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El legado de Kafka incluye inéditos

Varias cajas fuertes en bancos de Tel Aviv guardan los manuscritos del autor

EUGENCIO GARCÍA GASCÓN

Después de años y años de misterio, ayer se supo que el legado de Kafka que está en poder de dos hermanas octogenarias que residen en Tel Aviv incluye, entre otros textos, manuscritos inéditos del escritor, fallecido en 1924.

El diario Haaretz reveló que las dos hermanas, hijas de Esther Hoffe, quien fuera secretaria de Max Brod, el amigo de Kafka que debería haber destruido todos sus autógrafos tras su muerte, han depositado en cajas fuertes de varios bancos de Tel Aviv 'diarios, fotografías, cartas y notas a mano de y sobre Kafka, junto con manuscritos de algunos de sus famosos textos breves que incluyen Un doctor rural, Preparaciones para una boda en el campo, Un sueño y Carta a su padre'.

Según el rotativo, al menos Preparaciones para una boda en el campo nunca se ha publicado en esa versión y se considera un texto muy valioso para los estudiosos de Kafka. Se estima que el conjunto de los textos encerrados en los bancos de Tel Aviv tiene un valor de cientos de miles de euros.

Se calcula que el valor de los inéditos asciende a cientos de miles de euros

El albacea Shmuel Casuto ha escrito al tribunal de Tel Aviv que dirime el futuro de los manuscritos que 'en al menos dos ocasiones, Esther Hoffe recibió como regalo de Max Brod manuscritos y cartas de Franz Kafka, así como documentos de Brod relativos a Kafka'. Si el tribunal confirma este término, las otras partes en litigio, es decir, el Estado de Israel y la Biblioteca Nacional de Israel, deberán tratar de convencer al tribunal de por qué es necesario que las dos hermanas hijas de Esther Hoffe entreguen al Estado unos manuscritos que legalmente son suyos.

El albacea Casuto sostiene su afirmación basándose en dos cartas que Brod escribió a su secretaria Hoffe en 1947 y 1952, en las que Brod manifiesta explícitamente que da a Hoffe manuscritos de Kafka como regalo e incluso describe su contenido. En 1939, Brod abandonó Praga para establecerse en Tel Aviv, donde conoció a Hoffe, quien antes de morir, en 1970, dio a sus dos hijas todos los textos de Kafka así como otros textos de Brod sobre el escritor. Las dos hermanas han vendido algunos originales a coleccionistas particulares e instituciones europeas por cantidades millonarias, y ahora quieren seguir vendiendo los manuscritos que mantienen.

Las dos partes en litigio deben alcanzar esta misma semana un acuerdo sobre los manuscritos. En caso contrario, se deberían abrir las cajas fuertes de los bancos de Tel Aviv donde se ocultan los textos. Las hermanas se oponen a esta medida alegando que si se abren las cajas disminuirá el valor económico de los manuscritos y perderán dinero cuando los vayan a vender.

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