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Los últimos días del celuloide en las salas de cine

El negocio de la digitalización de las proyecciones enciende el debate entre exhibidores, distribuidores y el ICAA

LÍDIA PENELO

Dicen que tres son multitud, pero en el negocio del cine bastan dos, exhibidores y distribuidores, para sembrar la discordia. La digitalización ahorrará en costes de copias y transporte a los distribuidores, pero es a los cines a los que les tocará, de momento, asumir la puesta a punto de sus pantallas.

En Europa el debate está en marcha desde hace tiempo, por lo que el Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales (ICAA) organiza en Barcelona un encuentro internacional para analizar la cuestión. Bajo el nombre El sector de la exhibición independiente y los retos de la digitalización, arrancó este viernes una conferencia que hoy clausura la ministra de Cultura, Ángeles González -Sinde.

'Es una vergüenza lo atrasada que está España en materia de digitalización. Las administraciones públicas tienen que ser conscientes de lo que nos jugamos, y este congreso tiene que servir de sacudida para que no nos durmamos', afirmó el director general del ICAA, Ignasi Guardans, para quien el cine vive un momento en el que no hay término medio. Aclara: 'La digitalización será o un daño grave a la diversidad cultural o un impulso para potenciarla'.

Los riesgos de unos son los beneficios de otros, pero todos coinciden en que 'el cine en 35 milímetros está muerto, hay que abandonarlo'. Frase que despachó Ross Fitzsimmons, directivo de Curzon Artificial Eye, una de las companías pioneras en las salas de cine digitalizadas de Reino Unido.

Los más optimistas -distribuidores de grandes productoras y exhibidores de multisalas- explicaron su apuesta por la incorporación de contenidos alternativos.

Richard Gramfors, responsable de Digital Houses de Folkets Hus Och Parke, entidad que, entre otras actividades, promueve la expansión del cine en las zonas rurales y aisladas de Suecia, reveló el éxito de espectadores -y también de ingresos-, que ha supuesto la retransmisión de óperas en las salas que regentan. 'También queremos incorporar torneos on-line de videojuegos. Aprovechar más los proyectores y conectar el cine digital con propuestas interactivas que involucren a todo tipo de públicos', añadió.

Eventos deportivos y operaciones médicas son algunos contenidos alternativos que los responsables de los cines europeos ya digitalizados explotan para promocionar el sector. Sin embargo, ampliar la oferta puede perjudicar a las salas pequeñas e independientes. Quien encendió la alarma del riesgo fue el director general de Europa Cinemas, Claude-Eric Poiroux: 'La digitalización amenaza a la diversidad. Si equipamos digitalmente nuestras salas no cumpliremos el objetivo de difundir cine europeo porque todavía produce poca oferta en digital'.

Poiroux advirtió que 'la oferta alternativa se programa en las mejores franjas horarias y eso puede ser un perjuicio para algunas películas de cine europeo'.

Otro de los puntos oscuros que el encuentro no logró esclarecer es el relacionado con la tarifa de la copia virtual, la conocida VPF (Virtual Print Fee, tarifa virtual por copia). De momento, es el único modelo comercial viable y fue impulsado por las majors. Todos concluyeron que falta transparencia y que resulta fundamental conocer los números pactados.

Resulta evidente que Avatar ha acelerado -a escala mundial- la conversión de la imagen digital a las tres dimensiones. Ante el riesgo de que todo quedara en promesas, Fernando Évole, de la cadena Yelmo, adelantó que saldrán 'grupos de trabajo para hablar de temas concretos'. Évole también insistió en que la digitalización va más allá de un cambio de maquinaria y que necesitan 'apoyo de la administración'. La revolución digital se ha colado en los cines para quedarse. Esto es sólo el inicio.

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