Celestino Corbacho tiene los días contados como ministro de Trabajo e Inmigración. Su retorno a Catalunya es ya una cuestión de semanas. Cesará a petición propia para ser uno de los candidatos del PSC al Parlament en las elecciones autonómicas que el president de la Generalitat José Montilla prevé convocar para el 28 de noviembre.

Corbacho considera que, tras la aprobación de la reforma laboral, su etapa política ya se puede dar por cerrada en Madrid y por ello hace unos días que manifestó tanto a Montilla, primer secretario de los socialistas catalanes, como al presidente José Luis Rodríguez Zapatero su voluntad de volver a Catalunya, de donde salió en abril de 2008 para ser uno de los dos ministros del PSC en el Ejecutivo español. Un deseo, el del retorno, que casa con la necesidad urgente del PSC de movilizar a su electorado del cinturón de Barcelona en unos comicios que afronta con encuestas muy adversas.

El ministro ya ha pedido a Zapatero y al president que le faciliten el retorno

El ministro, que fue alcalde de l'Hospitalet de Llobregat, segunda ciudad de Catalunya, es uno de los dirigentes con más tirón entre un electorado que registra índices de abstención más altos en las autonómicas que en las generales. Montilla ya intentó en 2006 llevar a las urnas al cinturón pero, pese a que el entonces también ministro de Zapatero había sido alcalde metropolitano (en su caso de Cornellà de Llobregat), no lo consiguió y perdió votos en relación a los obtenidos por Pasqual Maragall en 2003.

Fuentes del PSC y del Gobierno explicaron a Público que la petición de Corbacho está encima de la mesa y que 'se atenderá' con total seguridad, pero que la salida no se hará efectiva al menos hasta el 30 de septiembre; es decir, hasta que pase la huelga general que, contra la reforma laboral y los recortes sociales, han convocado los sindicatos tras el fracaso del diálogo social.

Irá entre los cinco primeros en la lista del PSC por Barcelona

Corbacho será el primero en dejar el Gobierno por motivos electorales esta legislatura. Si la titular de Sanidad, Trinidad Jiménez, se impone en las primarias del PSOE de Madrid, seguirá sus pasos.

Faltará ver ahora en qué puesto sitúa Montilla a Corbacho en la lista del PSC. Estará entre los cinco primeros, más aún después de que el conseller de Economia, Antoni Castells, cara visible del sector más catalanista del partido y dos de Montilla hace cuatro años, se haya autodescartado como candidato en desacuerdo con la estrategia del partido. En los primeros puestos estarán también Manuela de Madre, Miquel Iceta, Laia Bonet y alguno de los consellers con el objetivo de preservar el perfil catalanista del partido.

Ayer se debatía en instancias del socialismo catalán y español la mejor fórmula para propiciar su desembarco. Había quien incluso no descartaba que hoy mismo las agrupaciones del PSC en l'Hospitalet, donde Corbacho mantiene intacta su ascendencia, le propongan, junto con el ya diputado David Pérez, candidato socialista por la ciudad.

Pero lo más plausible es que Zapatero opte por no evidenciar aún la salida del Ejecutivo del ministro que tendrá que lidiar con la huelga. Por eso es poco probable que hoy sea propuesto. Tras el 29-S, será la comisión de listas de los socialistas catalanes la que lo haga en virtud de la cuota que se reserva en las listas la dirección del partido al margen de los candidatos territoriales. Su sustituto en el despacho ministerial de la Castellana podrá abrir una nueva etapa.

Durante sus años en Madrid, Corbacho no ha desconectado de Catalunya, a la que volvía cada fin de semana. Ha participado regularmente en las ejecutivas del PSC. Evitó, eso sí, estar en la marcha por el autogobierno del 10 de julio tras el recorte del Estatut pero ayer, en Sabadell, elogió la política anticrisis de Montilla captando inversiones chinas en el sector del automóvil.