Público
Público

El cerebro, engañado por los sentidos

La exposición Abracadabra. Ilusionismo y ciencia descubre ilusiones imposibles que se presentan como reales ante nuestros ojos

TONI POLO

'Cualquier tecnología suficientemente avanzada es indistinguible de la magia'. Esta frase de Arthur C. Clark abre la muestra Abracadabra. Ilusionismo y ciencia, una exposición interactiva que recorre el mundo de ilusiones imposibles que se antojan reales para los sentidos. Desde las artimañas de los trileros callejeros hasta las películas más taquilleras de Hollywood, los trucos beben de las nociones básicas que plantea esta exposición, que se puede ver en el centro de CosmoCaixa de Barcelona hasta el mes de marzo de 2011.

'Crear una ilusión es crear un acontecimiento improbable', recuerda Jorge Wagensberg, director del Museo de la Ciencia de Barcelona. Dentro, el visitante experimenta las sensaciones de Gulliver en Liliput o las que debió vivir Alicia cuando entró en el país de las maravillas, al empequeñecerse o engrandecerse. En otra sala experimentará la sensación del teletransporte a través de un juego óptico de luces y espejos o, en otro lugar, la de convertirse en una araña gigante. También fue ilusionismo lo que el prestigioso violinista Joshua Bell provocó cuando cambió el escenario de la ópera de Washington por el vestíbulo de la parada de metro de LEnfant y nadie le reconoció y apenas unos pocos se detuvieron.

La exposición muestra la base científica del ilusionismo

La ilusión (o el fraude) es cosa del cerebro: 'Parece que se estén burlando o incluso violando las leyes de la física pero, en realidad, lo único que se hace es usar los conocimientos científicos de toda la vida', explica Jorge Wagensberg.

La visita empieza con un zootropo, una máquina estroboscópica del siglo XIX por cuya ranura parece que se ve el galope de un caballo. Es la primera jugarreta que nos hace el cerebro. Este órgano es el principal protagonista de Abracadabra. Todo cuanto se percibe, piensa y experimenta es creación de la materia gris, que permite tanto interpretar como distorsionar la realidad. La exposición muestra cómo funciona la mente, planteando y plasmando con ejemplos una buena colección de leyes que gobiernan el cerebro: al concentrar la atención en una acciónconcreta, se obvian otras que están ante la vista; si se produce más de un movimiento, el más espectacular atrae la mirada; y si se producen dos fenómenos a la vez, se seguirá el que haya empezado antes.

La rueda de Newton

La psicología, las artes escénicas o la física crean un mundo irreal

El visitante puede comprobar cada una de estas y otras hipótesis con ejemplos didácticos. Es el caso de la rueda de Newton, una especie de cono multicolor que, al hacerlo girar a distintas velocidades, se aparece blanco. Composición y descomposición de la luz, lo llamarían los físicos. Otro engaño es el de la habitación de Ames, un escenario con una geometría confusa que permite al que entra crecer o mengüar según la parte de la sala en la que se encuentra. El truco aquí consiste en que la estancia parece cúbica, cuando en realidad es trapezoidal. También el visitante puede experimentar la transformación en araña gigante, al colarse por un hueco invisible y asomar la cabeza sobre el cuerpo de un arácnido de dimensiones humanas. En realidad, el escondite queda cubierto por un ingenioso espejo; el cerebro vuelve a hacerle una jugarreta a su propietario una vez más.

El cine es otra de las ilusiones de la sociedad actual. 'Es una realidad en movimiento que representa la vida cotidiana y nació como una curiosidad científica, así de sencillo; sólo que ahora es un arte', apunta Wagensberg. Abracadabra reflexiona sobre la percepción del séptimo arte. 'La visión del mar nos da una sensación de placer',comenta Wagensberg, 'pero si la acompañamos con la música de la película Tiburón, las sensaciones que nos proporcionará nuestro cerebro nos transmitirán todo lo contrario'.

 

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias