El Ministerio de Exteriores español cree que la versión de su organismo homólogo en Marruecos 'no concuerda' con los hechos que sucedieron el lunes pasado en el puesto fronterizo de Tarhana, en Melilla, cuando las fuerzas de seguridad españolas tuvieron un altercado con un hombre con pasaporte francés y residente en Melilla que intentaba cruzar la frontera desde Marruecos.

El ministro marroquí expresó, en un comunicado, su 'indignación' porque los agentes utilizaron, según su versión, 'la inaceptable violencia física'. Sin embargo, tanto el Ministerio de Asuntos Exteriores como la Delegación del Gobierno en Melilla aseguraron que la actuación policial fue 'proporcionada'. Según la versión española, una agente, de los dos que estaban implicados en el incidente, fue agredida en primer lugar por el hombre, de 36 años, y que ha sido identificado como M.B.

La policía española recibió, según su versión, un golpe en el rostro. Pidió ayuda y un guardia civil acudió para detener al agresor. Este se resistió y forcejeó hasta que finalmente fue reducido y puesto a disposición judicial. Los tres implicados recibieron asistencia médica, aunque ninguno resultó herido de gravedad.

El ministerio que dirige Miguel Ángel Moratinos ensalzó, en un comunicado, la 'diligencia de las autoridades' que se encargan de coordinar el tráfico fronterizo, que afecta a dos millones de personas y que 'mejora cada año gracias al trabajo conjunto' de las instituciones de ambos países. Por otro lado, lamentó la actuación marroquí, ya que 'singularizar episodios desde una perspectiva unilateral no se corresponde con el espíritu de cooperación reinante entre España y Marruecos'.

El Gobierno de Melilla, por su parte, defiende la 'eficaz' actuación de las fuerzas de seguridad, pero cree que 'tanto Marruecos como España deberían haber investigado lo ocurrido antes de lanzar versiones equivocadas'.