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15-M: Una semana más acampados en Sol

Los promotores quieren cerrar un documento con propuestas concretas y viables. El movimiento se trasladará a barrios y pueblos de Madrid

ANA REQUENA AGUILAR

La acampada de la Puerta del Sol se queda, al menos, una semana más. Así lo decidieron ayer en una asamblea multitudinaria centenares de personas. 'La idea es seguir aquí hasta que se acuerden propuestas concretas y viables', explicó ayer Óscar Rivas, portavoz del campamento. En los próximos días, la organización se reestructurará para hacerla más operativa y favorecer un sistema de turnos que permita descansar a los voluntarios. Además, el próximo fin de semana hay convocadas decenas de asambleas en barrios y pueblos de todo Madrid para descentralizar el movimiento.

Las urnas electorales no estaban ayer en la Puerta del Sol, pero nadie quiso perderse la fiesta. La acampada no sólo no perdió atractivo, sino que ganó más adeptos. Por la tarde, ya eran miles de personas las que una vez más volvían a concentrarse y a abarrotar el centro de Madrid. A pesar del buen ambiente, algunas personas del campamento temían que, una vez acabada la jornada electoral, se ordenara finalmente el desalojo.

«Esto cada vez se parece más a un hogar», señalan en el taller de carpintería

Mientras, ya están instalados los paneles solares que el campamento ha recibido en los últimos días. La instalación, bautizada como Huerta del Sol, es uno de los puntos preferidos de los curiosos y ya cuenta con riego a goteo. 'Si aguantamos 40 días, comeremos lechuga', avisa un cartel. Unos metros más lejos, en la calzada, la denominada comisión de respeto ha trazado una acera a cada lado con ayuda de hilo verde para evitar que la gente invada el espacio que les corresponde a los coches. 'Por favor, despejen la calzada, la calle no es peatonal ni está cortada', piden.

'Esto cada vez se parece más a un hogar', dice con una enorme sonrisa un chaval que ayuda en la carpintería, una de las nuevas instalaciones del campamento, donde el ruido de martillos y sierras no para mientras varias personas de todas las edades se afanan en construir nuevos muebles para el campamento.

Los puestos de comida se han multiplicado por toda la plaza. La gente se agolpa en busca de un vaso de agua o zumo para refrescarse del pesado calor que invade estos días Madrid. Algunos voluntarios se encargan de ir rociando a la multitud con difusores de agua. 'Venga, que hay que hidratarse', dicen.

«Comeremos lechuga si aguantamos 40 días», apuntan sobre la Huerta del Sol

La guardería ha ganado espacio, estructura y público. Una pequeña carpa protege a decenas de niños pequeños del sol, y el suelo está cubierto con moqueta para hacer el ambiente más agradable y seguro. Globos, pinturas, ábacos... la mayoría de juguetes procede de donaciones, aunque otros han sido construidos por los acampados. En una mesa, hay zumos y tentempiés reservados para los chiquillos. 'Somos muchos para cuidar aquí de los niños, pero aún así pedimos que uno de los padres se quede dentro para evitar problemas', explica Manuel Martínez, uno de los encargados. En el exterior, un letrero pide, por favor, que no se grabe a los pequeños.

Dentro de la guardería, Pablo Sánchez habla con un amigo mientras vigila a su hijo. Los dos se muestran entusiasmados con todo lo que está sucediendo. 'Estamos felices, sólo hay que ver la cara de la gente, que es de felicidad, de respeto, de dignidad, aquí todos nos miramos de tú a tú, desde un chaval de 15 años a una señora mayor', señala Jesús Plasencia. Para Pablo, por fin ha estallado la reacción de la gente ante la crisis. 'Y la reforma de la Ley Electoral, por ejemplo, aunque los políticos digan que ahora no está en la agenda, es algo muy urgente', apunta.

«Los dinosaurios se defienden como pueden», opinan de la Junta Electoral

La prohibición de la Junta Electoral Central, que el pasado jueves no autorizó manifestaciones y concentraciones durante el sábado, día de reflexión, y ayer domingo, les parece absurda. 'Los dinosaurios se defienden como pueden', ironiza Jesús, que ensalza la actitud pacífica y calmada de la gente durante todos estos días. Los dos amigos especulan sobre el efecto que los acontecimientos de la última semana pueden tener en el voto. Pablo ya ha ido a votar. 'No lo iba a hacer porque no quería entrar en un juego en el que todo el pescado estaba vendido, pero esto precisamente me ha hecho cambiar y he ido', asegura. 'Yo iré luego', dice Jesús tapándose la nariz a modo de broma.

En otra carpa, se ha instalado un punto de encuentro feminista. 'Entendemos que no es el momento de ponernos a hablar de grandes debates filosóficos sobre el feminismo, pero sí queríamos centrarnos en llegar a propuestas prácticas para el campamento', explica Marcia Solano, una de las coordinadoras. Ya han hecho varios talleres, por ejemplo sobre feminismo para principiantes o micromachismos.

Precisamente, una de las controversias de estos días tuvo lugar cuando hace unas noches varias personas colgaron una enorme pancarta en uno de los edificios de la plaza, algo que ya es habitual en el campamento. 'La revolución será feminista' era la consigna, que varios grupos abuchearon y que un hombre arrancó. 'Esa gente no lo entendía y nos decía que era lo mismo que el machismo, pero luego tuvimos todo el respaldo de la asamblea y aquí estamos difundiendo lo que de verdad significa', señala.

En una carpa se dan cursos de feminismo para principiantes o de micromachismo

Marcia Solano, de 29 años, no ha votado. Aunque vive en Madrid desde años, está empadronada en otra ciudad. 'Pedí el voto por correo y cuando vi todas las papeletas no conocía nada de eso a fondo', dice. Por eso, prefirió abstenerse. 'Ya me empadronaré aquí', afirma.

A primera hora de la tarde, un rebaño de ovejas dirigidas por jueces, políticos y medios de comunicación irrumpe en la plaza. Se trata de una performance que tiene mucho éxito y que toda la gente aplaude. Los grupos de debate, mientras, se celebran en los alrededores de la Puerta del Sol. Además de los habituales, sobre economía, política o medio ambiente, hay una novedad: una asamblea con el objetivo de aportar ideas para enriquecer el periodismo, un grupo que ya se ha bautizado como Periodismo Real Ya.

Ayer se cumplió una semana de la manifestación convocada por la plataforma ciudadana Democracia Real Ya (DRY), que dio origen al fenómeno del 15-M en Madrid y el resto del Estado. El éxito ha hecho incluso que algunos imitadores hayan tratado de suplantar su identidad con perfiles falsos en las redes sociales y con propuestas que nada tienen que ver con ellos. Por eso, la plataforma envió ayer un comunicado de urgencia para desmentir algunos hechos que se les han atribuido y que son falsos.

'Han aparecido no sólo reivindicaciones firmadas en nuestro nombre que nada tiene que ver con DRY, sino incluso personas que dicen ser representantes de esta plataforma y que anuncian acciones con fechas concretas. Desde aquí desmentimos esas declaraciones', dicen.

La plataforma quiere dejar claro que no sólo no es un partido político, sino que tampoco pretende serlo, y que no se les puede asociar en ningún caso con formaciones políticas o con sindicatos, ya que, precisamente, se definen como un movimiento apartidista y asindicalista.

Por su parte, la veintena de detenidos el pasado domingo después de la manifestación se reunió ayer y emitió un comunicado donde destaca que la manera en la que actuó la Policía Nacional fue 'desproporcionada y aleatoria'. 'Fue algo vergonzoso ver unos hombres exaltados, vestidos y dotados de toda clase de armamento para asustar y golpear a cualquier cosa que se movía o a cualquier persona que era un poco diferente a lo dictado por las modas de los mercados', apuntan en el comunicado.

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