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Adiós al arte feminista de Nancy Spero

I. REPISO

La muerte de Nancy Spero (Ohio, 1929-Nueva York, 2009) ha pasado desapercibida en España. Quizá tuviera algo que ver el lío que tenía montado la agencia Efe con la reagrupación de sus secciones. O simplemente, que los domingos no son buenos días para morir y trascender. La artista norteamericana murió el pasado día 18 por causas respiratorias derivadas de una infección, informó The New York Times.

La última gran retrospectiva de Spero en España la difundieron el MACBA y el Reina Sofía. Disidanzas sintetizaba los hilos con los que Spero tejió su obra: la señalación del poder como un yugo violento, el horror de la guerra y la lucha por la igualdad de la mujer. Su colaboración en los años sesenta con colectivos feministas de EEUU que reivindicaban cuotas paritarias a las de los hombres marcaron su arte con el sello contestatario de artistas igualmente reivindicativas con el género –aunque una generación más jóvenes- como Kiki Smith y Nalini Malani (las tres son objeto de una exposición en la galería madrileña Estiarte, hasta el 3 de noviembre).

En la década de los 50 se casó con el pintor Leon Golub, con el que compartió todo hasta su muerte. Juntos emigraron a Europa pocos años más tarde, donde nacieron sus hijos. Los frescos etruscos de Italia influenciaron los dibujos de Spero, que se volcó en la representación de escenas sexuales y de maternidad a través de la reapropiación de imágenes de la Antigüedad. Durante su estancia en Europa, expuso con regularidad en la galería Breteau de París, donde residió cinco años con su familia.  

A mediados de los años 60 Spero volvió a EEUU, donde abordó su oposición a la guerra de Vietnam, estableciendo paralelismos con su marginación en el mundo del arte por su condición de mujer. Esta alienación le llevaría, años después, a asociarse con varios colectivos de mujeres artistas y a fundar la primera galería-cooperativa de mujeres en Nueva York.La inclusión de frases manuscritas del poeta Antonin Artaud (1896-1948) confirió a su obra una voz propia que fue respaldada con un notable éxito de crítica, mediante Artaud Paintings y Codex Artaud. A nivel formal desarrolló un tratamiento poco ortodoxo del papel en el que se apoyó en el collage y en la aplicación de tampones de diseños elaborados previamente.

Sangría y llanto en Latinoamérica
A mediados de los setenta su preocupación por la posición de la mujer trasciende su propio país, interesándose por la condición femenina en otras partes del mundo. Incapaz de callar su compromiso político, actualizó la represión histórica de la mujer con las torturas de Chile y las dictaduras de otros países latinoamericanos.

Sus primeras retrospectivas se organizaron en EEUU a finales de los 80. Pero Spero no sabía parar y poco después empezó a experimentar con sus primeras instalaciones; algunas de las cuales recalaron en España con Disidanzas.

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