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Izquierda Unida cierra en falso su asamblea

Aplaza la elección de coordinador general para no evidenciar la fractura en dos bloques // El PCE es la fuerza hegemónica // Las dos familias que sostuvieron a Llamazares pierden apoyos

JUANMA ROMERO

'Ahora vais y lo descifráis'. No era mala la apelación que hacía ayer a los periodistas un delegado. Acababa de concluir la IX Asamblea Federal de Izquierda Unida, un cónclave que tenía como objetivo elegir al sucesor de Gaspar Llamazares. No fue posible designar al nuevo coordinador general. Rozando el paroxismo, la federación concluyó dos jornadas agotadoras, de interminables conversaciones entre familias, sin nombre. Sin una cúpula que acabe con la interinidad de ocho meses desde el descalabro del 9-M.

Los 790 delegados acreditados (800 convocados) se encontraron ayer con cinco candidaturas al Consejo Político Federal (CPF), el máximo órgano de dirección entre congresos. Cuatro ya se conocían, una saltó el sábado a última hora, y estaba compuesta por no alineados, los descontentos del PCE y de los gasparistas. Ese contratiempo generó averías a unos y otros. Perdieron peso global. Las cinco listas tenían que repartirse 90 sillas, la mitad del CPF, ya que el otro 50% se completa con los miembros que designen las federaciones en las próximas semanas.

Sin embargo, la foto final resultó prácticamente calcada a la de la VIII Asamblea, en 2004. Ganó el comunista Cayo Lara (329 papeletas, el 43,1% de los delegados que votaron), seguido de la gasparista Inés Sabanés (207 votos, el 27,1%), el candidato de la Nacional II (144 votos, 19,2%), la no adscrita Haizea Miguela (45 votos, 5,9%) y, finalmente, el jornalero Juan Manuel Sánchez Gordillo (36 votos, 4,7%). Importaba más la traducción en asientos del CPF: 39 para el PCE, y 25, 17, 5 y 4, respectivamente, para el resto. La correlación de fuerzas, pues, apenas cambia. Los fieles a Llamazares y la tercera vía sumaron un 46,6%. En 2004, cuando concurrieron juntos, totalizaron un 49,52%.

Conocido el escrutinio, se reunieron a puerta cerrada los 90 miembros del Consejo y los 20 coordinadores regionales de IU. Y tras casi dos horas, salieron sin coordinador, como sí les mandataban los estatutos. Ninguna familia tenía mayoría, y ni siquiera el PCE quiso someter su apuesta por Lara a votación. Lo único que se sacó en limpio fue que él será la persona que dirija una comisión plural, de 14 personas, encargada de preparar la convocatoria del CPF al 100%, dentro de “un mes o mes y medio”. Es decir, que habrá como poco cuatro semanas de tregua interna para encontrar líder de consenso. Y si no la hay, la N-II, ya sí, tendrá que decidir si tirios o troyanos. O se queda con el PCE o con los gasparistas.

La cuestión no es baladí. Porque en la madrugada del domingo, este redactor recibió desde la 1.11 de la mañana varios mensajes con una noticia: había alianza de N-II y llamazaristas sobre un candidato de consenso, Eberhard Grosske, teniente de alcalde de Palma y hombre de reconocido talante.

El titular prendió. Tanto que en el PCE se masticaba por la mañana la derrota. Luego, todo se desinfló. Lo que algunos entendieron como “pacto inamovible” por la noche al final había sido sólo un “preacuerdo”. Varios dirigentes de la tercera vía (de Madrid y Aragón, fundamentalmente) se negaban a suscribir una alianza a dos bandas. No era el momento. “Es una cuestión de dinámicas, y no podíamos volver a la idea de gobierno-oposición”, afirmaban al unísono dos líderes de Aragón.

La resultante fue meridianamente clara. No hay sucesor de Llamazares, pero sí una foto de la división. De la enorme fractura interna, la de siempre, que hará muy difícil buscar una salida rápida al atasco. Lo sintetizaba otro delegado ayer, indignado: “¿A qué estamos jugando?”.

 


Máximo órgano: 180 miembros // El Consejo Político Federal (CPF) es el máximo órgano entre asambleas de IU. Está compuesto por 180 miembros, de los que 90 fueron elegidos ayer. La otra mitad será nombrada por las distintas federaciones en las próximas semanas.

El poder territorial: se reproducirá la pelea // El reparto de poder entre las distintas familias, evidenciado en la IX Asamblea, se reproducirá en las federaciones a la hora de elegir a sus representantes en el Consejo Político Federal. Cuando se produzca la primera reunión del CPF al completo, el PCE seguirá siendo la principal fuerza, pero sin contar con mayoría absoluta.

 

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