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El congreso de CDC se reafirmará en el derecho a decidir

Pese a seguir en la oposición, Mas afronta un cónclave tranquilo e integrará a todos los sectores 

FERRAN CASAS

Convergència está en la cuenta atrás de su decimoquinto congreso, que se celebrará este fin de semana y afirmará la apuesta de la formación nacionalista por el “derecho a decidir”. Este viernes la dirección debatía con las bases centenares de enmiendas presentadas. Algunas de ellas, que se intentan desactivar, van más allá y apuestan directamente por escorar el partido que fundó Jordi Pujol, y que es el de referencia de la federación CiU, hacia tesis independentistas.

En todo caso, el congreso se prevé tranquilo. Sin noticias, como les gusta decir a Artur Mas y Felip Puig, que serán confirmados como secretario general y secretario general adjunto respectivamente por los más de 2000 delegados acreditados.

El 20 de noviembre del año pasado, poco después de cumplirse el primer año de su segundo intento frustrado de presidir la Generalitat pese a ganar las elecciones, Mas lanzó su proyecto de refundación del catalanismo. Lo croncretó en una Casa Grande para albergar a todos los catalanistas (singularmente a los descontentos con el gobierno tripartito) y en la apuesta por el derecho a decidir. La principal ponencia del congreso, que coordina el diputado Quico Homs –de la máxima confianza de Mas– lo solemniza.

Eso sí, siempre y cuando se ejerza desde el consenso. De momento, nada de derecho a decidir sobre si Catalunya debe o no tener Estado. CDC entiende que debe aplicarse a asuntos como la financiación autonómica, las infraestructuras o la defensa del Estatuto si el TC lo recorta.

Según fuentes del partido, el Estado autonómico ha dado de sí lo que debía “y eso se hace más patente ahora porque la inoperancia del tripartito deja a la vista las limitaciones”.

Mas insistió en la idea de que el congreso es para “sumar esfuerzos” en pro de un proyecto “sólido” entorno a la Casa Grande del catalanismo. Aseguró que el congreso incidirá “más en las ideas que en la ideología”. Pero no parece que la cúpula convergente esté por concretar demasiadas propuestas a dos años vista de las próximas autonómicas.

Algunos, como el principal cargo institucional del partido, el alcalde de Sant Cugat, Lluís Recorder, pretendían que del congreso saliera un manifiesto programático que fijara posición en temas como la educación, las libertades individuales o las grandes infraestructuras.

En un partido donde las discrepancias se susurran, nadie cuestiona a Mas pero algunos le diagnostican “desgaste”. Recoder, que siempre se alineó con el sector más moderado del partido, lidera una tendencia que la dirección ve “circunstancial” y en clave congresual. Se le han sumado dirigentes que encarnan el alma más progresista y sobernista de CDC, como los diputados Carles Campuzano o Josep Rull. Como marca la tradición de la casa a todos se les dará asiento en la nueva ejecutiva, que también contará con el resto de alcaldes relevantes del partido además del propio Recoder.

La ‘Casa Grande’ para restar a PSC y ERC: Es el gran ‘leitmotiv’ desde noviembre y  el banderín de enganche para impedir que el PSC capte nuevo voto catalanista y recuperar el que fue a ERC. De momento las incorporaciones conseguidas son testimoniales.

Abrir el núcleo duro y airear el entorno de Mas: Dirigentes variopintos opinan que el nucleo que rodea a Mas (Oriol Pujol, David Madí y Quico Homs) es reducido y cerrado y que la “CDC triunfante” sólo volverá si se abre a todos los sectores y centra el partido.

Las relaciones con Unió no tendrán papel central: La convivencia con el socio es un clásico en CDC, donde se ha usado a Duran como espantajo para distraer otros temas. Las enmiendas presentadas por la plataforma que pide romper con Unió animarán el debate.

Jordi Pujol seguirá presidiendo el partido: El fundador de CDC en 1978 seguirá siendo su presidente. Faltará ver si su cargo se somete a votación individual, como pasará con Mas, Puig y quizás con la ejecutiva. Nadie osa pedirle que deje el cargo.

Los pactos en Madrid siguen quemando: La mayoría de CDC asume que pactar en Madrid es contraproducente para ellos. Aún más cuando se es oposición en Catalunya. La única forma que tiene Mas de ser correspondido es con la Generalitat. 

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