Poco o nada sabíamos de Herman Van Rompuy, el nuevo presidente del Consejo Europeo. Muchos aún no le conocen. Así le ha pasado al líder de los euroescépticos británicos, Nigel Farage, quien le ha criticado por tener 'el carisma de un trapo húmedo'. 

'Nunca he oído hablar de usted', le ha dicho Farage, 'nadie en Europa ha oído hablar de usted'. Mal comienzo para Van Rompuy que comparecía por primera vez ante la Eurocámara, donde ha recibido estas críticas por parte del eurodiputado británico. 

Pese a aclarar que no pretendía 'ser maleducado', Farage ha afirmado que Van Rompuy tiene 'la apariencia de un empleado de banca de bajo rango', provocando las protestas de gran parte del hemiciclo. 

Farage se ha caracterizado siempre por ser un parlamentario polémico representando al Partido por la Independencia del Reino Uido (UKIP) y por su feroz oposición a la integración europea. 

Este miércoles, en la sucesión de críticas hacia el político belga, Farage le recriminó su talante europeísta y aseguró que entre sus objetivos está el de 'acabar con los Estados-nación'. 'Quizás es porque viene usted de Bélgica, que es prácticamente un no-país', dijo poniendo broche final a su ira contra Van Rompuy.

La reacción de los principales grupos del hemiciclo no se hizo esperar. El líder del Partido Popular Europeo (PPE), el francés Joseph Daul, instó a Farage a hacer uso del tratado de la UE y pedir la salida del Reino Unido si no está a gusto en la Unión.

Por parte de los socialistas, el alemán Martin Schulz, pidió a Farage que renuncie a su escaño y criticó que el presidente de la cámara, Jerzy Buzek, permitiese sus insultos a Van Rompuy en el hemiciclo.