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Curan una anemia en ratones con células madre de la piel

La reprogramación de células adultas demuestra por vez primera su utilidad en un modelo animal de enfermedad

JAVIER YANES

Los primeros resultados prometedores con reprogramación de células somáticas no se han hecho esperar. Siguen de cerca a la reciente publicación de un procedimiento para conferir a los fibroblastos de piel adulta capacidades regenerativas similares a las de las células madre embrionarias. El primer éxito de estas células pluripotentes inducidas (iPS, por sus siglas en inglés) es la curación de ratones afectados por una versión inducida de la anemia falciforme, una dolencia humana hereditaria causada por una mutación en el gen de la hemoglobina, que produce glóbulos rojos en forma de hoz o media luna.

Como es obligado en la investigación biomédica, los modelos animales preceden a los ensayos en humanos. Las técnicas recién aplicadas con éxito a la reprogramación de células humanas fueron publicadas hace un año, en su versión para ratones, por el equipo que dirige Shinya Yamanaka en la Universidad de Kioto (Japón). Mientras el grupo japonés trasladaba su enfoque a humanos, el investigador del Instituto Whitehead de Massachusetts (EEUU), Rudolf Jaenisch, recogía el testigo para ensayar la primera aplicación terapéutica del método en ratones.

Jaenisch fue uno de los pioneros de la tecnología de animales transgénicos. En la década de 1970, descubrió que era posible provocar la integración de ADN extraño en el genoma de embriones de ratones; y que esta modificación podía transmitirse a la descendencia, lo que impulsó el desarrollo de los ratones de laboratorio a la carta. En junio, Jaenisch publicó en Nature, al unísono con Yamanaka, la mejora del método de reprogramación avanzado por el japonés y la obtención de ratones vivos a partir de las iPS.

Hemoglobina defectuosa

Para emprender un proyecto terapéutico que simulase una aplicación clínica de las iPS, Jaenisch se alió con Tim Townes, un experto en genética del desarrollo que disponía del modelo ideal. Estudiando la regulación de la hemoglobina, Townes creó un ratón que expresaba una versión defectuosa de esta proteína. Se trata de la misma mutación que poseen los enfermos de anemia falciforme o drepanocítica, y que deforma los glóbulos rojos, dificultando su función como almacenes móviles de oxígeno. Los científicos extrajeron células de la piel de los ratones enfermos y las reprogramaron en cultivo, introduciendo en ellas los genes Oct4, Sox2, Klf4 y c-Myc, la combinación capaz de inducir el estado pluripotente.

Para evitar complicaciones por el riesgo de cáncer asociado al oncogén c-Myc, a continuación lo eliminaron de las células, para después estimular su diferenciación a células precursoras de la sangre. Por último, reemplazaron el gen dañado de la hemoglobina por la versión correcta antes de reimplantar las células tratadas de nuevo a sus dueños originales, los ratones enfermos.

Según publican hoy Jaenisch y sus colaboradores en Science, las pruebas sanguíneas y renales que se emplean para los pacientes humanos indican que el procedimiento logra restablecer las funciones normales de los ratones. Aunque el camino clínico aún se presenta lejano, este triunfo refuerza la apuesta por la vía somática para la terapia regenerativa basada en células madre.

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