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Chile recurre al ejército para controlar el caos

El número de muertos por el seísmo del sábado supera ya los 700. El maremoto arrasó gran parte de la costa pacífica

SOLEDAD PINO

'Estoy defendiendo mi negocio y mi casa con escopeta, siento vergüenza de reconocerlo, pero han querido robarme y no lo voy a permitir', dice con voz desesperada María, una pequeña comerciante de la ciudad de Concepción, una de las más afectadas por el terremoto de 8,8 grados en la escala Richter que azotó gran parte de Chile en la madrugada del sábado. Las autoridades contaban ayer más de 700 muertos; muchos de ellos fallecieron a causa del maremoto que siguió al seísmo.

Las regiones más afectadas son Maule y Bío Bío, que se han quedado sin agua ni luz. Tras el terremoto, se sucedieron ayer los saqueos y disturbios, que han obligado al Gobierno a ordenar la intervención del Ejército. La alcaldesa de Concepción, Jacqueline Van Rysselberghe, resumió la situación con una expresión: 'fuera de control'.

La alcaldesa de Concepción dice que la situación está 'fuera de control'

'No quiero ir a saquear nada, sólo pido que alguien me informe dónde puedo ir a comprar leche y agua para mis hijos. Necesito pilas para informarme por los boletines de radio', declaró a una emisora local un joven que deambulaba por las calles de Concepción con una botella vacía en la mano. Los comercios permanecían cerrados por los cortes de luz, lo cual agravaba la escasez de alimentos.

Por la mañana, las autoridades de Maule y Bío Bío alertaron de las olas de saqueos y pillaje a supermercados y pequeños comercios, así como de los asaltos en tiendas de licores, electrónicas y de ropa. En Concepción, los agentes de policía lanzaron gases lacrimógenas para dispersar a los grupos de saqueadores.

'Nuestra cárcel se derrumbó y se fugó el 100% de los reos. Bandas de delincuentes han saqueado y luego incendiado supermercados. No tenemos agua, luz ni combustible, y le pedimos al Gobierno que por favor nos ayude: necesitamos algún tipo de protección militar', imploró Leonidas Romero, alcalde de Coronel, una ciudad costera de Bío Bío. Agregó que miles de personas habían pernoctado en los cerros por temor a un tsunami, una situación que los ladrones aprovecharon para desvalijar sus casas.

En las regiones más afectadas en el sur se ha impuesto el toque de queda

Ante el panorama caótico, alcaldes de derecha y de izquierda pidieron al Ejecutivo que aprobara un decreto de excepción por catástrofe para entregar a los militares la seguridad de las calles y el reparto de ayuda humanitaria.

Tras su negativa inicial, la presidenta en funciones, Michelle Bachelet, rectificó y firmó el decreto que otorga a las fuerzas armadas el control policial en Maule y Bío Bío. Además, las autoridades civiles y militares impusieron un toque de queda para estas dos regiones del sur, que prohíbe a los ciudadanos circular por las calles entre las nueve de la tarde y las seis de la mañana.

Pero el caos y los saqueos también afectaron algunas zonas de la capital, Santiago. En la comuna popular de Quilicura cerca de mil pisos han resultado dañados severamente por el temblor y sus habitantes se han instalado en la calle para dormir. No tienen servicios básicos y los pequeños comercios de la barriada han cerrado sus puertas por temor a robos La situación desesperada provocó ayer grandes disturbios.

Un día después del terremoto más potente en medio siglo en el país andino, ayer se conocieron las verdaderas dimensiones del daño. Aunque las informaciones era confusas, se supo que el seísmo había provocado un maremoto que arrasó toda la zona costera de Maule y Bío Bío. Según la radio local, en la ciudad de Constitución pueden haber fallecido unas 350 personas a causa del temblor y del maremoto. Varios testimonios aseguraban que habían visto enormes olas que se adentraron hasta 400 metros en zonas habitadas.

Este fin de semana, en Chile terminaban las vacaciones del verano austral, por lo que las playas estaban aún saturadas de turistas y veraneantes.

'Yo sentí un aviso y comenzamos a huir en el coche. Pero al mirar atrás, alcancé a ver que el mar se llevaba una familia entera dentro de un coche. No podré olvidar nunca esa imagen', dijo entre sollozos un hombre a una radio local cuando regresaba a su hogar en Parral (Maule).

La localidad de Dichato quedó completamente sumergida en el agua. No hubo información de víctimas pero varios testigos aseguraron que no quedaba nada en pie y que no se veía gente por las calles.

El ministro de Defensa, Francisco Vidal, reconoció ayer que la Armada cometió un error al descartar el sábado, minutos después del devastador terremoto, que hubiese riesgo de tsunami en la costas del país. 'Lo que ocurrió en las costas de la regiones del Maule y del Bío Bío y poco después en el archipiélago de Juan Fernández es un maremoto aquí y en Burundi, y fue un error desestimarlo', reconoció Vidal. El ministro explicó que 'afortunadamente hubo un aviso de los Carabineros por todo el borde costero, lo que ayudó a salvar miles de vidas porque la gente pudo arrancar hacia los cerros'.

Pese a la tensión, ayer se produjeron los primeros signos de recuperación, al menos en las regiones menos afectadas. El 80% de Santiago ya tenía luz eléctrica y el aeropuerto de la capital se abrió antes de lo esperado. También el metro de la capital volvió a funcionar. Pero nadie baja aún la guardia porque las réplicas siguen sucediéndose. Ayer, la más fuerte, alcanzó 6,2 grados en la escala de Richter.

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