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"¡Sois unas enfermas y tortilleras! ¡Idos a casa, bolleras de mierda!"

Una pareja de lesbianas denuncia una agresión e insultos al besarse en un restaurante de Madrid.

LIDIA GINER

Una pareja de lesbianas ha denunciado en la comisaría madrileña de Chamartín agresiones por parte de un cliente del restaurate José Luis, ubicado en las cercanías del estadio Santiago Bernabéu. Marta E. y Montse P. también acusan al personal del establecimiento de 'indiferencia' y 'pasividad' ante los hechos, ocurridos el pasado 14 de julio.

Según las denunciantes, un hombre y una mujer de unos 60 años sentados en la mesa de al lado se sulfuraron al ver cómo la pareja se besaba en la boca. Según su relato, la mujer se levantó de la mesa y les gritó: '¡Sois unas enfermas y tortilleras! ¡Idos a vuestra casa, bolleras de mierda!'.

Marta y Montse aclaran que sólo se besaron: 'Con 40 años somos poco amantes del espectáculo'

Ante estos insultos, una de las homosexuales replicó: '¡Qué atrevida es la ignorancia!'. 'Cuando el hombre me llamó puta fue cuando ya tuve que devolver los insultos. No sé si se lo dije o lo imaginé, pero pensé que era un fascista y un homófobo', opina.

Acto seguido el hombre le propinó un golpe en la nariz a Marta 'con la mano abierta', refiere el parte médico.

Desde el establecimiento rebajan importancia a la disputa al subrayar que 'no fue para tanto', tan sólo 'un problema puntual'. Jose Luís Ruíz, gerente del restaurante, justifica en parte la reacción de la pareja heterosexual al sostener que 'estas señoras, o señoritas (por Marta y Montse) estaban haciendo cosas que no se deben hacer en un establecimiento público'. 

Marta y Montse aclaran que 'con 40 años somos poco amantes del espectáculo', aclaran que sólo se besaron en la boca y se quejan de la indiferencia de los empleados y dueños del establecimiento.   

'No tenemos constancia de ninguna agresión', aduce el gerente del local

Desde el restaurante afirman que reaccionaron de forma inmediata invitando a los cuatro implicados a salir del local. 'Las órdenes que tienen los encargados es de apaciguar los ánimos en este tipo de casos', se defiende Ruíz para remarcar que en el establecimiento 'tenemos tolerancia total hacia todas las personas'.

Sin embargo, Marta y Monste denuncian que 'ni los camareros, ni el encargado, ni el resto de clientes hizo nada al ver cómo un hombre le pegaba un golpe en la cara a una mujer', señala Montse.

'Nosotros no tenemos constancia de ninguna agresión dentro del restaurante', aduce el restaurador. 'Me dolía tanto la cara que cuando la pareja salió para irse del restaurante no fuimos capaces de pararles', afirma por su parte Marta, quien junto a la denuncia presentó un parte médico. 'Me dieron un buen golpe', evoca la agredida. 

Estas madrileñas, ante todo,  denuncian que tras la agresión se acercaron al encargado para pedirle explicaciones. 'Nos miró con desgana y, de forma soberbia, me dijo que habíamos montado un buen lío'. 'No tuve más remedio que llamar a la policía y sólo entonces conseguí que ese señor de negro me hiciese caso', agrega.  'Agresión no hubo', insiste el gerente del local.

'Las dos sabemos que esto va a quedar impune. No sabemos quiénes eran la pareja de pijos, pero sí sabemos el sitio dónde fuimos agredidas', resume Montse.

Desde el Colectivo de Lesbianas, Gays, Transexales y Bisexuales de Madrid (COGAM) dicen no entender ' por qué se le agrede a una persona por ser diferente' y denuncian que los hechos ocurrieron 'ante la total indiferencia del personal del restaurante, siendo especialmente despectivo e indiferente ante los hechos el trato recibido por parte del encargado del local'.

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