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Fomento cierra un pacto histórico y Aguirre provoca a los sindicatos

La Comunidad de Madrid echa otro pulso a las centrales al decretar servicios mínimos elevados

B. CARREÑO

'Madrid es especial'. Con esta etérea y categórica afirmación, fuentes del Gobierno de Madrid resumían ayer la situación a la que se ha llegado en la Comunidad liderada por Esperanza Aguirre, que ha sido la primera en diseñar 'por decreto' la imposición de servicios mínimos para la huelga del 29 de septiembre. Y lo hizo el mismo día en que el Ministerio de Fomento cerraba por primera vez un acuerdo global en servicios mínimos del transporte de cara a una huelga general.

El último capítulo del vodevil de desamor de Aguirre con los sindicatos tenía su punto álgido hacia las 11 de la mañana de ayer, cuando Comunidad y sindicatos estaban a punto de cerrar un acuerdo, según señalan todas las parte, que contemplaba un 30% de transporte en hora punta (de seis a nueve de la mañana) y un 25% en horas valle. Sin embargo, y al afectar los mismos mínimos a la Empresa Municipal de Transportes (los autobuses urbanos) y el Metro, los sindicatos pidieron diferenciar las líneas que iban a operar para que no hubiera duplicidad de medio en una misma ruta. Una condición que también se incluyó en el pacto de Fomento.

Aunque las negociaciones continuaron para diferenciar estas líneas, la cúpula de la Comunidad tachó esta concreción de 'falta de voluntad negociadora' y tomando como referencia el mediodía, momento en que finalizaba el Consejo de Gobierno, el Ejecutivo madrileño dio la negociación unilateralmente por terminada y dictaminó la orden con los servicios mínimos. Según fuentes sindicales, esta decisión se tomó mientras las negociaciones seguían su curso con el director general de la Función Pública, y se enteraron por la prensa de que Aguirre había anunciado el fin de las conversaciones.

Para 'curarse en salud', según fuentes internas, la Comunidad decidió elevar los mínimos a los que ya había accedido hasta un 50% en hora punta y un 40% en hora valle. Estos mínimos están en línea con los que fueron duramente criticados por los sindicatos en junio y provocaron la paralización total de Metro. También están en línea con los que se decretaron para la huelga general de 2002 y que posteriormente el Supremo declaró abusivos. Por eso, CCOO y UGT no descartan denunciar al Gobierno de Aguirre por prevaricación, es decir, por tomar decisiones a sabiendas de que son injustas.

En cuanto a los mínimos que regirán en los transportes de nivel nacional, por primera vez en una huelga circularán trenes de alta velocidad, al menos el 20% de los que tengan como destino Madrid, Barcelona, Sevilla y Málaga. También operará el 40% de los vuelos intercontinentales y en menor media los nacionales (10%) y los que enlacen con capitales europeas (ver gráfico adjunto). El pacto llegó al filo de las cuatro de la madrugada de ayer y es el primero global que se firma en democracia ya que en 1994 no se logró cerrar un acuerdo en cercanías.

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