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Los padres deprimidos golpean más a sus bebés: estudio

Reuters

Por Frederik Joelving

Los padres que se sientendeprimidos son mucho más propensos a golpear a sus hijos queaquellos con buen estado anímico.

Un equipo de Estados Unidos halló que el 40 por ciento delos hombres deprimidos había golpeado a sus hijos en el últimomes, comparado con el 13 por ciento del resto sin depresión.

"Este hallazgo es especialmente preocupante porque esosniños tenían apenas 1 año", escribe en la revista Pediatrics elequipo de R. Neal Davis, de Intermountain Healthcare, en Utah.A esa edad, los golpes causan lesiones y los niños nocomprenden por qué se les hace daño.

El estudio se realizó con entrevistas a más de 1.700 nuevospadres de 20 ciudades de Estados Unidos. "Este es el primerestudio que se concentra en los padres", dijo ElizabethGershoff, experta en desarrollo infantil y relacionesfamiliares de la University of Texas, en Austin.

Gershoff, que no participó del estudio, agregó que lasmadres deberían vigilar a sus parejas si están deprimidos yhacerse cargo del cuidado de sus hijos si el trastornoaumenta.

"Los padres deprimidos se enojan con mucha facilidad. Notoleran que sus hijos se porten mal", agregó.

Según informó el Instituto de Medicina de Estados Unidos enel 2009, más de 15 millones de niños estadounidenses viven conun adulto con depresión.

Estudios previos habían sugerido, pero no demostrado, quelos golpes dejarían una marca psicológica en los bebés que setransformaría en agresividad y otros problemas más adelante.

La Academia Estadounidense de Pediatría y la AsociaciónPsicológica Estadounidense desaconsejan usar golpes paracorregir conductas.

Aun así, una encuesta del 2008 en Estados Unidos reveló queel 77 por ciento de los hombres y el 65 por ciento de lasmujeres opinan que, a veces, los niños necesitan "una buenapaliza".

El nuevo estudio no prueba que la depresión lleve a golpeara los hijos. Pero, si se excluyen algunas de las otras causasmás obvias (desempleo, pobreza y educación), los padresdeprimidos durante el año previo eran cuatro veces máspropensos a golpear a sus hijos que el resto.

Eran también menos propensos a leerles cuentos, aunquejugaban y cantaban con ellos tanto como los padres sindepresión.

Según Gershoff, el estudio sugiere que el tratamiento de ladepresión ayudaría a esos padres. "Tenemos que prestar másatención a cómo los padres disciplinan a sus hijos. Deberíamosaceptar que los hombres se deprimen; que es algo normal", dijola autora.

FUENTE: Pediatrics, online 14 de marzo del 2011

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