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Rajoy recrudece su tono antes de verse con Zapatero

Acusa al presidente y a Ibarretxe de ser 'letales' para resolver la crisis económica

MARÍA JESÚS GÜEMES

Crítico. Hiriente, incluso. Así se mostró este viernes Mariano Rajoy al acudir a la clausura de la XIII Unión Intermunicipal Popular en Vitoria, donde acusó a Zapatero de ser un 'deudor de engaños' ante los ciudadanos españoles.

El líder conservador dijo que prefería hablar de futuro y no centrarse en el pasado porque para eso, tal y como señaló, 'las responsabilidades de cada uno están ahí y serán juzgadas en su momento', jugando con el equívoco al emplear para el presidente la fórmula usada cuando se habla de alguien con cuentas judiciales pendientes.

Además, Rajoy aprovechó que estaba en Euskadi para equiparar al jefe del Ejecutivo socialista con el lehendakari, Juan José Ibarretxe. Ambos dirigentes son, en su opinión, 'letales' para resolver la crisis económica. Ibarretxe, por 'su consulta', y Zapatero, por 'mirar para otro lado'. El líder del PP reclamó gobiernos 'sensatos' y 'que digan la verdad'.

En vísperas del encuentro con Zapatero en el Palacio de la Moncloa, Rajoy recrudeció su tono. El líder de la oposición no cesó de exigir al Ejecutivo socialista 'responsabilidad'. '¡Que haga algo!', pidió en repetidas ocasiones. Al menos, insistió, 'que transmita un mensaje de esperanza a la sociedad'.

Cuanto más arremetía Rajoy en contra del presidente, más patente era su desconfianza y más lejos quedaba la posibilidad de alcanzar un acuerdo en materia económica. El líder de los conservadores señaló que a la reunión acudiría con tres objetivos: 'Dar seguridad a los ahorradores españoles, facilitar crédito a las pymes y terminar con la sangría del paro'. Demandó 'decisiones' del Gobierno porque si no las hay, se estará ante 'alguien que no sirve absolutamente para nada'.

El presidente del PP no olvidó reafirmar su compromiso con las corporaciones locales explicando que su partido pedirá en el Congreso de los Diputados la creación de un Consejo Local de Política Financiera, que se 'salde el déficit de representación institucional' que tienen los municipios y se modifiquen las partidas en los presupuestos para
que se les dé más dinero. También tuvo palabras para su equipo en el País Vasco, donde, según dijo, 'las cosas se están haciendo muy bien'.

Con las elecciones vascas en el horizonte, la ex presidenta de los conservadores de Euskadi, María San Gil, es historia. Rajoy defendió que su partido en el País Vasco es 'referencia de sentido común y normalidad' y se dedicó a cargar contra Ibarretxe por estar generando 'inestabilidad e
incertidumbre'.

La única nota de color la puso al sumarse a las felicitaciones que todos los miembros del PP le hacían a Alfonso Alonso, diputado vasco, que se convertía en padre por cuarta vez. Aprovechando las circunstancias, Mariano Rajoy dijo que iba a trabajar para que los cuatro hijos de este y las cuatro hijas de Antonio Basagoiti, líder del PP en el País Vasco, vivan en un país 'donde no pase lo que está sucediendo en estos momentos en España'. A muchos les sonó a su niña, la que enarboló en plena campaña.

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