Francisco Álvarez-Cascos ha tardado sólo 48 horas en responder a la negativa de Mariano Rajoy a designarle candidato del PP al Principado de Asturias. Lo hizo ayer como viene comunicándose con la dirección nacional del partido desde que el pasado junio mostró su disposición a encabezar la candidatura autonómica: por carta. El que fuera hombre fuerte de los gobiernos de José María Aznar dijo ayer adiós al partido en el que se ganó el apodo de 'general secretario', por su mano dura como número dos, con una carta plagada de críticas a Rajoy, al que acusa de complicidad con los dirigentes del PP asturiano, que según él le han insultado, y de incumplir los estatutos.

¿El motivo de la baja? 'No recibir el amparo solicitado reiteradamente al órgano competente [del partido] ante los menosprecios, descalificaciones e insultos' que, en los últimos meses, le dirigieron 'otros militantes, cobijados con membrete oficial del PP de Asturias', rezaba la misiva adelantada por el diario El Comercio. Con esta decisión, Cascos se despide del partido en el que ha militado 34 años 'por razones de dignidad personal'.

El partido contestó con un comunicado en el que lamentó su marcha

Si Rajoy quiso dejar cerrado el culebrón asturiano el último día de 2010, el nuevo año le ha premiado con otro episodio que se prevé largo. Y que puede dar aún muchas sorpresas, además de abrir heridas entre el sector duro y el moderado del partido. En el entorno del ex ministro aseguran que está estudiando cómo presentarse a las elecciones asturianas, con la sangría de votos que ello podría suponer para el PP. Se trata de una petición que inunda ya las webs que le apoyan y algunas redes sociales.

En la carta, que destila resentimiento, el ex ministro recuerda cómo, desde el sector rival, partidario de la ya candidata Isabel Pérez-Espinosa, se han vertido en los últimos meses descalificaciones contra él 'galáctico', 'sexagenario' o 'terrorista callejero', cita por el hecho de haber solicitado un 'cambio profundo' en el PP asturiano. Unas palabras que, según insiste, Rajoy no sólo no ha castigado, sino que ha premiado. 'Los autores de los comportamientos denunciados acaban de ser legitimados por ti y recompensados con el nombramiento que reclamaban, lo que no tiene precedentes en la historia del partido', apuntilla.

En el documento, su autor cita al alcalde de Oviedo, Gabino de Lorenzo, en quien los casquistas ven el 'cerebro' de la 'operación' que el PP regional emprendió contra el que fue mano derecha de Aznar.

Cascos había recibido el apoyo de Aznar y de Esperanza Aguirre

Pero hay párrafos aún más duros contra Rajoy. Como el que apunta a que los insultos han contado con el 'consentimiento expreso, cuando no la complicidad' del presidente de los conservadores. El ex ministro recuerda al líder del partido que correspondía 'de oficio' a la dirección nacional atajar estas conductas y velar por el cumplimiento de los estatutos'. Y que su dejación de funciones a la hora de hacer cumplir las normas internas de la organización le han generado 'una indefensión incompatible con una militancia digna'.

La reacción oficial del PP fue la de emitir ayer un escueto comunicado lamentando la decisión 'de abandonar el partido en el que tan importantes responsabilidades ha desempeñado tanto en la organización como en los gobiernos del PP'.

El partido responde con un comunicado en el que lamenta la decisión

Además de asegurar que la solicitud de baja ayer no había sido recibida, el documento añadía que tanto el partido como sus dirigentes 'siempre han reconocido públicamente las aportaciones que Francisco Álvarez-Cascos ha realizado al PP desde su formación'. Y que 'siempre' tendrá allí 'su casa'. El ex hombre fuerte de Aznar tardó en responder: el partido miente, aseguró sin rodeos, porque él mismo entregó la carta en la mañana de ayer.

Fuentes de la dirección nacional explicaron que la decisión sobre el candidato en Asturias había sido muy meditada. Y que la balanza se inclinó a favor de la concejal ovetense primero porque era la propuesta de la dirección regional y, además, porque las demandas de Cascos eran inasumibles. El ex ministro puso como condición que fuese un congreso extraordinario el que le nominase. Las mismas fuentes apuntaron a la intención de Rajoy de dar por cerrada esta crisis.

En esta frustrada aventura el ex vicepresidente no ha estado solo. Pesos pesados como Esperanza Aguirre o José María Aznar salieron en su apoyo. Varios dirigentes temen ahora que sus reacciones contribuyan a que la fractura en Asturias se extienda en un momento en el que las encuestas les son favorables. Ayer mismo, el presidente del PP de Chamberí (Madrid), donde militaba Cascos, tachó de 'mezquina' la actuación del partido con el ex titular de Fomento, a la vez que convocó a su comité ejecutivo para el día 12 como gesto de apoyo.

El misterio sobre el camino elegido ahora por Cascos podría desvelarse en las próximas horas. 'Será él quien desvele la fórmula', declararon en su entorno. Las mismas fuentes dieron alguna pista. 'Si la idea cuaja, se pondría al frente de un movimiento independiente alejado de los partidos políticos al uso y en él se integrarían personalidades relevantes de la comunidad asturiana'.