Público
Público

El Senado respalda la política del Gobierno de diálogo con Cuba

El PP se queda solo en su pretensión de que el Ejecutivo endurezca su posición ante el régimen de los Castro

JUANMA ROMERO

El PP se amuralló, hizo de Numancia resistiendo hasta el final y perdió. Ningún otro grupo parlamentario del Senado respaldó ayer miércoles una moción de los conservadores en la que exigían al Gobierno “modificar su postura” respecto a Cuba y volver a la posición de dureza con la isla. La iniciativa recibió el apoyo de los 121 senadores del PP presentes en el Pleno y el rechazo de 127 parlamentarios (PSOE, ERC, IU, ICV, PNV, BNG, Partido Socialista de Mallorca y un independiente navarro). Los siete representantes de CiU y el portavoz de Coalición Canaria, Narvay Quintero (faltó Alfredo Belda), se abstuvieron.

La percha de la que colgó el PP su reclamación al Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero se llamó Orlando Zapata Tamayo, el disidente cubano que murió el pasado 23 de febrero tras 86 días en huelga de hambre. Los conservadores buscaron la “condena” de su muerte y el apoyo a “todos los cubanos que padecen la represión política” de la dictadura.

Ese no fue el punto polémico. Los grupos asumieron la “condena” sin ambages a la actitud de La Habana. Pero repudiaron la segunda petición del PP: que el Gobierno volviera a la Posición Común, la línea pactada por la Unión Europea el 2 de diciembre de 1996, a propuesta de José María Aznar. Zapatero quiere que la UE asuma, en el semestre de presidencia española, una relación de mayor diálogo con Cuba.

El PSOE ofreció un texto alternativo al PP. Se asentaba en dos patas. Primero, lamentaba la “evitable y cruel muerte” de Zapata, y se sumaba a la “condena” proclamada por el presidente del Gobierno (el PP insiste en que aquello fue 'lamentar', no 'condenar'), el Congreso y el Parlamento Europeo.

En segundo término, instaba al Ejecutivo a “impulsar un diálogo” con La Habana con tres objetivos: que la Cruz Roja entre en las cárceles de la isla; conseguir “la inmediata e incondicional liberación” de los presos políticos y el fin de la huelga de hambre del opositor Guillermo Fariñas, y “poner las bases para un futuro de reconciliación nacional”, con escrupuloso “respeto a los derechos humanos” de los cubanos. El BNG también presentó enmienda, pero menos exigente con la dictadura.

El PP sumó los tres objetivos del PSOE a su moción, pero no cedió en su exigencia al Gobierno de firmeza contra el régimen de Fidel y Raúl Castro. No ocultó sus intenciones. Quería o todo o nada, como aclaró su portavoz, Dionisio García Carnero. “De lo que ahora se trata es de retratarse: o bien están contra la dictadura, contra la opresión, contra el régimen que ha llevado a Zapata a la muerte y la condenan, o todo lo demás serán fuegos de artificio para salvar la cara ante la opinión pública”.

De camino, el senador del PP acusó a Zapatero (y con él, a toda la Cámara) de ser “complaciente” con el castrismo, de convertirse en “cómplice” de un Gobierno “represor”, de proteger más la vida del etarra Iñaki de Juana Chaos que la de los presos políticos cubanos y, en fin, de “mirar las dictaduras por su color político”. A García Carnero no le faltó el clásico, la comparación con el franquismo y la apertura de fosas: “¡Dejen a los muertos en paz y ocúpense de los vivos, que son los que hacen daño!”, apeló.

“Buscan la división permanente”, le replicó por el PSOE Francisco Vallejo, quien criticó el maniqueísmo del PP: “Buscan un titular de los medios adeptos que diga que los socialistas no condenan al régimen”. El Gobierno “condena”, dijo, pero no quiere “dar la espalda a Cuba”.

“Moderación y diálogo no son ni debilidad, ni complacencia, ni apocamiento –razonó–. No quieran gobernar desde aquí [el Senado], porque el Gobierno tiene legitimidad y porque no se puede romper el diálogo con Cuba si queremos salvar vidas humanas y liberar presos políticos”. Los demás grupos también creyeron “fracasada” la Posición Común.

Propuesta del PNV. El PP podía haber encontrado más socios, pero su posición de dureza le aisló. Iñaki Anasagasti (PNV) juzgó “válida” la propuesta conservadora, pero reconoció un “avance fundamental” y “un paso valiente” en la enmienda del PSOE. Anasagasti ofreció un trato: si los socialistas convertían esa enmienda en moción propia para el próximo pleno, el PNV se opondría al texto del PP. Francisco Vallejo aceptó la propuesta para lograr el “acuerdo” del Senado.

“Interlocutor de Cuba”. A CiU no le resultaba fácil “avalar” el texto del PP. Aunque cree que ya no se puede “mirar hacia otro lado”, España “puede ser por muchísimas razones el interlocutor de Cuba con la UE” y tiene “la obligación moral de tomar iniciativas en beneficio de los cubanos”, dijo Joan Maria Roig, quien tildó la enmienda del PSOE de “avance sustancial”.

El 'fracaso' de la Posición Común. La Posición Común “ha fracasado, no ha funcionado”, recalcó Lluís Maria de Puig, de la Entesa.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias