimos sin conocer exactamente las razones por las que duda de Rajoy porque en su comparecencia no terminó de disiparlas. Sería bueno conocer el proyecto político del PP vasco para mejorar los resultados electorales en esa Comunidad Autónoma.

¿Ve a Mayor Oreja conspirando contra Rajoy?

No veo a Mayor Oreja de conspirador. Creo que para ello hay que tener una cierta habilidad y agilidad... Yo a él le veo muy coherente y firme en sus principios y un hombre de partido total. Por lo tanto no creo que Mayor Oreja conspire para hacer daño al PP, ni muchísimo menos.

UPN es un partido asambleario ¿Qué le parece lo de las primarias para el PP?

A mí todo lo que sea democracia y libertad me gusta pero creo que hay otros instrumentos para garantizar ambas características sin necesidad de primarias. Por ejemplo, reducir o no exigir avales...


Todo este debate proviene del 'dedazo' de Aznar sobre Rajoy....
Claro. A mí me da la sensación de que en los partidos hay que descartar la idea de la sucesión. Es algo que ligo a los regímenes monárquicos pero no a las instituciones orgánicas y a los partidos políticos. Estos últimos no tienen porque tener sucesores. En todo caso serán sustitutos porque en un momento determinado a un líder le sustituye otro. Por eso yo siempre digo que ni quiero, ni debo, ni puedo hablar de sucesor. Cuando yo me vaya del gobierno, al finalizar esta legislatura el candidato lo elegirá la asamblea y lo votarán todos.

¿No se presentará a las elecciones de 2011?

No, no voy a ser otra vez candidato. Yo pienso que la política es cíclica y yo ya he cumplido en el Gobierno. Eso sí siempre seré de UPN y estaré donde diga el partido.

Por cierto, ¿teme que el debate interno que viven los conservadores les salpique?

No.

¿No puede haber un replanteamiento de su colaboración en función de lo que ocurra o de quién salga elegido en el Congreso de junio?

No creo que nos afecte porque hay una trayectoria histórica importante. Desde que en los noventa firmamos el acuerdo político de colaboración institucional entre UPN y el PP no ha habido ninguna discrepancia, ningún sobresalto. Ha habido lealtad y autonomía de los dos partidos a la hora de adoptar decisiones y por tanto, no veo que haya un cambio de rumbo.

¿Eso significa que a ustedes les da igual que esté Rajoy o Aguire para mantener el acuerdo?

Sí, yo creo que se mantendrá el acuerdo. Esa es mi esperanza...

Hablar de Esperanza en estos momentos se puede malinterpretar... Usted es buen amigo suyo ¿no?

Sí, sí. Bueno, soy amigo de Aguirre, de Gallardón. A mí Alberto Ruiz Gallardón me gusta muchísimo.

¿Eso qué significa? Mire que ahora todo tiene otra lectura...

No, pero Aguirre también me parece una gran gestora. Eso no significa más que una cosa: que soy respetuoso con las decisiones que adopte el PP porque si no estaría siendo injusto cuando yo exijo respeto a las de UPN.

¿Por qué no le ha mostrado aún su respaldo público a Rajoy?

No me he pronunciado por lo mismo que le venía diciendo. Porque no soy compromisario y no tengo por qué opinar sobre lo que haga el PP. Es su partido. Y yo no podría hablar mal de Rajoy aunque internamente pueda estar en disconformidad con algunas de sus decisiones. Pero no las haré públicas porque no me corresponde a mí.

¿Considera que Navarra ha dejado de ser ya moneda de cambio?

El tiempo ha demostrado que Navarra estaba en la mesa de negociación del llamado proceso [de paz] y que era la moneda de cambio. Lo he dicho en numerosas ocasiones porque, a mi juicio, el presidente del Gobierno no estaba respondiendo a los requerimientos que le estabamos haciendo desde Navarra donde le pedíamos que nos informara de lo ibamos conociendo a través de los medios de comunicación. Y con ello se generó un clima social muy duro en contra del proceso y en contra de la actitud de Zapatero.

¿La actitud de Zapatero ha cambiado?

Sí, indudablemente. Primero ya no existe proceso. Y, segundo, las manifestaciones de Zapatero son absolutamente diferentes ahora. A mí me ha parecido muy acertada la respuesta que el presidente del Gobierno ha dicho que le va a dar a Ibarretxe cuando se vean. Eso antes no ocurría. No conocíamos esas declaraciones. Además ahora hay un contacto directo entre nosotros.

¿Y ahora, después de unos años de tanta crispación, se declaran ustedes leales al Gobierno?

Siempre. Es que la lealtad al gobierno siempre ha existido. Con la de gobiernos que ha habido en Navarra y en España y jamás habíamos tenido un problema. El proceso es el que emponzoñó toda la historia.

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