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El PP lo fía todo a que Camps dimita si resulta imputado

En las filas conservadoras no quieren padecer el mismo calvario que con Bárcenas y, por eso, confían en que deje el cargo si el miércoles el Supremo reabre la causa por los trajes

MARÍA JESÚS GÜEMES

Los dirigentes del PP llevan una semana movilizándose en público por el president de la Generalitat, Francisco Camps. Han sido varias las voces que se han elevado para defender que repita como candidato en las próximas elecciones autonómicas de 2011. Entre ellas, la más poderosa, la de su jefe de filas, Mariano Rajoy. El presidente de los conservadores salió a su rescate, como en otras muchas ocasiones, pero esta vez fue más lejos que nunca en su aval: 'Que diga la Justicia lo que quiera. No va a condenarlo el 12'. Ese día el Tribunal Supremo decide si reabre o no la causa por los trajes contra Camps.

Pero si lo imputan, son muchos los dirigentes del PP que esperan que dimita de forma inmediata. Diputados, senadores, cargos territoriales e incluso algunos miembros del comité de dirección piensan que sería 'la mejor salida'. Es lo que se dice en privado. Un mensaje que esperan que le llegue a Camps, aunque nadie se lo va a decir a la cara. La consigna es otra: cierre de filas. Algo que se volverá a visualizar hoy en el comité ejecutivo nacional.

Los que conocen bien a Camps creen que se seguirá aferrando al cargo

En la formación conservadora consideran todos los escenarios posibles. Si finalmente no prosperan los recursos de la fiscalía y del PSOE valenciano, le aconsejan que convoque elecciones anticipadas o remodele su Consell. En la Comunitat Valenciana creen que debería acometer 'una profunda limpieza' que le permitiera entrar en campaña aguantando los envites de la oposición.

Pero si al final el alto tribunal lo imputa por un delito de cohecho impropio, Camps tiene dos caminos: o aguanta, adoptando alguna de las decisiones anteriormente mencionadas, o se va entre la presión mediática y la que ejerza la sede nacional.

La mayoría preferiría que optara por esta última opción. Todo con tal de no tener que padecer el mismo calvario que soportaron con el ex tesorero del partido, Luis Bárcenas. A nadie se le ha olvidado aún la agonía y el desgaste que sufrió el Partido Popular durante más de un año: desde que estalló el caso Gürtel hasta que el responsable de las cuentas rompió todas las correas que le mantenían atado a la formación de Rajoy.

Le aconsejan que remodele el Consell o convoque elecciones

Los que conocen bien a Camps se muestran convencidos de que, si se reactiva el proceso, se aferrará al cargo como ha hecho durante todos estos meses. Piensan que seguirá proclamando su inocencia y defendiéndose en su cruzada contra el mundo. Pero todos saben que ha sufrido un desgaste personal importante. Le ven 'tocado' y no descartan que, con su nombre copando de nuevo todos los titulares, acabe 'hundido'.

Para protegerse, el presidente valenciano recurrirá al libro de estilo del PP. Para empezar, podrá recordar el caso de su compañero de filas, el líder del PP de Canarias, José Manuel Soria. El vicepresidente canario estuvo imputado durante más de medio año por el caso Salmón, un asunto que finalmente terminó siendo archivado. También puede poner en evidencia la situación del presidente de la diputación de Castellón, Carlos Fabra, que se ha visto implicado en numerosos delitos y nunca se la ha exigido el cargo. De hecho el próximo 21 de mayo tiene que ir a declarar para explicar el origen de los cerca de cinco millones de euros ingresados en metálico y en cheques en diferentes cuentas a su nombre y de su familia, según se desprende de un informe elaborado por Hacienda.

Barberá, su recambio, puede acabar imputada por la visita del Papa

Pero ninguno de los dos son el presidente de una comunidad autónoma. Y Camps olvida, además, que tiene otros asuntos pendientes en el Tribunal Superior de Justicia de Madrid: el informe policial en el que se habla de la supuesta financiación ilegal del PP valenciano y de las relaciones de la Generalitat con la empresa Orange Market, en el que se incluyen las adjudicaciones de Fitur y todo lo relativo a la visita del Papa. Precisamente por este último tema también se podría ver salpicada una de las personas de las que siempre se habla cuando se estudia su posible recambio: la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, ya que el ayuntamiento es miembro de la fundación que organizó el evento.

Para cubrir este flanco, Camps ya ha empezado a urdir su estrategia. En el último pleno de Les Corts, contraatacó diciendo que todo era 'infundado' y que contaba con un informe de la Abogacía de la Generalitat que desmontaba 'punto por punto' que los contratos con la trama de corrupción fueran irregulares.

Algunos dirigentes creen que Rajoy lo blindó porque sabe que no ocurrirá nada

Para un Consell paralizado y herido, las palabras de Rajoy fueron un bálsamo. En el partido, sin embargo, no todo el mundo las comprendió. Les chocó que blindara de ese modo a Camps después de haberle oído decir en una reunión que no está dispuesto a tolerar ni conductas delictivas ni comportamientos reprochables. Pero los que rodean al líder del PP señalan que fue una respuesta para ganar tiempo e infundir tranquilidad a los suyos. Además, recuerdan que Rajoy también apoyó siempre a Bárcenas porque considera que su obligación es defender la presunción de inocencia.

Hay quien sospecha que el presidente del PP maneja información privilegiada de que el Supremo dará carpetazo a toda esta historia. Si no, no se explican su contundencia, aunque sea por lealtad. Para la mayoría de cargos del PP sería 'insostenible' que Camps fuera juzgado. 'Un gran marrón', reconoce un diputado.

El PP valenciano se ha movilizado por su presidente. Comunicados y manifestaciones de respaldo absoluto: 'Totalmente con él', dice más de uno. Pero lo cierto es que todos, todos, no. Hay un sector que considera que Camps no debería repetir en ningún caso como candidato y van extendiendo la idea. Los conservadores observan que algunos de sus compañeros están 'enredando', aprovechando la 'debilidad' de la formación a nivel regional. Por lo visto, esta ha visto mermada su interlocución con la nacional y los tres presidentes provinciales Carlos Fabra (Castellón), Alfonso Rus (Valencia) y José Joaquín Ripoll (Alicante) aprovechan para velar por sus intereses.

19 febrero de 2009
Se publica que el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, podría haber recibido trajes a cambio de favores a la trama de corrupción. Camps lo desmiente.

20 de mayo 2009
Camps declara como imputado por presunto delito de cohecho impropio en el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat valenciana (TSJCV). Sale diciendo que está “muy contento”.

3 de agosto de 2009
La Sala de lo Civil y lo Penal del TSJCV, que preside su “más que amigo” el juez De la Rúa, archiva la causa. La resolución contó con el voto particular del magistrado Juan Montero que cuestionó la interpretación dada al artículo 426 del Código Penal, referido al cohecho impropio, y dijo no estar “convencido” de que los hechos no constituyeran delito.

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