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Asocian la obesidad y la falta de ejercicio con el dolor crónico

Reuters

Por Eric Schultz

Las personas que hacenejercicio por lo menos una hora por semana tienen menor riesgoque el resto de padecer dolor en la espalda, el cuello y loshombros.

Esto refuerza la posibilidad de que la obesidad y elsedentarismo influyan en el riesgo de desarrollar dolor crónicoen esos sitios, opinó el coautor de un nuevo estudio, doctorPaul Mork, de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología.

El equipo de Mork siguió a más de 30.000 adultosparticipantes de un estudio de Noruega. Les midió el índice demasa corporal (IMC) al inicio del estudio y con qué frecuenciahacían ejercicio. Los participantes fueron seguidos por 11años.

Los autores dividieron a los sujetos en cuatro categoríassegún el nivel de ejercicio y en otras cuatro, según el IMC.Registraron también cuántos de cada grupo desarrollaban dolorcrónico de cuello, hombros y espalda baja.

Uno de cada 10 participantes tuvo dolor en la espalda bajay casi dos de cada 10, en el cuello o los hombros, trasconsiderar la edad, el IMC, el tabaquismo y si hacían trabajosmanuales.

Los hombres que ejercitaban dos horas o más por semana alinicio del estudio eran un 25 por ciento menos propensos atener dolor en la espalda baja 11 años después y un 20 porciento menos propensos a sentir dolor de cuello u hombros, adiferencia de los sedentarios.

Y las mujeres que ejercitaban por lo menos dos horas porsemana eran un 8 por ciento menos propensas a tener dolor deespalda baja que las sedentarias y un 9 por ciento menosproclives a tener dolor de cuello y hombros.

El peso también influyó en la aparición del dolor crónico.

Los varones obesos eran casi un 21 por ciento más propensosa desarrollar dolor crónico en la espalda baja que los hombrescon peso normal, y un 22 por ciento más proclives a tener dolorde hombro o cuello.

Las obesas eran un 21 por ciento más propensas adesarrollar dolor en la espalda baja que aquellas con pesonormal, y tenían un 19 por ciento más riesgo de tener dolor dehombro o cuello.

Mork está convencido de que aun el ejercicio moderado (unahora o más por semana) "puede, de algún modo, compensar elefecto adverso del sobrepeso y la obesidad en el riesgo futurode desarrollar dolor crónico".

"El dolor crónico de cuello y espalda es importante para lasalud pública porque influye en la calidad de vida, ladiscapacidad y el uso de los recursos de salud", indicó eldoctor Adam Goode, fisioterapeuta de la Duke University, enCarolina del Norte, que no participó del estudio.

A mediados de la década de 1990, un estudio de Holandaestimó que el dolor de espalda baja le costaba a ese país casiel 2 por ciento de su producto interno bruto (PIB).

Ahora, el equipo de Mork escribe que "una pequeña reducciónde la incidencia del dolor crónico de espalda baja tiene unimpacto económico enorme".

FUENTE: online 11 de junio del 2011

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