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El rico empresario que llevó a Aznar a Valencia

Dionisio Gutiérrez es el magnate guatemalteco que fletó el vuelo del ex presidente al congreso del PP. El líder de FAES anuló el billete que había comprado por la 'insistencia' de su amigo.

JUANMA ROMERO

Fue en la segunda jornada del XVI Congreso, el cónclave en el que Génova oficializó la derrota del aznarismo en el PP. El pasado sábado. El día en el que el pleno escuchó la acometida del ex presidente del Gobierno contra Mariano Rajoy. Sus palabras corrieron como la pólvora en boca de dirigentes, periodistas y compromisarios. Pero no sólo fue eso.

Justo después de la alocución de José María Aznar, se extendió un cotilleo de en principio menor fuste: el ex presidente había volado al congreso de Valencia en la tarde del viernes a bordo de un jet privado de un rico empresario guatemalteco. La noticia se confirmó. Hubo foto y la publicó el domingo el diario Levante.

Lo que no se reveló en ningún momento fue la identidad del magnate americano. Público la ha descubierto. Es Dionisio Gutiérrez, copresidente del gigante Corporación Multi-Inversiones (CMI) y director y presentador del programa de televisión Libre encuentro.

Nacida en los años 1920, CMI tiene como división principal Pollo Campero, una cadena de restaurantes de comida rápida asociado en España con Telepizza, con quien comparte dos tiendas en la capital.

Gutiérrez voló a Madrid la semana pasada en su avión Grumman, matrícula N-502-GM. Lo hizo para “atender cuestiones empresariales”, explica Eduardo Toriello, portavoz de CMI. Y también para visitar a su “gran amigo” Aznar y seguir de cerca los trabajos de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), el think tank que éste lidera desde 2004. Gutiérrez comentó al ex presidente que quería pasarse por el congreso del PP y que además preveía visitar la capital del Turia para “aprender de la excelente experiencia inmobiliaria de la Comunidad Valenciana” y exportarla a CMI, una de cuyas divisiones, Multi Proyectos, se dedica precisamente a la construcción de centros comerciales y complejos de viviendas y oficinas.

Fuentes de FAES precisan a Público que Aznar ya había reservado su billete de ida y vuelta en una línea aérea regular –“como siempre viaja”– en marzo, cuando Rajoy anunció las fechas y el lugar del congreso. “Fue ya el jueves cuando Gutiérrez pidió una y otra vez al ex presidente que le acompañara a Valencia en su avión. Ante la insistencia, cedió y canceló su billete. Después, el empresario acudió como invitado al congreso. No le damos al hecho mayor trascendencia”.

Nada se entiende, en efecto, si no se hace historia de la relación de “profunda amistad” de Aznar y Gutiérrez. Ambos se conocieron en 2005, cuando el ex presidente viajó a Guatemala invitado por la universidad privada Francisco Marroquin. Gutiérrez, como miembro del Comité de Fiduciarios de la institución, acudió a la conferencia. “Al instante cuajó una simpatía mutua, basada en intereses académicos”, relata Toriello. Y es que el magnate, licenciado en Teología, estaba en aquel 2005 preparando su tesis en Ciencias Políticas.

Gutiérrez pronto trasladó la sintonía personal a los platós de televisión. Llevó a Aznar en julio de ese año a Libre encuentro. Y lo invitó en otras dos ocasiones más, en diciembre de 2006 y en noviembre de 2007, coincidiendo con visitas del ex presidente a Guatemala. En la última, Gutiérrez alabó a Aznar por haber dado vida al “milagro económico español” y por “crear líderes jóvenes” en América Latina a través de FAES. También compartió con el ex presidente su “inquietud” por el “enorme retroceso político” de la región.

Aznar ha podido comprobar el poderío económico de su amigo. Ha estado como mínimo una vez en la mansión del multimillonario y, según afirman fuentes solventes, ha viajado en más ocasiones en su jet. A fin de cuentas, Gutiérrez lidera una potentísima compañía con 32.000 empleados, implantada en tres continentes. Él mismo es visto uno de los cien empresarios más importantes de Latinoamérica, según el examen de la revista costarricense Summa en 2006.

Desde CMI no niegan su capacidad de influencia. “Dionisio es un empresario atípico que cree que debe aportar desarrollo al país. Por eso trae la actualidad a su programa desde hace 15 años”, arguye Toriello. El portavoz niega las acusaciones de fraude y de golpista que le han caído. “Él suena como el eterno candidato a presidente de Guatemala, pero nunca lo ha sido. No hace política. Sí participó de forma destacada en el movimiento cívico que tumbó al presidente Jorge Serrano Elías”. El líder de la izquierdista Alianza Nueva Nación, Pablo Monsanto, le tacha de “capo de la mafia”. No ahorra adjetivos: “Tiene capturado el Estado, financia dos partidos de derechas y es uno de los grandes evasores del fisco de este país”.

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