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Dirigentes del PP reclaman la doctrina Aznar para el caso Gürtel

El ex presidente tomó medidas con el caso Naseiro y con escándalos que salpicaron a sus filas

MARÍA JESÚS GÜEMES

En el PP afirman que cuando a José María Aznar se le pregunta qué le parece la estrategia de su partido en relación con el caso Gürtel, él se remite directamente a lo que hizo cuando dejó la Presidencia de la Junta de Castilla y León y aterrizó en Madrid como candidato a la Moncloa para las generales de 1989. Son muchos los que aún hoy recuerdan su bautismo de fuego con el caso Naseiro y cómo no dudó en actuar cuando algunos de sus presidentes autonómicos se vieron salpicados por los escándalos. Por eso, varios dirigentes del PP consideran que Mariano Rajoy haría bien en seguir la doctrina Aznar.

Hay quien destaca el 'calvario' que padeció el PP cuando en los noventa varios de sus miembros, entre ellos el tesorero Rosendo Naseiro, fueron procesados por supuesta financiación ilegal del partido y enriquecimiento personal. La causa llegó hasta el Supremo donde fue archivada por irregularidades. Para entonces, Aznar ya había ordenado una investigación interna a cargo de Alberto Ruiz-Gallardón, actual alcalde de Madrid.

Hubo expulsiones y el PP elaboró un código ético que establecía que cualquier cargo público se comprometía a poner su cargo a disposición del partido 'si de cualquier procedimiento jurisdiccional' podían derivarse 'indicios racionales de comisión de delito'.

Además, indicaba que sería motivo de expulsión inmediata 'que pudiera deducirse la utilización del propio nombre, posición o relación dentro del partido o cargo público para obtener lucro, trato o favor personal o beneficio para sí o terceros'.

Hoy, cuando todo el mundo piensa en Francisco Camps o Luis Bárcenas, se puede comprobar cómo los Estatutos del PP se han encargado de borrar estas máximas. Los actuales permiten a los imputados conservar su cargo hasta que no haya sentencia firme.

Algunos también defienden que Aznar demostró cómo para él 'imputado era sinónimo de fuera' con el presidente de Cantabria, Juan Hormaechea, o el de Baleares, Gabriel Cañellas, aunque este último fue finalmente absuelto. También admitió la dimisión del alcalde de Burgos, José María Peña, aunque en el 2000, ya en el Gobierno, decidió indultarle.

Y es que el PP no actuó igual cuando estaba en la oposición que una vez en el poder. Durante los dos mandatos de Aznar sólo abandonó su cargo Manuel Pimentel por unas subvenciones otorgadas a la empresa de la esposa de uno de sus máximos colaboradores. Pero no se vivió ninguna baja más ni por el Prestige, ni por la guerra de Irak, ni por el Yak-42, ni por el 11-M.

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