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Pedir la cuenta pulsando un botón

Pulsayvoy. Estos siete socios echaban en falta una forma de comunicar las mesas de los restaurantes con los camareros y la cocina

ANA REQUENA

Esperar a que llegue la cuenta del restaurante donde has cenado puede resultar muy pesado. De esta experiencia cotidiana y más o menos habitual, siete amigos sacaron la idea de su negocio. Pulsayvoy es precisamente eso: un servicio para que, pulsando un pequeño interruptor colocado en la mesa, el cliente reciba la atención inmediata del camarero.

'Siempre hemos echado en falta algo que comunicara la mesa con el camarero y también con la cocina; probamos de todo, hasta walkie talkies', dice el socio administrador de la empresa, Javier Hevia, dedicado a la hostelería desde hace 20 años.

Su eficacia y el boca a boca ha hecho que el servicio se extienda

Sin embargo, la idea se materializó cuando uno de los socios se encontraba de viaje en Guatemala. Allí encontró en un establecimiento un interruptor con el que llamar al camarero o pedir la cuenta. Inmediatamente, se pusieron en marcha para localizar a la empresa fabricante, que resultó ser coreana. De eso hace ya más de dos años.

Los siete socios arrimaron el hombro para invertir en un pequeño primer pedido con el que probar. 'Era un interruptor mucho más precario que los que usamos ahora, pero lo pusimos de prueba aquí en mi bar. Esa misma noche llamé a nuestro amigo, que aún estaba en Guatemala, para decirle que esto era lo que buscábamos', recuerda Hevia. Fueron, además, los primeros en traer a España este servicio.

A partir de ahí, comenzaron a colocar el producto en lugares clave, dejando que bares, restaurantes y hoteles lo probaran. 'Temíamos la reacción de la clientela y del personal, por si se sentían más controlados, pero ha sido todo lo contrario: los camareros están más relajados, no tienen que estar pendientes, saben exactamente cuándo el cliente quiere algo; y los clientes se sienten mejor atendidos, es un éxito', asegura Hevia. La empresa cuenta con ocho empleados, 16 distribuidores y un servicio técnico, ya que Pulsayvoy ofrece a sus clientes un servicio de reparación y mantenimiento.

Preparan proyectos para entrar en Portugal, Inglaterra y Francia

El interruptor se ha ido sofisticando hasta contar con tres botones: uno para pedir la cuenta, otro para llamar al camarero y otro para anular la llamada. Además, la cocina cuenta también con un interruptor para avisar a los camareros de cuándo están listos los platos. Los camareros llevan un brazalete al que le llega el aviso del número de mesa o de la cocina. El sistema es inalámbrico, no necesita instalación, y funciona por pilas.

Su eficacia y el boca a boca ha hecho que el servicio ya esté extendido en la hostelería, aunque el potencial de crecimiento es aún muy grande: terrazas, hospitales, clínicas, gasolineras, residencias... Javier Hevia explica que el mecanismo se ha demostrado eficaz para, por ejemplo, usarlo con enfermos, personas con discapacidad, o, por ejemplo, en gasolineras y vestíbulos de hotel. Pulsayvoy está, además, comenzando proyectos piloto en Portugal, Inglaterra y Francia.

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