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Cada vez más cerca de la suspensión de pagos

Las agencias de calificación vuelven a amenazar con rebajar la deuda de EEUU

ISABEL PIQUER

Los mercados se están impacientando ante la manifiesta incapacidad de Washington de llegar a un compromiso sobre la deuda. Aunque el Gobierno de Barack Obama y la oposición conservadora lleguen a un acuerdo antes de la fecha tope del 2 de agosto para evitar la suspensión de pagos, las agencias de rating están sopesando rebajar la calificación de la deuda estadounidense si no se alcanza un plan convincente a largo plazo.

'Por primera vez en su historia, nuestro país podría perder su rating de AAA, dejando a los inversores del mundo preguntándose si EEUU sigue siendo una buena apuesta', advirtió Obama el lunes.

La agencia Reuters aseguraba que de los 53 economistas que había entrevistado, 30 estimaban que al menos una de las tres principales agencia de calificación podría rebajar la nota estadounidense. Moody's, Standard & Poor's y Fitch llevan varios días advirtiendo de que podrían tomar medidas.

En este momento cada partido tiene su propio plan. El lunes por la noche, Obama y el líder conservador, John Boehner, expusieron sus diferencias a la opinión pública, en dos comparecencias televisivas en horario de máxima audiencia en las que se echaron mutuamente la culpa del fracaso de las negociaciones.

John Boehner presentó un plan en dos partes, en el que primero aumentaría el techo de la deuda en un billón de dólares hasta finales de año y propondría 1,2 billones de dólares en recortes en los próximos diez. Los demócratas prefieren elevar el techo de la deuda en 2,7 billones de dólares hasta finales de 2012 y recortar gastos por la misma cantidad sin tocar los programas sociales.

El problema principal en este momento son las fechas. Los demócratas quieren un plan que cubra la ampliación de la deuda hasta pasadas las elecciones presidenciales. Los republicanos han propuesto un plazo mucho más corto. 'Una ampliación del techo de seis meses', dijo Obama, 'quizás no evite que recalifiquen la deuda'. El presidente recordó en su discurso que Ronald Reagan había elevado el tope 18 veces y George Bush, siete.

Los republicanos han conseguido bastantes cosas en estas semanas de negociación: convertir el tope de la deuda, un trámite legislativo que se lleva a cabo cada año, en un debate político sobre el déficit y evitar que los demócratas hablen de subir los impuestos. Ninguno de los dos planes habla de aumentar la presión fiscal.

Pese al diálogo de sordos, las dos parten siguen afirmando que EEUU conseguirá honrar su deuda, lo que hace prever sesiones maratonianas de negociaciones de aquí al 2 de agosto. No todos los republicanos están de acuerdo con la propuesta de su partido. Boehner quería presentar hoy su plan a la Cámara de Representantes pero no tiene asegurados todos los votos porque muchos miembros del Tea Party lo consideran demasiado blando. Precisamente por eso, algunos demócratas podrían apuntarse con tal de dar por terminado el debate.

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