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Gallardón arropa al último cacique

“Si tiene una obsesión por mí, tengo que decir que es maricón”, dice.

M. J. GÜEMES

Alberto Ruiz-Gallardón se fue ayer hasta Galicia para apoyar a sus compañeros en campaña. El alcalde de Madrid estuvo en Vigo para arropar al candidato del PP a la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, en plena recta final. Y aprovechó para ir a Ourense, donde bailan los escaños del PP.

El regidor conservador acudió a la llamada de Xosé Luis Baltar, el último representante del sector de la boina del PP de Galicia, ligado al voto rural. La imagen era sorprendente. Las dos caras de la derecha unidas por un mitin. La moderna, que pretende ofrecer Gallardón, junto a la de siempre, la del caciquismo gallego.

En el polideportivo de Quines, el alcalde se dedicó a dar ánimos a los suyos: “Hoy lo dicen las calles, el domingo lo dirán las urnas: Feijóo será presidente de la Xunta”. Los socialistas y nacionalistas, a su juicio, han tenido “una oportunidad” y la han “dilapidado”. Durante su intervención, por supuesto, no olvidó citar a su mentor político, Manuel Fraga, arrancando aplausos.

Tras su actuación, tomó la palabra Baltar. Nada más comenzar, el presidente del PP de Ourense dijo que, tras escuchar a Gallardón, “poco” quedaba por decir. Pero tenía, y mucho. Sobre todo de Manuel Vázquez, –al que todos llaman Pachi–, que es el número uno del PSOE por la provincia y el conselleiro de Medio Ambiente de la Xunta.

Baltar confesó que no entendía por qué Vázquez no hacía más que insultarle. Sobre todo cuando él no era el candidato, nunca estuvo en el Parlamento gallego y tampoco era mujer. “Podría tenerme ganas”, dijo provocador. Para rematarlo: “Si tiene una obsesión por mí, tengo que decir que es maricón”. Su hijo, Xosé Manuel Baltar, puso la puntilla: “Están los Albertos y aquí los Baltar”. Después fiesta y callos para todos. Siempre que está Baltar, a algo invitan.

Gallardón ya se había ido. Tenía muchas paradas. Por la mañana había acompañado al candidato del PP a una comida en el Club Financiero de Vigo. “Feijóo representa a un nueva generación de políticos populares llamada a convocar en su momento a todos los españoles”, señaló. Por la noche, en el instituto ferial y ante cerca de 4.000 personas, dijo que no quería una “Galicia gris” y menos aún a personas como Solbes: “No queremos políticos resignados”. Cantó la victoria del PP y se hizo una foto distinta, abrazado a Feijóo. Rajoy no estaba.

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