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Un alto cargo francés recomienda a los musulmanes que hablen bien

La secretaria de Estado de Familia también aconseja que vistan adecuadamente.

PÚBLICO.ES/AGENCIAS

La secretaria de Estado de Familia, Nadine Morano, ha recomendado a los jóvenes musulmanes que viven en Francia que vistan adecuadamente, encuentren un trabajo y dejen de hablar en jerga.

Al poco de exponer su petición, la oposición de izquierdas han salido al pasado para denunciar las declaraciones, que han calificado de racistas. La oficina de Morano adujo que las palabras de la ministra habían sido sacadas de contexto.

La extrovertida Morano, perteneciente al círculo del presidente Nicolas Sarkozy, realizó las controvertidas declaraciones el lunes por la noche en una pequeña población en el este de Francia durante un debate sobre identidad nacional patrocinado por el Gobierno.

'No estamos sometiendo a juicio a los jóvenes musulmanes. Respetamos su situación. Lo que quiero es que se sientan franceses porque son franceses', comentó para proseguir: 'Quiero que amen Francia cuando vivan en este país, encuentren trabajo y no hablen utilizando jerga', indicó. Y otro consejo: 'No deberían llevar la gorra hacia atrás'.

Los comentarios utilizaron percepciones estereotipadas de los jóvenes de los suburbios de las grandes ciudades francesas, muchos de los cuales son descendientes de inmigrantes.

Unos cinco millones de musulmanes viven en Francia, la mayor comunidad en Europa de esta religión

No obstante, las gorras hacia atrás, los pantalones grandes y una jerga distintiva conocida como 'verlan', una vez asociada a los que vivían en los suburbios, se ha extendido desde hace tiempo a los institutos de todo el país y los jóvenes de todos los estratos.

Los grupos antirracistas y los políticos socialistas acusaron a Morato de avivar las tensiones raciales y que el Gobierno debería abandonar su serie de debates sobre la identidad nacional, muy controvertidos, antes de que provoquen una reacción violenta.

'Es una operación política diseñada para enfrentar a los franceses entre sí y crear una guerra de cultura e identidad', lamentó el parlamentario socialista Arnaud Montebourg.

El grupo de derechos humanos SOS Racismo instó al primer ministro, François Fillon, a intervenir para poner en orden a su gobierno.

Unos cinco millones de musulmanes viven en Francia, la mayor comunidad en Europa de esta religión. Muchos son inmigrantes de ex colonias francesas en África del Norte y Occidental.

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