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Cuenta nueva con borrón

El Barça estrena el año cediendo los primeros dos puntos en casa, ante un Villarreal ambicioso (1-1)

ENRIQUE MARÍN

Tras brindar a la grada los seis títulos ganados en 2009, el Barça de Guardiola puso el contador a cero para afrontar un año que difícilmente será repetible e imposible mejorar. El Villarreal, un equipo que se encuentra cómodo en el Camp Nou, alteró el clásico borrón y cuenta nueva para convertirlo en cuenta nueva con borrón. Valverde, que pronosticó un partido muy abierto, disputado, alegre y entretenido, enseñó el camino para quienes se atrevan a seguirlo.

Su vaticinio estaba fundado en que tanto el Barça como el Villarreal son dos equipos que se expresan con el balón. Disputarle la iniciativa, la posesión y el control al Barça no es tarea fácil, pero el equipo castellonense lo logró y se llevó un merecidísimo empate que bien pudo acabar en victoria si Puyol no ejerce una vez más de superhéroe al sacar bajo palos un toque sutil de Rossi.

No debe de resultar nada fácil para un entrenador motivar y estimular a un vestuario después de tanto éxito. De ahí el mensaje de Guardiola y la exaltación que hizo de la humildad de sus jugadores para seguir compitiendo con la misma intensidad e ilusión.

De ninguna de éstas careció el Barça. La variante para que los azulgrana cedieran los dos primeros puntos en casa y hoy puedan perder el liderato si el Madrid gana en Pamplona estuvo en el partido que le planteó el Villarreal, generoso en la presión y ambicioso cada vez que recuperaba la pelota. Lo anunció el propio Guardiola. El Barça no puede entrenar igual, sino que deberá hacerlo más y mejor. Porque cada vez le va a costar más ganar los partidos, sobre todo si los rivales siguen el ejemplo del Villarreal.

Guardiola hizo debutar a Jonathan y sólo tras el 1-1 recurrió a Iniesta

Guardiola no se queja de su plantilla. Desde fuera se antoja corta, pero para él no lo es, pues los canteranos no están para hacer bulto sino para sumar. Pese a perder a Touré y Keita por la Copa de África, Pep no ha pedido fichajes a los Reyes Magos y ha preferido confiar en la cantera. Sin Messi, con unos días más de vacaciones aunque ayer ya se dejó ver sobre el césped, y con Iniesta de inicio en el banquillo, el técnico no quiso desvertir santos para vestir otros y directamente le confió la titularidad a Jonathan.

Colista en la séptima jornada de Liga, Valverde se ha hecho poco a poco con el timón del Villarreal y ya navega por aguas más plácidas. Ayer intentó desde el inicio del partido presionar la salida del balón del Barça, aunque a los siete minutos Pedro incrementó su leyenda goleadora.

El gol le permitió al Barça acomodarse en la salida del balón y aprovechar la efusividad del Villarreal para tener más espacios a la espalda de sus defensas. Henry, un experto en estas tareas, fue quien más inquietó a Diego López y su zaga. Al contrario que un impreciso Ibrahimovic, el francés encontró en Jonathan un complemento a su juego de desmarque.

Con Jonathan iniciando los mismos pasos que él dio hace un año, Sergio Busquets tiró de galones y se permitió una serie de filigranas con la pelota que demostraron su madurez.

Fuster, que ya tuvo el empate en la primera parte en un cabezazo picado a centro de Cani, tuvo una segunda oportunidad, también a centro de Cani, y esta vez no la desaprovechó. El arreón que el Villarreal le metió al partido tras el descanso le valió el empate. El Barça daba síntomas de desconcierto y entró Iniesta por el debutante Jonathan. El mensaje de Guardiola era claro.

El Villarreal empezó el partido haciéndole el pasillo al Barça, pero después no dudó en buscar la cocina. Demostró que, tal y como hiciera en otras ocasiones, al Barça se le planta cara con ambición, no con miedo, discutiéndole el balón y su posesión. El Barça ha terminado un ciclo, pero para abrir otro.

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