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Grecia provoca sacudidas electorales a orillas del Rhin

La crisis griega pone en peligro a la CDU de Merkel en las elecciones de Renania del Norte-Westfalia

THILO SCHÄFER

Bajo un mar de paraguas 2.000 personas esperan en la plaza del ayuntamiento de Düsseldorf a Angela Merkel. La decepción es palpable cuando finalmente sube al podio el ministro de Defensa, Karl Theodor zu Guttenberg, que se ha ofrecido como sustituto de última hora para la canciller alemana. Merkel tuvo que cancelar su comparecencia el viernes en el mitin de la Unión Democristiana (CDU) en la capital de Renania del Norte-Westfalia para acudir a la cumbre europea extraordinaria sobre la crisis griega en Bruselas.

'La canciller Merkel me ha dicho que les mandara sus más calurosos saludos. Le hubiera encantado estar aquí pero su prioridad es defender nuestros intereses nacionales en Bruselas antes que hacer campaña', explica el ministro de los democristianos bávaros, la joven estrella del Gobierno conservador-liberal en Berlín.

Es irónico que Merkel tuviera que ausentarse de ese acto de campaña para las cruciales elecciones de hoy en el land más poblado de Alemania, con 18 millones de habitantes. La crisis helena ha dominado la carrera electoral. Mucho se ha criticado a Merkel por haber intentado posponer la decisión sobre las ayudas alemanas para Atenas hasta después de la cita con las urnas en Renania-Westfalia, donde peligra la mayoría de la CDU y sus socios liberales del FDP.

Si pierde el poder en el parlamento de Düsseldorf, Merkel se quedaría también sin mayoría en el Bundesrat, la Cámara Alta federal, y tendría que pactar con la oposición todas las grandes reformas; las mismas que Merkel ha pospuesto para que no tuvieran un efecto negativo en el voto en esta región, el corazón industrial del país.

El SPD puede renacer hoy tras su debacle en las generales

Hace cinco años, el jefe de la CDU renana, Jürgen Rüttgers, logró la hazaña de arrebatar a los socialdemócratas su histórico feudo tras 39 años en el poder. Fue el preludio del fin del Gobierno rojiverde de Gerhard Schröder en Berlín. Hace pocos meses, Rüttgers parecía invencible, pero las últimas encuestas pintan mal para la CDU. Y gran parte de la culpa la tiene la crisis griega.

En el mitin de Düsseldorf, el primer ministro coge el toro por los cuernos. 'Grecia ha sido el tema que ha eclipsado todo lo demás en esta campaña. Entiendo que la gente está preocupada y se pregunta por qué tenemos que ayudar nosotros si también tenemos bastantes problemas', dice Rüttgers al público que aguanta la llovizna fría. El candidato defiende la decisión del Parlamento alemán, esa misma mañana, de autorizar los créditos para Atenas: 'Es una medida de interés nacional, porque da estabilidad al euro'.

Justificar la concesión de ayudas multimillonarias a un país lejano mientras se habla de recortes en los servicios públicos locales es un asunto muy espinoso. 'La gente no entiende que se trata de créditos para Grecia que incluso nos pueden dar beneficios', comenta Carsten, que ha venido con tres colegas al mitin de Rüttgers. Los cuatro trabajan en un banco en Düsseldorf. 'Es muy difícil transmitirlo a la gente y se ha hecho mucha demagogia'.

En la prensa alemana la crisis helena ha acaparado titulares y editoriales. '¿Volveremos a ver nuestros millardos algún día', preguntaba ayer en portada el diario sensacionalista Bild, el más leído de Europa. En los bares de Düsseldorf, gente que no suele pensar en la deuda pública discute la crisis griega con pasión. Hay una mezcla de ira y resignación. Unos se quejan de los supuestos beneficios sociales de los griegos que van más allá del sistema de bienestar alemán. Otros comprenden que lo que está en juego es la estabilidad de la zona euro o incluso el futuro de Europa, como ha proclamado Merkel.

El conservador Rüttgers parecía invencible hace pocos meses

'Este tema mueve a la gente como pocos antes y será decisivo en las elecciones', dijo Klaus-Peter Schöppner, director del instituto de demoscopia TNS Emnid, al diario Rheinische Post. La crisis griega ha pasado factura a Rüttgers, pero también al Gobierno federal. El socio liberal se ha hundido en los sondeos por la sospecha de clientelismo en el reparto de ventajas fiscales a grupos afines. Rüttgers, un barón regional muy incómodo para Merkel, ha sufrido revelaciones sobre financiación irregular de su partido.

Si las encuestas aciertan, el Partido Socialdemócrata (SPD) puede celebrar hoy su renacimiento en Düsseldorf tras el duro varapalo que recibió en las elecciones federales de septiembre, cuando obtuvo uno de los peores resultados de su historia. Hace pocos meses nadie daba un duro por la candidata Hannelore Kraft. Nacida en la cuenca del Ruhr, la zona obrera por excelencia y caldera socialdemócrata, Kraft ha logrado revertir el declive del SPD apostando por temas cercanos como la educación.

'El año pasado en las campañas para las elecciones europeas y federales muchos nos insultaban por lo que hizo el SPD cuando estaba en el Gobierno', cuenta Nico que, con otros voluntarios de las juventudes socialistas, lleva un puesto de propaganda electoral en el centro de Düsseldorf. 'Ahora la actitud ha cambiado y notamos que la gente se interesa por nuestras propuestas'.

Ocho meses después de su debacle electoral en las generales, el SPD podría recuperar hoy una importante cuota de poder en Alemania.

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