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Primer reparto multitudinario de comida en Haití

La ONU espera alimentar a dos millones de afectados. Los soldados dan descargas eléctricas a quien rompe la cola

DANIEL LOZANO

Y al decimonoveno día comenzó a verse la luz. La ONU y sus colaboradores, desde las tropas estadounidenses hasta algunas ONG, repartieron ayer toneladas de alimentos entre cientos de miles de haitianos. '¡Gracias, gracias! Estamos bien, muchos empujones en la cola, pero los norteamericanos lo saben hacer bien', se congratulaba Louise, de 27 años, junto a la Comisaría de Canape Verd. Había conseguido su objetivo: una bolsa de arroz de 25 kilos, quedescansaba sobre su cabeza ya camino del campamento donde duerme desde el Apocalipsis del día 12.

El primer gran intento de revertir el descontrol que sufre Haití se organizó a través de pequeños cupones canjeables repartidos previamente. Las tropas estadounidenses controlaban tranquilamente a las miles de personas, mientras los soldados nepalíes asistían como esos a los que nadie ha invitado a la fiesta, presentes en la distancia. Primer objetivo: dar de comer a dos millones de haitianos durante las dos próximas semanas. Segundo objetivo: agarrar las riendas tras una catástrofe que ha puesto en entredichosu capacidad.

Muchos haitianos recibieron ayer agua, arroz, leche, carne y galletas

Varios kilómetros más adentro de la ciudad, en el campo de fútbol de Puerto Príncipe, la fiesta convivía con las peleas, los empujones con las carreras. Los soldados brasileños ordenaban colas anárquicas, donde las mujeres empujaban tanto como los hombres. Tranvías humanos, apretados y soltando latigazos de un lado a otro. Cuando aquello parecía descontrolarse, una rociada de gas y alguna descarga eléctrica. Escozor y dolor, pero ni un paso atrás.

Las primeras filas son exclusivamente para mujeres. 'Yo quiero mucho a Kaká', se reía Justu Nené, mientras esgrimía un cromo del media punta madridista. La jovencita de 20 años estaba exultante, con la foto de su jugador favorito y los alimentos entregados por el Programa Mundial de Alimentos (PMA): arroz, habichuelas, leche, carne, cereales, galletitas y picante. 'Y mucho agua para toda mi familia', sumaba. '¡Me gustan los soldados brasileños! Pero el que más, ¡Kaká!'.

La ayuda ha fluido por primera vez en los 16 puntos

El primer atisbo de organización del caos que impera en Puerto Príncipe dejó satisfechos a varios cientos de miles de desplazados. En las colas ya no existe desesperación, sí mucha necesidad. La alegría de muchos contrastaba con el enfado de otros tantos. Menudeaban las protestas. 'Deberían repartir los tickets a los cabezas de familia, sería más equitativo', razonaba Melande, de 65 años. Tal vez no le faltaba razón. En algunos campamentos, los jefes que organizan las pequeñas sociedades civiles que se están vertebrando han repartido vales entre su gente. En otros, todavía no lo han podido hacer. Sea como sea, los repartos continúan hoy.

'Llevamos en las colas desde las seis de la mañana', resume Antonio José, mitad haitiano, mitad dominicano, que no para de sudar. Ha intentando sumarse a la fila de las chicas, aprovechándose de su escasa estatura. Ellas no le dejan. Es la ley del más fuerte. 'En mi familia somos 18 y todavía no he podido conseguir nada. ¡Mira, mira! dos jóvenes asaltan a otro junto a las tiendas de campaña para arrebatarle el agua Es que los haitianos somos muy brutos'.

La reflexión de Antonio José contrasta con el resultado final del primer día de orden. Pese a los momentos de caos, pese a los empujones, pese a la total ineficacia de algunas tropas de la ONU, la ayuda ha fluido por primera vez en los 16 puntos de distribución fijos. Y dadas las cifras gigantescas de esta catástrofe, es un éxito. En palabras de un portavoz del PMA, la ayuda es 'precipitada e imperfecta', pero más 'robusta' que en días precedentes. Hasta esta operación gigantesca, las cifras que manejaba la ONU señalaban que 600.000 personasya habían recibido alimentos.

Los helicópteros sobrevuelan zonas conflictivas que siguen excluidas

Pero hay zonas que todavía esperan el milagro. Como Manissant, uno de los guetos de Puerto Príncipe. El rumor del reparto junto a la conocida Habitación de Napoleón se quedó sólo en un deseo. A sus habitantes les toca esperar, como todos los días desde aquel en el que la Tierra decidió martirizar sus vidas. Por lo menos hasta hoy. Funcionarios de la ONU medían las posibilidades de iniciar allí el reparto. Helicópteros estadounidenses han sobrevolado en estos días varias zonas conflictivas de la ciudad, fotografiando con el objetivo de crear mapas que faciliten la entrega.

Los helicópteros ofrecen la primera panorámica, imprescindible para dimensionar el terremoto que quiso borrar del mapa a una ciudad. Entre el 60% y el 70% de los edificios están derruidos.

El aterrizaje sobre las otras cifras todavía conmueve: 176.000 muertos, sin contar cuerpos quemados, enterrados o que todavía esperan debajo de los miles de edificios, más las víctimas de las pequeñas ciudades que rodean a la capital; y más de 250.000 heridos, de los que el 5% sufre amputaciones. Y dolor, mucho dolor, pese a las miles de sonrisas arrancadas tras el primer gran reparto.

La Unión Africana acordó ayer en el inicio de su cumbre de tres días en Addis Abeba, Somalia, estudiar la propuesta de Senegal para reubicar a los sin techo de Haití y la posible creación de un estado propio en África. La idea la propuso Abdoulaye Wade, presidente de Senegal, quien dijo que los haitianos tienen derecho a tener una nueva vida en África al ser descendientes de esclavos africanos.Wade dijo ayer que Senegal y otros países africanos están dispuestos a dar la nacionalidad a los haitianos que deseen empezar una nueva vida en el continente. El presidente de la Comisión de la Unión Africana, Jean Ping, aseguró ayer que “es un deber con la memoria intentar cumplir la propuesta del presidente Wade”.

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