Público
Público

La racanería causó el desastre del golfo de México

Los expertos nombrados por Obama desvelan los «fallos sistémicos » de la industria petrolera y alertan de que la fuga puede repetirse

 

ISABEL PIQUER

La peor marea negra de la historia de Estados Unidos no fue un incidente aislado provocado por 'responsables deshonestos de la industria o del Gobierno' sino el resultado de un fallo 'sistémico' de las explotaciones petrolíferas en aguas profundas. Son las conclusiones del informe final sobre el vertido del golfo de México, que advierte de la necesidad de tomar medidas drásticas para evitar que otro suceso 'pueda ocurrir'.

Un avance de las conclusiones de la comisión de expertos que Barack Obama nombró el verano pasado para analizar las causas que condujeron al accidente ocurrido el 20 de abril en la plataforma Deepwater Horizon, que provocó el derrame de cinco millones de barriles de petróleo y la muerte de 11 operarios, apunta a la existencia de 'errores evitables' por parte de BP.

El informe señala que BP ahorró 'mucho dinero' con sus decisiones

El suceso no se habría producido de no haber sido por los errores de gestión que cometieron BP y sus dos principales empresas subcontratadas, Halliburton y Transocean, a las que acusa de haber incurrido en sendos 'descuidos'. Según los expertos, las tres empresas no supieron evaluar los riesgos de las operaciones de la plataforma y no se comunicaron adecuadamente entre ellas.

El informe describe grandes errores de BP, de Halliburton, que supervisaba el depósito de cemento en el pozo Macondo, y de Transocean, propietaria y operadora de la plataforma. BP es responsable de no usar un 'perfil de cimentación' u otra herramienta de diagnóstico para probar la estabilidad del depósito de cemento. El informe dice que el 'error fundamental' de la petrolera fue no tomar precauciones antes de verter el cemento para contener el flujo de petróleo y gas desde el pozo.

Una solicitud de BP fue aprobada en sólo 90 minutos por las autoridades

En un ejemplo citado por la comisión, una solicitud de BP para colocar 'un tapón de cemento a profundidades inusitadas' fue aprobada en tan sólo 90 minutos por la agencia federal encargada de vigilar las explotaciones en tierras del Gobierno, el Minerals Management Service (MMS, por sus siglas en inglés).

Más allá de fallos puntuales, el informe revela los 'fallos sistémicos' de una industria, la de la exploración petrolífera en alta mar, que funciona con una escasa supervisión de la administración y sólo se preocupa por recortar gastos. 'Muchas de las decisiones de BP, Halliburton y Transocean incrementaron el riesgo de explosión en el pozo Macondo y claramente ahorraron a las empresas mucho tiempo (y dinero)', asegura el informe.

La explosión 'no fue el resultado de una serie de decisiones erróneas de una industria indisciplinada o la falta de prevención de unos funcionarios. Las causas son más generales y un incidente así podría volver a repetirse si no se reforman tanto las prácticas de la industria como las políticas gubernamentales'.

El informe aconseja que el Gobierno endurezca la legislación. La comisión entregará a Barack Obama su revisión completa sobre el derrame y sus consecuencias la próxima semana. Aunque no tiene autoridad para sancionar a las firmas, proponer medidas o fijar una multa, sus conclusiones pueden influir sobre el futuro de causas penales y civiles relacionadas con la explosión.

Los hallazgos contradicen su informe inicial de noviembre, que no halló pruebas de que los trabajadores del proyecto Macondo hubieran cometido irregularidades para reducir costes. Tras las críticas que provocaron estas primeras conclusiones, el panel trató de aclarar sus comentarios asegurando que no exoneraba a las compañías de sus responsabilidades. Las conclusiones finales coinciden con otras investigaciones previas realizadas por científicos y sendas revelaciones de algunos de los testigos presenciales.

En junio pasado, un trabajador de la plataforma declaró a la BBC que el mecanismo de seguridad había tenido problemas semanas antes del desastre. Aseguró que el mal funcionamiento no se resolvió y que Transocean optó en su lugar por instalar otro dispositivo paralelo, sin intentar averiguar las causas del primer incidente. El problema que se detectó concernía al sistema para prevenir explosiones (en inglés, blowout preventer o BOP), el engranaje que falló en el momento crucial de la explosión y el centro de toda la polémica sobre la catástrofe.

El BOP está básicamente constituido por gigantes cuchillas, una especie de guillotina, que deben cortar el conducto y sellar el pozo si la presión empieza a descontrolarse. Estas cuchillas se activan por un sistema eléctrico y otro hidráulico. The New York Times también publicó en su momento la serie de incidentes que anticiparon la explosión de la Deep-water Horizon. Aseguró que el BOP falló tan sólo por unos centímetros en la noche del 20 de abril, los suficientes para que la presión en el conducto principal provocara la explosión de la plataforma.

Para prevenir este problema, muchas de las plataformas de Transocean en el golfo (11 de las 14) tenían un doble sistema de guillotina como precaución, por si una fallaba. Muchas, excepto Deepwater Horizon. Y eso que los ingenieros encargados de su gestión habían calificado el pozo de 'pesadilla', debido a las altas concentraciones de gas de la capa petrolífera, Macondo, de la que esperaban sacar gran partido. De hecho, la prospección llevaba mucho retraso, lo que estaba costando millones de dólares a BP, de ahí que en las últimas semanas se aceleraran las operaciones, tomando muchos riesgos.

El informe ha tenido pocas repercusiones, de momento. En términos generales, BP no ha salido mal parada tras la catástrofe. La limpieza, las multas gubernamentales, los costos legales y los pagos compensatorios muy probablemente excederán los 40.000 millones de dólares que BP había estimado, de acuerdo con un análisis de Associated Press (incluidos los 20.000 millones para el fondo de compensación a las víctimas) pero quedarán muy por debajo de las estimaciones realizadas por analistas de Wall Street, que pronosticaron costes de hasta 200.000 millones de dólares.

BP sobrevivirá al peor desastre ecológico de EEUU por varias razones importantes: tiene muy poca deuda, sus operaciones globales van a generar 26.000 millones de dólares el año próximo en flujo de capital, el impacto ambiental del derrame no fue tan malo como se temía y parece improbable que el Gobierno prohíba a BP que siga extrayendo petróleo en el golfo de México.

La petrolera no es la única en salir relativamente indemne del suceso. Trece compañías petroleras que debieron suspender sus perforaciones en el golfo tras la marea negra pronto podrán retomar sus actividades sin someterse a un análisis de impacto ambiental, anunciaron el lunes las autoridades estadounidenses.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?