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Investigado un guardia civil por simular un atentado

El agente recibió un disparo en el brazo junto al cuartel de Leitza (Navarra)

PEDRO ÁGUEDA

Todas las alarmas se encendieron en la madrugada de ayer ante el supuesto regreso de ETA a los atentados. Las primeras noticias llegadas desde la localidad navarra de Leitza apuntaban a que la banda dejaba tres meses de inactividad para intentar, de nuevo, asesinar a un guardia civil. El balance: un agente herido y dos presuntos etarras huidos. La investigación posterior apunta, sin embargo, a que todo se trató de un montaje urdido por el propio guardia civil.

Los hechos comenzaron pasada la una de la madrugada, cuando desde el cuartel del Instituto Armado en Leitza los agentes de guardia escucharon tres disparos. Comprobaron que no había nadie herido en la zona y restaron importancia al suceso. Dos horas después, uno de ellos salió a supervisar el perímetro del cuartel. Eran aproximadamente las tres y media cuando se oyó un nuevo disparo. Al llegar al lugar, los agentes encontraron a su compañero con una herida de bala en el brazo. Su relato hablaba de dos sospechosos que le habían recibido a tiros y huido sin terminar de montar un artefacto explosivo. El chaleco antibalas, que presentaba tres impactos, parecía haberle salvado la vida.

El Servicio de Información de la Guardia Civil se hizo cargo de la investigación y empezó a descubrir contradicciones en la versión del agente herido. En el lugar sólo se encontraron casquillos de munición 9 milímetros de la fábrica de Santa Bárbara, la que suministra a la Guardia Civil. Y del supuesto artefacto sólo se hallaron dos tubos de PVC, que ETA utiliza para fabricar morteros caseros, los denominados Jotake, pero ni rastro de cables, granadas, ni otro material explosivo. El agente fue trasladado al Hospital de Navarra y sometido a una intervención quirúrgica. Presentaba una herida de bala, con orificio de entrada y salida en el brazo izquierdo. Tenía elcúbito roto.

Sin embargo, su pecho no presentaba ni un rasguño. A la distancia que supuestamente habían sido efectuados los disparos, los impactos contra el chaleco deberían haberle provocado hematomas. Los investigadores sospechan que el propio guardia fue el autor de los disparos registrados a la una de la mañana y que el objetivo había sido su chaleco antibalas.

En las próximas horas, agentes antiterroristas interrogarán a Salvador M., natural de Málaga, casado y sin hijos. Salvador llegó a la Guardia Civil desde el cupo reservado a miembros de las Fuerzas Armadas. Su anterior destino había sido Galicia, pero ya había prestado servicio en Maxurrenea, el caserío que alberga la casa cuartel en Leitza, una localidad donde ANV obtuvo mayoría absoluta en las últimas elecciones. De hecho, el agente era compañero del cabo Juan Carlos Beiro, asesinado por ETA en este pueblo navarro el 24 de septiembre de 2002.

Los investigadores confían en que el herido ofrezca el verdadero relato de los hechos en el interrogatorio. Mientras, se redacta el informe forense que determinará qué arma fue utilizada y desde dónde se realizaron los disparos.

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