El encargado de un restaurante de Girona deberá afrontar una pena de 19 meses de cárcel y 6.000 euros de indemnización por haber pedido a una de sus empleadas que abortara. La sentencia dictada por el Juzgado de lo Penal número 5 de Girona considera al acusado culpable de un delito de coacción, ya que quiso 'interferir en la voluntad de la víctima'. La sentencia fija la indemnización 'en atención de reparación del daño moral causado'.

La titular del jugado ha dado credibilidad a la víctima, que, pese a la presión sufrida, decidió libremente seguir con el embarazo y tener a su hijo.

Según la sentencia, su determinación le costó el trabajo, puesto que la empresa no le renovó el contrato. Es más, su empleador no le pagó el finiquito. Finalmente, tras la mediación del sindicato UGT, la mujer consiguió los 2.000 euros que le correspondían.

La sentencia también valora el hecho de que el procesado no adoptó las medidas precisas para que su empleada pudiera desempeñar su tarea con normalidad durante el embarazo, ya que la obligaba a cargar las neveras del restaurante y a trasladar cajas pesadas. Según la juez, estas son tareas 'impropias para una mujer embarazada'. Además, la insistencia que mantuvo el encargado del restaurante a la hora de encargar estos trabajos revela 'un clima hostil hacia la trabajadora y una dejación de las funciones' que como representante de la empresa le correspondían.

La denuncia se presentó en 2007, a través de UGT, que considera la sentencia 'una importante victoria en la lucha contra el acoso por razón de sexo'. Por el contrario, Carles Monguilod, abogado de la defensa, ha lamentado que la juez haya basado su decisión 'únicamente en la versión de la mujer' y ha anunciado la presentación de un recurso ante la Audiencia de Girona.