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El Pacto del Euro castiga a los trabajadores y al gasto social

La ola de austeridad impulsada por Alemania pone en riesgo los avances sociales de la moneda única obviando al sistema financiero que causó la crisis. Los sindicatos y el movimiento 15-M se han rebelado contra los recortes

DANIEL BASTEIRO

Las tres reformas económicas estrella del año en la Unión Europea tienen nombres aparentemente inofensivos e incluso esperanzadores. Una de ellas, ya en vigor, se llama Encuesta Anual de Crecimiento, conocida también como el Semestre Europeo. Pretende 'responder a la crisis y acelerar el crecimiento económico de Europa', según la Comisión Europea. El conocido como paquete de gobernanza, que el Parlamento Europeo y los 27 Gobiernos negocian a contrarreloj para lograr un acuerdo esta semana, es un conjunto de seis propuestas que el Ejecutivo comunitario presentó como 'el refuerzo más completo' de la zona euro 'desde su puesta en marcha'.

Por último, el Pacto del Euro pretende mejorar la competitividad y 'contribuir a un crecimiento más acelerado y sostenible a medio y largo plazo, generar niveles más elevados de ingresos para los ciudadanos y conservar nuestros modelos sociales', según el texto del acuerdo, firmado por los 27 jefes de Gobierno el pasado 25 de marzo.

Sin embargo, cada línea de los cientos de folios de nueva legislación, vista como una 'revolución' para las ya ensanchadas competencias de las instituciones europeas, es un alegato en favor de los recortes y la austeridad diseñado fundamentalmente en los despachos del Gobierno que dirige Angela Merkel. Apenas rebajadas por los retoques propuestos por un Nicolas Sarkozy a rebufo de la canciller, las recomendaciones se fueron consensuando durante meses en un Consejo de Ministros de la UE en el que casi en cada reunión se iba reduciendo el número de miembros de centro izquierda. Jacques Delors, respetado y experimentado europeísta, llegó a calificar al Semestre Europeo como 'el documento más reaccionario producido jamás por la Comisión', que él presidió durante nueve años.

Los sindicatos consideran las medidas injustas y peligrosas

Con él en vigor, Bruselas presenta sin consulta previa con los países miembros una serie de recomendaciones que son aprobadas después por los jefes de Gobierno y limitan los límites de los presupuestos nacionales. En el caso de España, el documento pidió inicialmente una subida del IVA y de los impuestos sobre la energía, al tiempo que abogaba por un abaratamiento del empleo mediante las cotizaciones sociales.

Tras la férrea oposición del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, que vio peligrar el futuro de las pensiones (por la rebaja de las cotizaciones) y la recuperación del consumo (por la subida del IVA), la cumbre de la semana que viene se limitará a hacer, de momento, una recomendación más genérica.

En el caso del paquete de gobernanza, la austeridad se aplicará directamente en forma de tijera en el gasto público, con amenazas de multas y sanciones a los países que se encaminen al incumplimiento del Pacto de Estabilidad, que fija límites para el déficit (el 3% del PIB) y la deuda (el 60% del PIB). Además, impondrá la tutela de la deuda pública y un ritmo de reducción fijo.

Contra ese conjunto de medidas se ha rebelado la Confederación Europea de Sindicatos (presidida por Ignacio Fernández Toxo, líder de CCOO), que lo considera 'injusto, peligroso y condenado a fracasar', según su secretaria general, Bernardette Ségol. Las fuerzas sindicales europeas, incluidas las españolas, han convocado una gran manifestación para pasado mañana en Luxemburgo, un día después de la reunión de ministros de Economía de los 27 países miembros.

Alemania presentó la imposición de recortes a Grecia como la gran vacuna

El Pacto del Euro no es un texto legislativo como los otros dos, sometidos a enconadas negociaciones entre los Gobiernos y la Eurocámara. Pero es el documento con más recorrido, ya que está concebido como una guía espiritual de la Europa poscrisis, un camino que los países que lo firmaron en marzo deben seguir sin desviarse. Sólo Reino Unido, República Checa, Suecia y Hungría se quedaron fuera de un pacto suscrito por los países del euro y otros seis más.

La guía, dividida en cuatro capítulos de reformas, se redactó inicialmente en alemán y sólo a cambio de su firma, una vez debatida, Merkel aceptó continuar apoyando a países como Portugal o Grecia, que desde entonces han necesitado del fondo de rescate multimillonario de la UE. Aunque el plan para Grecia ha fracasado y además ha provocado una fuerte caída de su economía, Alemania presentó el pacto en febrero como la vacuna infalible contra futuros rescates.

Hoy, mientras los ministros de Economía viajan a Luxemburgo para una reunión extraordinaria que trate de solucionar los nuevos problemas de Grecia, miles de ciudadanos convocados desde movimientos como el 15-M o los sindicatos saldrán a la calle para protestar en decenas de ciudades españolas y europeas.

Las peticiones de la UE de control de los mercados son sólo simbólicas

La convocatoria, fomentada en las redes sociales con el apoyo de Democracia Real Ya, pretende unir en una protesta a todo el que no quiera permanecer 'impasible ante todos los ataques y recortes que seguirán aplicándose, esta vez desde Europa'. Según el llamamiento, la aplicación del Pacto del Euro desembocará en el 'empobrecimiento de la sociedad europea en beneficio de la banca y grandes empresas' a través de 'aumentos en la edad de jubilación, privatización del sector público y recortes de derechos atrabajadores'.

Los 23 países firmantes del documento presentarán oficialmente sus compromisos esta semana y serán evaluados en marzo del año que viene. No es el caso de España, que se comprometió ya en marzo a tomar ocho medidas para cumplirlo. Entre ellas se encuentra la reforma de la negociación colectiva, la entrada en vigor de la nueva edad de jubilación o un plan para acabar con la economía sumergida. Fuentes comunitarias aseguran que además de España 'la inmensa mayoría han avanzado ya compromisos' por carta, y recuerdan que el cumplimiento del acuerdo se evaluará año a año, con análisis que tienen por objetivo 'señalar y denunciar' a los incumplidores.

Tanto para sus defensores como para sus detractores, el pacto transformará las raíces del modelo productivo y social europeo.


Según Alemania, si algunos países crecen poco o sufren ahora los ataques de los especuladores no es principalmente por el impacto de la crisis financiera, sino por una estructura laboral ineficiente. El acuerdo supervisará los costes del trabajo, es decir los salarios, que deberían evolucionar con la productividad, bajando cuando esta disminuya o la economía atraviese una crisis. Con oscilación en los costes laborales, sostiene Alemania, se podrían mantener las exportaciones y el empleo.

Delors: 'El Semestre Europeo es el texto más reaccionario de la Comisión'

Según Fernando Valdés Dal-Ré, catedrático de Derecho del Trabajo y la Seguridad Social en la Universidad Complutense de Madrid, 'no es nada fácil y exigiría un alto nivel de transparencia y el acuerdo previo de los agentes sociales para no violar los derechos laborales y sindicales'. Según el profesor, 'en los últimos 30 años, la relación entre los salarios y el IPC ha funcionado y ha garantizado una notable contención salarial al tiempo que mantuvo el nivel adquisitivo del trabajador', que se vería amenazado si se renuncia al modelo.

Para Albert Recio, profesor de Economía Aplicada en la Universidad Autónoma de Barcelona, 'al final se acaba equiparando la productividad a las ventas o a los beneficios', una vía fácil para la precarización cuando la estrategia de la empresa falle. Según Recio, la mayoría de sectores económicos están muy jerarquizados. 'Si tomas como ejemplo Telefónica, que acaba de anunciar despidos masivos, probablemente se pueda decir que la cúpula de empleados de la empresa es muy productiva, pero a costa de subcontratar servicios más baratos'.

Valdés Dal-Ré añade que en España, las rentas del trabajo, es decir, la suma de todo lo percibido por los trabajadores en concepto de salarios, 'ha caído repetidamente en los últimos años con respecto al PIB'. En otras palabras: de la tarta de la riqueza del país, los trabajadores cada vez se quedan con un trozo más pequeño.

Para Josef Niemec, secretario general adjunto de la Confederación Europea de Sindicatos, 'la protección laboral y la indexación de los salarios al nivel de vida ha funcionado bien en países como Bélgica, que sobrevive a la crisis a pesar de que no tiene un Gobierno que imponga medidas de austeridad, o quizás gracias a él', ironiza, en referencia a la inestabilidad institucional del país.


El Pacto del Euro exige la 'revisión del nivel de centralización del proceso de negociación' para evitar los privilegios de trabajadores gracias a su poder en la negociación de convenios. 'Lo que se busca es la negociación individual, en la que el trabajador está indefenso ante el empresario', denuncia Recio, que alerta de que 'creará desigualdades sociales'.

Los recortes de gasto se mantendrán en épocas de bonanza, según los expertos

Además, el pacto pide implantar la 'flexiseguridad', el modelo de contratación que busca el equilibrio entre seguridad y flexibilidad, que funciona con éxito en países como Dinamarca u Holanda, con bajos niveles de paro. 'La flexiseguridad está muy bien, pero sólo si se importa también la seguridad', apunta Valdés Dal-Ré, que recuerda que Dinamarca tiene impuestos altos que garantizan la protección social o la formación permanente. 'En España ya hay más flexibilidad para despedir que en otros países de nuestro entorno, ese no es el problema', señala. 'La prueba de que se atribuye de manera sesgada una gran importancia a este capítulo es que en Navarra o el País Vasco, la tasa de paro es más de 15 puntos inferior a la de Andalucía o Canarias, con el mismo modelo laboral'.


Bajar las cotizaciones sociales es una de las medidas recomendadas en el Semestre Europeo y parte de las propuestas constantes de la Comisión, que la semana pasada propuso subir el IVA a cambio. Numerosos expertos recuerdan que la iniciativa no es nueva en España. Se intentó en 1995 y no mejoró la productividad. Por otra parte, el Gobierno y los agentes sociales han acordado elevar la edad de jubilación hasta los 67 años para sostener el sistema de pensiones, que sufriría un gran golpe si las contribuciones se reducen.

El profesor Valdés Dal-Ré recuerda que la productividad no depende sólo de si el trabajo es barato o caro, sino 'de la I+D, de la capacidad exportadora o de la inversión'. 'Reducirla a los costes laborales es simplista. Lo que se necesita es inversión, un cambio del modelo productivo, del fomento y modernización de la industria', complementa.

El Pacto del Euro quiere dar más poder al empresario en la negociación colectiva

Además, el Pacto del Euro pide el retraso de la edad de jubilación, ya acordado en España y que encuentra más consenso por el aumento de la esperanza de vida y el uso de los sistemas sanitarios por parte de ancianos que sufren enfermedades más largas.


En el paquete de gobernanza se establece la apertura de expedientes preventivos por si un país comienza a desviarse de sus objetivos de déficit y deuda, aunque no llegue a sobrepasar los límites. Además, se obligará a los países con más deuda de la fijada en el Pacto de Estabilidad (en este momento, casi todos), a reducirla a un ritmo estricto.

En el Pacto del Euro se reclama una 'regla de gasto' o un 'freno al endeudamiento' incorporado a la Constitución o leyes más importantes para evitar que el gasto supere al crecimiento de la economía. Según Ramón Baeza, director de Estudios Europeos de la Fundación Primero de Mayo, 'el déficit y la deuda no han estado en el origen de la crisis, son producto de ella por la ayuda a las entidades financieras', por lo que la crisis la acabará pagando quien no deba. Además, 'las políticas de ajuste provocarán una más lenta recuperación económica', recuerda, ya que el Estado se ve incapaz de reactivar la economía con inversión. En tiempos de bonanza, el gasto social tampoco estará a la altura de la riqueza, creando un círculo vicioso en el que, a largo plazo, siempre se gasta menos de lo que es posible.


Las referencias en el Pacto del Euro al control de los mercados son puramente simbólicas, pero sí pide a los Gobiernos que no dejen quebrar a las entidades financieras por el riesgo de colapso del sistema. Según Sony Kapoor, director del centro de estudios Re-Define, 'las reformas han asegurado a las entidades financieras que no tendrán que preocuparse por el mañana, algo que es más temido por los ciudadanos que sufren los recortes'. Para el experto, las reformas avanzan con lentitud y en algún caso son ineficientes.

Albert Recio: 'Ligar productividad y salarios es la vía para la precarización' 

Es el ejemplo de la regulación de las agencias de rating, en el origen de la crisis por sus malos análisis. Tras varias normativas ya en vigor, la Comisión lleva meses preparando una tercera que pretende acabar con el oligopolio y los conflictos de interés. No llegará hasta final de verano.

'Necesitamos una tasa a las transacciones financieras, un sistema de eurobonos que limite la especulación con la deuda de los mismos países de siempre y acabar de una vez con las primas de los directivos, que siguen siendo altas y tributando en regímenes de excepción', en palabras de Niemec, el responsable sindical. La política de rescates, según Kapoor, 'tampoco ha funcionado, salvo para los bancos. Grecia antes del rescate era un problema con solución', advierte.


¿Deberían pagar los europeos los mismos impuestos? Aunque así fuera, en Europa tardaría mucho en aplicarse porque en este capítulo las decisiones se toman por unanimidad. El Pacto del Euro llama a explorar las vías para evitar desventajas entre empresas y un trato desigual a los ciudadanos, comenzando por la armonización de la base del impuesto de sociedades. 'Sería deseable una cierta armonización', asegura Recio, que apunta a países nórdicos donde una mayor carga impositiva ha sido utilizada con eficacia para modernizar la economía. 'Pero si sólo se fijan mínimos, los países con impuestos razonables podrían verse sometidos al dumping', es decir, a una competencia feroz por parte de otros países que utilizarían este aspecto para competir y perjudicar a otros.

El Parlamento Europeo ha pedido en numerosas ocasiones la creación de un IVA europeo que permita financiar proyectos a nivel comunitario, desde donde se puede atacar programas globales de manera más efectiva.

1 Septiembre de 2010. Semestre europeo
Los 27 aprobaron la creación del conocido como Semestre Europeo o Encuesta Anual de Crecimiento, un sistema para supervisar a nivel comunitario los presupuestos anuales antes de que se redacten. De esta manera, la Comisión estudiará la evolución económica de cada país y hará propuestas en el primer semestre del año para el ejercicio siguiente. Las primeras, que incluyen recomendaciones financieras o reformas estructurales, serán respaldadas por los jefes de Gobierno la semana que viene.

2 Marzo de 2011: pacto del Euro
En la última cumbre de jefes de Gobierno, los 27 acordaron por imposición de la canciller alemana, Angela Merkel, una serie de líneas directrices que deberán comenzar a poner en marcha en el plazo de un año. Las reformas incluyen el mercado laboral, el sistema financiero, la competitividad o las cuentas públicas. Alemania las exigió como condición imprescindible para seguir financiando la ayuda a países con problemas.

3 Junio de 2011. Freno al déficit y deuda
Los 27 negocian todavía con el Parlamento Europeo los detalles de nuevos límites al gasto público, la deuda y el déficit conocidos como el paquete de gobernanza, destinados a evitar que países como Grecia, que compromete la estabilidad de la zona euro, sea capaz de llegar a un gran nivel de endeudamiento en el futuro.

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