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Laboristas y ‘tories’ hacen una pinza sobre Clegg

Los dos partidos utilizan todo tipo de armas contra el líder liberal, de momento sin debilitarlo en los sondeos

IÑIGO SÁENZ DE UGARTE

“Su mujer es española, su madre es holandesa, su padre es medio ruso y su jefa de prensa es alemana. ¿Hay algo británico en el líder de los LibDem?' Si suena zafia y xenófoba es porque esta descripción de Nick Clegg apareció el domingo en el Mail on Sunday.

Los rivales no llegarán tan lejos, de momento, como ese periódico sensacionalista, pero tanto laboristas como conservadores son conscientes de que van a tener problemas en las urnas a menos que bajen a Clegg del pedestal.

A dos semanas de las elecciones, todos saben que el aumento de los liberales en los sondeos no era flor de un día. Los conservadores son los principales perjudicados, pero hay dirigentes laboristas que parecen dispuestos a aplicar una pinza sobre el político de moda en Gran Bretaña.

Algunos argumentos son utilizados en ambos lados. “De una cosa estoy seguro –ha dicho el ministro de Justicia, el laborista Jack Straw–. Si los liberales llegan al poder, habrá un aumento del crimen”.

Tal capacidad adivinatoria se debe a que el partido de Nick Clegg está a favor de que las penas de cárcel inferiores a seis meses no comporten el ingreso en prisión. Es una forma de solventar el agudo problema de la saturación de las cárceles –tampoco hay dinero para construir más–, aunque para los laboristas nunca hay presos suficientes.

A fin de cuentas, han creado 4.300 nuevos delitos perseguibles por los tribunales desde 1997. El número de presos ha crecido un 37% desde entonces hasta llegar a los 84.593.

Para los conservadores, Europa es el campo de batalla contra Clegg. Les saca de quicio la idea de que pueda ganar las elecciones una persona que estudió en el Colegio de Europa, en Brujas, y que trabajó como funcionario de la Comisión Europea.

Clegg ha renunciado a la entrada británica en el euro. No es suficiente para los tories, que quieren pintarlo como un caballo de Troya en el que viaja escondida la UE. Lo cierto es que en Bruselas están encantados con el ascenso de Clegg.

En el segundo debate de los líderes en la campaña, que se celebra mañana, saldrá el tema de la modernización de los misiles nucleares Trident. Los liberales apuestan por alternativas menos costosas para el presupuesto ante la alarma de sus adversarios.

Sin embargo, varios ex generales enviaron ayer una carta a The Times precisamente apoyando el estudio de esa opción para que las limitaciones presupuestarias no afecten tanto a las necesidades del Ejército.

Brown y Cameron también podrían atacar a Clegg por su oposición a la invasión de Irak y sus dudas sobre la guerra de Afganistán. Eso es menos probable. La opinión pública está ahí más cerca del liberal que de sus rivales.

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