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Obama sopesa obligar a Israel a aceptar la paz

La negativa de Netanyahu a negociar acaba con la paciencia del presidente de EEUU

EUGENIO GARCÍA GASCÓN

Si persiste la negativa del primer ministro Binyamin Netanyahu a negociar con los palestinos sobre las cuestiones clave del proceso de paz, el presidente Barack Obama podría imponer a Israel una iniciativa propia fundamentada en la Hoja de Ruta y para ello recabar el apoyo de la UE, según fuentes diplomáticas.

La tensión entre israelíes y palestinos no deja de aumentar. Los tanques que el viernes entraron en Gaza salieron ayer de la Franja, pero este incidente, provocado por la muerte de dos soldados israelíes en un enfrentamiento con milicianos palestinos, no ha hecho sino añadir tensión a una situación que se acerca al punto de no retorno en el que Washington podría imponer una solución a Tel Aviv.

Los tanques israelíes salieron ayer de la franja de Gaza

En la oposición israelí se teme que muy pronto, en cuestión de días o de semanas, se llegue a esta situación, pero se admite que puede ser la única salida posible ya que Netan-yahu es prisionero de sí mismo y de la coalición radical que lo sustenta, y el debate que ha abierto en el llamado Foro de los Siete, que le incluye a él y a seis ministros más, no conducirá a ninguna parte.

El Foro de los Siete está en contra de cualquier acuerdo. Uno de sus miembros, el general Moshe Yaalon, lo dijo con claridad el viernes: 'Nadie del foro cree que sea posible llegar a un acuerdo con los palestinos'. Otros tres miembros, Eli Yishai, Benny Beguin y Avigdor Lieberman, también se oponen frontalmente, mientras que los restantes, Netanyahu, Ehud Barak y Dan Meridor, tampoco están por la labor.

El foro todavía dispone de algún tiempo, aunque no demasiado, para responder a las demandas de Obama. La paciencia del presidente se ha agotado y aguarda respuestas claras y rápidas. Si no se le contesta con prontitud, no tendrá más alternativa que cambiar el piñón e imponer un ritmo acelerado, ya que su objetivo es solucionar el conflicto antes de que termine su primer mandato dentro de tres años.

Los militares israelíes se han convertido en un agente del juego político debido a las críticas que soportan de sus colegas estadounidenses, que los acusan de poner en peligro la vida de los soldados norteamericanos en Irak, Afganistán y Pakistán. El ejército israelí cree que Obama quiere resolver el conflicto con los palestinos a su costa y como antesala para sacar, con dignidad, a las tropas desplegadas en Irak y Afganistán.

Para Fatah, la única solución es imponer la Hoja de Ruta a Tel Aviv

Los apartados que contiene el plan de Obama, según el diario Yediot Ahronot, comprenden la creación de un Estado palestino en las fronteras de 1967 con un canje menor de territorio, así como el establecimiento de este nuevo Estado antes de que expire el mandato de Obama. En la propuesta, Israel conserva los tres grandes bloques de asentamientos judíos cediendo un equivalente similar de tierra. Jerusalén será la capital de los dos estados y los santos lugares quedarán bajo supervisión internacional. Por último, de imponerse esta solución, Obama presionaría a Hamás para que reconociera a Israel y renunciara a la lucha armada, e invitaría a los árabes a normalizar las relaciones con Tel Aviv.

Fuentes diplomáticas indicaron que durante las dos reuniones que Obama mantuvo esta semana con Netanyahu en Washington, el presidente insistió en que Israel tiene que ser tan receptivo a los intereses de EEUU como sucede ya a la inversa. El presidente mencionó Irán, Irak y Afganistán, que suponen un quebradero de cabeza para la Casa Blanca.

Muhammad Odeh, un alto cargo de Fatah, dijo ayer a Público que el presidente de EEUU se está dando cuenta de que no hay nada que hacer con Israel y de que 'es necesario imponer la Hoja de Ruta'. 'Israel es el único Estado del mundo que se ha establecido por una decisión de la ONU y que sin embargo no acepta ninguna de las decisiones de esta', dijo. En su opinión, 'la paz sólo llegará cuando saque a todos los colonos de Jerusalén Este'.

“No podemos mantener negociaciones indirectas mientras Israel no cese todas sus actividades de colonizar Jerusalén y no ponga fin a su política de hecho consumado”. El presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abás, situó ayer el cese de los asentamientos judíos en Jerusalén en el centro de cualquier posibilidad de sentarse a una mesa para negociar con Israel. Abás habló en la 22 cumbre de la Liga Árabe, que comenzó ayer en la ciudad libia de Sirte. Su discurso recordó que la capitalidad en Jerusalén es para los palestinos una condición irrenunciable para construir su futuro Estado.“La destrucción y la ocupación de casas, así como la expropiación de tierras, se han convertido en prácticas cotidianas que forman parte de un programa de limpieza étnica de Jerusalén”, denunció Abas, quien destacó que la Ciudad Santa constituye “la clave de la paz” y que un Estado palestino sin Jerusalén como capital “no tiene ningún sentido”. “Jerusalén es la niña de los ojos del mundo musulmán”, resumió después el sentimiento de la comunidad musulmana con respecto a la ciudad el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan.“No podemos aceptar ningún atentado israelí a Jerusalén y a los lugares musulmanes”, concluyó Erdogan.

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