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Las empresas del vertido se culpan mutuamente

BP, Transocean y Halliburton niegan responsabilidad alguna

ISABEL PIQUER

Nadie quiere responsabilizarse del accidente de la plataforma petrolífera Deep-water Horizon, que el pasado 20 de abril explotó en el golfo de México sin causa aún conocida, y que provocó 11 muertes y una marea negra que aún no ha cesado. En una esperada comparecencia ayer ante el Comité de Energía y Recursos Naturales del Senado en Washington, los altos ejecutivos de BP, Transocean (propietaria de la plataforma) y Halliburton (que trabajaba en ella cuando ocurrió el suceso) eludieron asumir responsabilidades por la explosión y se culparon mutuamente de ella.

Lamar McKay, presidente de la filial estadounidense de BP, responsabilizó a Transocean. 'Los sistemas están diseñados para cerrarse automáticamente', dijo McKay. 'Por razones que no entendemos, no fue así'. El director de Transocean, Steve Newman, negó las acusaciones: 'No fuimos quienes provocamos la explosión', aseguró, y traspasó a su vez la responsabilidad a Halliburton, que en el momento del suceso estaba procediendo a tapar al escape de petróleo. Y el responsable de Halliburton, Tim Roberts, escurrió el bulto al acusar a su vez a BP de una falsa maniobra durante la delicada operación.

En resumen, dijo Newman, 'la única cosa que sabemos con certeza es que en la noche del 20 de abril, hubo un fallo catastrófico del cemento, la estructura o ambos'. 'No puedo señalar ninguna deficiencia', añadió McKay. 'Reconozco que tenemos algunos problemas y debemos cambiar algunas cosas en la compañía', confesó finalmente, presionado por los legisladores, pero no entró en detalles. 'Espero que así sea porque su empresa ha tenido varios accidentes seguidos', replicó el senador demócrata por Oregón, Ron Wyden.

Sigue el derrame

Sobre el terreno, las cosas no van bien. BP tenía previsto intentar de nuevo contener la fuga submarina, esta vez con una cúpula más pequeña. Se estima que el agujero vierte al mar unos 795.000 litros de petróleo al día. En Port Fourchon (Luisiana), una de las puntas del delta del Misisipi, miembros de la Guardia Nacional se sumaron a presos en uniforme para proteger los pantanos y las playas con grandes sacos de arena, a la espera de la llegada del crudo.

En Washington, el secretario de Interior, Ken Salazar, anunció su intención de escindir el organismo gubernamental que otorga las licencias de exploración petrolífera, el Mineral Management Service (MMS), en dos agencias distintas, una encargada de inspeccionar las plataformas y otra centrada en dar los permisos y cobrar los derechos de explotación. En la investigación de las últimas semanas, se ha desvelado que el MMS no pidió suficientes medidas de seguridad a BP para sus operaciones en el golfo.

 

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