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Dos hombres y un solo país

Laurent Gbagbo y Alassane Ouattara, rivales desde la división de Costa de Marfil

GUILLAUME FOURMONT

Todo opone a Laurent Gbagbo y Alassane Ouattara. Hasta en su relación con un país marcado, desde un golpe de Estado en 2002, por la división entre el norte musulmán y el sur cristiano.

Gbagbo es el marfileño del sur, nacido en una zona de producción de cacao, en una familia católica, educado en Abiyán y que luchó contra los excesos de Félix Houphouët-Boigny, héroe de la independencia convertido en dictador. Ouattara es de origen burkinés (su padre), estudió en EEUU y siempre fue fiel a Houphouët-Boigny. Medio siglo después de la independencia de Francia, Gbagbo se ha convertido en un dictador y Ouattara, en el electo representante de Costa de Marfil.

Laurent Gbagbo pasó de ser un líder sindical de izquierdas a tirano

Laurent Koudou Gbagbo, quien supuestamente se ocultaba ayer en un búnker bajo su residencia, nació el 31 de mayo de 1945 en Mama. Una fotografía policial de 1969 muestra su compromiso político: un estudiante de Historia que aspiraba a liberar su país de una nueva dictadura después de la francesa, la de Houphouët-Boigny, presidente entre 1960 y 1993. Su lucha sindicalista le llevó a la cárcel y al exilio. Regresó a Costa de Marfil en 1988, cuando fue elegido secretario general del Frente Popular Marfileño (FPI, en sus siglas en francés). Gbagbo se convirtió entonces en la voz de la oposición de izquierdas, un patrimonio político que fue abandonando desde su llegada a la presidencia en 2000. Y una de las víctimas del clan Gbagbo, encabezado por la esposa del presidente saliente, Simone, siempre ha sido Ouattara.

Allasane Dramane Ouattara nació el 1 de enero de 1942 en Dimbokro, cerca de Yamusukro, la capital. Era el hombre de confianza de Houphouët-Boigny, que lo fichó en 1989 para sacar a Costa de Marfil de la crisis económica. Ouattara Ado, como es conocido se doctoró en Ciencias Económicas en Estados Unidos y fue director adjunto del FMI. Cuando falleció Houphouët-Boigny, en 1993, se negó a abandonar su puesto de primer ministro. Henri Konan Bédié, nuevo jefe del Estado, lo aisló del poder al instaurar un código de marfilinidad, que prohíbe a los no marfileños de sangre presentarse a unas elecciones. Gbagbo se aferró a este código para debilitar a su enemigo, elegido presidente en los comicios de noviembre pasado.

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