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Guerra apache contra los Bush

Los indígenas acusan a Prescott Bush, abuelo del ex presidente, de robar el cadáver de Gerónimo. Harlyn, su bisnieto, pedirá este martes justicia en Washington, en el centenario de la muerte del guerrero

BERNARDO GUTIÉRREZ

Luces, cámara, acción. Un estudiante rico disfrazado de arqueólogo saquea la tumba del líder apache Gerónimo, en Fort Still (Oklahoma). Lleva su calavera a una universidad pija. Los miembros de una oscura sociedad secreta la convierten en un símbolo . Y la besan en sus ritos pronunciando 'Gerónimo'.

El estudiante rico llega a ser senador. Aunque se enriqueció vendiendo productos al Ejército nazi, sería un respetado gurú de Wall Street. Y su hijo y su nieto se convertirían en presidentes de Estados Unidos. Un día el bisnieto de Gerónimo, Harlyn, declara la guerra a la Casa Blanca y anuncia una cruzada para recuperar el cadáver de su ancestro. Harlyn confía en el primer presidente negro del país. Por eso, aprovecha el centenario de la muerte de Gerónimo (17 de febrero de 2009) para plantarse en Washington y pedir los huesos sagrados.

Podría ser el argumento de un neowestern donde los otrora malos de la película (indios) encuentran por fin la justicia histórica. Pero Harlyn Gerónimo existe. Ha trabajado como actor en series como Into the West. Pero el apaches affair es absolutamente real. El presunto exhumador de cadáveres no es otro que Prescott Bush, abuelo de George Bush. La pijouniversity es la Yale University de Connecticut. Y la sociedad, la Skulls&Bones que, según la leyenda, guarda los cadáveres de los enemigos del imperio yanqui (desde Pancho Villa al panameño Omar Torrijos).

Aunque la escritora Alexandra Robbins desveló el culebrón de la calavera de Gerónimo en Secrets of the Tomb nadie se lo tomó muy en serio. Pero una carta entre los miembros de la sociedad Winter Mead y F Trubee Davison, que salió a la luz en 2006, confirmó las sospechas de los apaches.

La carta autentificada por Judith Schiff, jefa de investigadores de la Yales Sterling Memorial Library parece probar la participación en 1918 del abuelo Bush en el expolio: 'La calavera de Gerónimo el Terrible, exhumada de su tumba en Fort Still por tu club, está ahora segura dentro de (nuestra) tumba', decía el documento.

Harlyn Gerónimo, que hace dos años pidió a la mismísima Casa Blanca intervenir para recuperar los huesos, continúa luchando por la memoria histórica de su pueblo. 'No descansaré hasta que sus restos regresen a su tumba', asegura en entrevista telefónica a Público, desde la reserva indígena de Mescalero, en Nuevo México.

Harlyn 61 años, voz metálica dará este martes una conferencia reivindicativa en Washington. La elección del día (17 de febrero) no es arbitraria: el centenario de la muerte de Gerónimo, uno de los últimos líderes indígenas de América. Y el lugar (a la vera de la casa Blanca) y conyuntura (era Obama) tampoco son casuales. 'Obama tiene conciencia. Seguro que él hará justicia', matiza Harlyn.

Harlyn no está solo. Los apaches de Mescalero le apoyan. Y desde todos los rincones de EEUU le llegan señales de aliento. El mismísimo James Anaya, líder apache y relator de los Pueblos Indígenas de la ONU, confesó a este diario hace días en Madrid que sospecha que 'los huesos de Gerónimo todavía están en Yale'.

Manny Sánchez, líder apache californiano, dice a Público: 'Creo que los restos de Gerónimo fueron robados'. Y denuncia el saqueo del cadáver de Mangas Coloradas, otro líder apache histórico, por las tropas estadounidenses. Por su parte, John Fryar, empleado retirado del Bureau of Indian Affairs, opina que 'ignorar una petición así no tiene nombre'. 'Mira a nuestros chicos, declaró a The Yale Herald, yendo a Vietnam para recuperar restos'.

El documento descubierto por la investigadora de Yale confirmó que 'los estudiantes robaron los huesos en Fort Still', afirmó Judith Schiff a ABC News. Sin embargo, el escritor Ron Rosenbaum, como algunos conservadores, tiene algunas dudas. 'No hay pruebas de que la calavera que robó Prescott fuese de Gerónimo', declaró Ron a la ABC News.

Pero por eso Harlyn, el chamán y actor apache de Mescalero, quiere forzar las pruebas de ADN del cadáver. La Universidad de Yale, por su parte, prefiere no manifestarse sobre el asunto, informa Isabel Piquer desde Nueva York.

Si Harlyn conmueve a Obama, una lucha indígena de casi un siglo llegaría su fin. Y el apache Ned Anderson, que comenzó en 1986 la batalla póstuma de Gerónimo en el FBI quedaría resarcido. Ned no denunció el caso en el FBI tras la promesa de George Bush padre de devolver el cadáver. El líder apache se llegó a reunir con su hermano Jonathan en Nueva York. Pero la devolución fue un tongo. 'Le dieron un esqueleto de un niño de diez años e intentaron que firmase papeles para silenciarle', según la escritora Alexandra Robbins.

Terri Hansen, editor de News From Indian Country, asegura a Público que 'este episodio muestra que los Bush no respetaron nunca a los indígenas'. Que el pasado turbio de Prescott anticipaba la era (George) Bush. Y que Skull&Bones donde José María Aznar entró en 2001 según Agencia Periodística de Información Alternativa encarna a la perfección la impunidad de las élites neocon.

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