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Llamada a los partidos para que se sumen al pacto social

El presidente ensalza la actitud de sindicatos y empresarios

G. L. A.

Hasta en nueve ocasiones repitió el llamamiento. El presidente del Gobierno pidió ayer al conjunto de las fuerzas parlamentarias, 'empezando por el PP' y 'tras el oportuno diálogo', que se sumen al 'gran acuerdo' en el que el miércoles estampará su firma junto a las de los líderes sindicales y el presidente dela patronal.

Se convertiría así no sólo en un acuerdo social y económico, sino también político, reforzando la equiparación que, por su alcance y contenido, se hace ya con los Pactos de la Moncloa de la Transición. 'Un gran acuerdo de confianza y para el futuro', en palabras de Zapatero. Y, además, 'un motivo de orgullo de país',porque en casi ningún otro se ha logrado.

El presidente del Gobierno no escatimó elogios y reconocimientos a sindicatos y empresarios. 'No era fácil para ellos y han estado a la altura de las circunstancias', subrayó. En el primer caso por razones tan evidentes que ni las recordó, aunque sí resaltó, como 'una lección para todos', que el entendimiento ha sido finalmente posible porque, hasta en los momentos de mayor tensión tras la reforma laboral que condujo a la huelga general de septiembre, 'hemos sabido mantenerles el respeto'. Y en el caso de la nueva dirección de la CEOE, porque ha sido capaz de 'comprometerse con su país' a pesar de 'los gritos de sirena' procedentes de la derecha política.

Zapatero se resarció de algunos tragos amargos diciendo a las claras que en mayo del año pasado, cuando los ataques especulativos pusieron a España al borde de seguir los pasos de Grecia e Irlanda, los dirigentes del PP no tuvieron reparos en 'jugar a que cayera el Gobierno'. 'No han tenido valentía, compromiso político ni coraje para estar al lado del Gobierno en aquella situación de dificultad, ni para plantear sus propuestas',recordó dolido.

Reivindica las reformas como política de izquierdas

Pero ahora dijo confiar en que, puesto que 'ya saben que eso [la caída del Gobierno] no es posible' y que 'las elecciones serán en 2012', Mariano Rajoy cambie de actitud y 'se sume a los acuerdos' en vez de 'estar siempre mirando para otro lado'. 'A ver si la ola de reformas llega también al PP y se reforman ellos, aunque lo de Rajoy parece difícil, ¿no? Pero si no, que estén con nosotros en las reformas que necesita España', dijo en el único momento en el que se permitió el tono irónico.

La defensa que hizo de esas reformas fue contundente y por partida doble: como una necesidad de país, porque con el pacto social, 'aunque no será de hoy para mañana, se va a acelerar la recuperación económica y la creación de empleo', perotambién como una política de izquierdas.

Así, sostuvo que quienes las tachan de derechistas 'no saben lo que es la izquierda' porque su propósito último es conseguir 'una economía competitiva, pero que distribuya la riqueza a través de los impuestos y de las políticas sociales'. En este punto, señaló que la alternativa a 'trabajar algo más' que exigirá la reforma de las pensiones no era otra que 'abrirlas a la expectativa de la capitalización de sistemas privados'. Sobre la recapitalización de las cajas de ahorros, precisó que su deseo es que se haga con capital privado y no público, pero 'nos hacemos cargo de la situación porque es nuestra responsabilidad' .

Zapatero dijo asumir 'con humildad' las críticas de quienes están soportando las consecuencias de la crisis, pero se rebeló contra quienes dicen que actúa subordinado al directorio europeo, obviando que la pertenencia a la Unión Europea y al euro implica 'responsabilidades' y no sólo derechos.

Tras advertir de que seguirán los cambios en la UE, abogó por una mayor integración económica, que incluya la armonización fiscal.

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