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Bajo la alfombra de Matas

P.MUNAR

El 21 de junio de 2007, cuando vio que no volvería a ser president de Baleares por tercera legislatura, Jaume Matas anunció que se retiraba de la política. Dejó a todo el mundo boquiabierto, incluyendo a su propio partido, el PP. Se iba, anunció, a EEUU a empezar una nueva etapa en el mundo de los negocios

La marcha de Matas sorprendió por lo repentina y desde el primer día levantó suspicacias. ¿Qué le empujaba a borrarse totalmente de la política a sus 51 años y con su buen cartel en la calle Génova de Madrid? Un año y medio después de su marcha, su gestión al frente del ejecutivo autonómico en el pasado cuatrienio no ha hecho más que sufrir un golpe tras otro. Al levantarse las alfombras de su anterior mandato, la corrupción ha aflorado sin cesar.

El 14 de enero estallaba el primer caso tras el escándalo de Andratx, destapado en noviembre de 2006. Ese día, el juez imputaba a 11 dirigentes del PP por falsificar, presuntamente, certificados para legalizar la vivienda de un ex alcalde. Entre los imputados figura la portavoz del PP balear, Catalina Soler.

Dos meses más tarde, el 12 de marzo, Javier Rodrigo de Santos, ex teniente de alcalde de Palma, y coordinador de la campaña electoral de Matas en 2003, era imputado por malversar 50.000 euros en clubes de alterne. Cercano al movimiento integrista católico de los Kikos, De Santos era de día el responsable del urbanismo de la capital balear y de noche pagaba servicios sexuales con una tarjeta de crédito pública. El ex concejal alegó que era adicto a la cocaína. Al parecer, nadie, ni el propio Matas, se había percatado.

Entonces el PP balear, ya sin Matas, pidió perdón, mientras que el PSOE, que ahora gobierna con un pacto con el resto de partidos de centro izquierda, aseguró que “habría más”. Sabían porqué lo decían. Desde entonces, un goteo constante de personas de confianza de Matas ha pasado por la Jefatura de Policía o por el juzgado para responder por varios casos de corrupción.

De lo ocurrido desde entonces se desprende que, en varios de los departamentos del Govern de Matas, y en varias de las empresas públicas a él adscritas, se actuaba de forma impune con el dinero público y sin ningún control.

Eso es lo que el 19 de abril llevó a la Fiscalía Anticorrupción a querellarse contra el ex gerente de la empresa pública de informática Bitel, Damià Vidal, y posteriormente se le detuvo a él y a varios ex colaboradores suyos por malversar cerca de 700.000 euros. Vidal era un cargo de confianza de Matas, a quien había defendido en el llamado caso Bitel 1 –archivado– por el presunto espionaje urdido desde el primer gobierno de Matas a un conseller socialista.

Otras dos muestras del legado de Matas han saltado este mes: el día 3 trascendió que Anticorrupción investiga a Antonia Ordinas, ex gerente del Consorcio para el Desarrollo Económico de Baleares, por destinar supuestamente más de 300.000 euros a gastos personales. Y el lunes comenzó la cascada de arrestos por el caso Turisme Jove, por ahora, el último eslabón de la cadena.

‘CASO ANDRATX’

El ex alcalde Eugenio Hidalgo ya ha sido condenado por corrupción urbanística. En noviembre de 2005, días antes de su detención, Hidalgo despachó con Matas. 

‘CASO RODRIGO DE SANTOS’

El ex teniente de alcalde de Palma y director de la campaña electoral del PP balear en 2003, Javier Rodrigo de Santos, gastó 50.000 euros en prostíbulos.

'CASO BITEL 2’

El ex gerente de la empresa pública de informática Bitel, Damià Vidal malversó presuntamente 700.000 euros entre 2003 y 2007 y usó irregularmente una tarjeta de crédito.

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