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¿Qué esperamos encontrar en el universo? ¿Qué secretos esconde?

¿Por qué los humanos somos monos sin pelo'? ¿Cómo se forma un agujero negro? Investigadores expertos del CSIC contestarán cada día en estas páginas a la curiosidad científica de los lectores

RAFAEL RODRIGO (INVESTIGADOR DEL CSIC)

Llevamos pocos años intentando comprender el espacio infinito, poco tiempo teniendo en cuenta los años de ventaja que nos saca el universo. Aunque hay que admitir que, desde siempre, nuestra curiosidad por lo desconocido nos ha llevado a alzar la mirada al cielo oscuro y a crear mitos y leyendas que explicasen las lluvias de fuego, la desaparición diaria del Sol o su oscuridad total en segundos.

Desde que el hombre llegó a la Luna hace poco más de 40 años, ha habido cambios. Hemos vivido una, yo diría varias carreras espaciales; el abandono de nuestro satélite, no por aburrimiento sino por afán de conocer; hemos girado la mirada hacia Marte y hemos despedido a los mayores vehículos espaciales de la historia, los transbordadores Endeavour y Discovery que en pocos meses ocuparán un espacio en los museos.

Aunque se sueñe con colonias humanas en Marte, aún hay mucho que resolver para lograrlo

La exploración del cosmos y de nuestro entorno más cercano avanza rápidamente. Gracias a nuevos observatorios y a la cada vez más sofisticada instrumentación espacial, hemos obtenido información vital sobre el universo más temprano, más frío o más energético.

¿Qué buscamos? Además de la exploración masiva del planeta rojo, lo que se busca son exoplanetas que podrían albergar vida, algo difícil de momento. Marte y otros cuerpos del Sistema Solar son claves, y a ello dedicaremos la mayoría de nuestros esfuerzos. Aunque se sueñe con auténticas colonias humanas marcianas, aún hay mucho que resolver para lograrlo.

La investigación ha cambiado, aunque se mantiene la búsqueda de entornos prebióticos como los que pudo tener la Tierra hace mil millones de años, y la búsqueda de vida, que pasa por encontrar agua en el espacio en forma líquida.

Ya no confiamos en encontrar vida inteligente, pero sí muy especializada y puede que extraña

Ya no confiamos en encontrar la famosa vida inteligente, aunque sí muy especializada y puede que tremendamente extraña, aunque eso está por ver. ¿Y dónde puede estar esa vida? Científicos de todo el mundo llevan años intentando encontrar supertierras en otras estrellas. En estos planetas podrían darse las condiciones fisicoquímicas para albergar vida, aunque esa vida quizás no mande mensajes. Esos planetas, similares a la Tierra, podrían aparecer en cualquier momento detectados por los ojos del Telescopio Europeo Extremadamente Grande.

Un sinfín de nombres vigilan el espacio y colaboran en esa misión, como los observatorios Planck, Hubble, o nuestra cazadora de cometas, la sonda Rosetta, cuya próxima estación le llevará a 600 millones de kilómetros de la Tierra.

Todo son preguntas, no nos engañemos, sabemos mucho, pero queda mucho más por saber.

¿Cómo buscar algo que no existe? ¿Cómo hablar de lo que no puede verse? La materia que vemos y observamos constituye un porcentaje muy reducido del universo, no más de un 4%. Creemos, según los modelos teóricos, que la materia oscura ocupa un 20% del universo, pero es una materia hipotética, teórica, de la que se desconoce su composición. No podemos observarla, pero sabemos que está ahí, como sabía Galileo que Aristóteles no tenía razón y que era el Sol el que estaba en el centro de nuestro Sistema Solar. Y nos falta todavía la componente más importante. Sabemos que el universo se expande de manera acelerada, pero no puede deberse a la materia que, al contrario, frenaría su expansión, y ello nos lleva a la existencia de la energía oscura muy tenue pero que de forma homogénea domina el universo en más de un 70% y que actúa como una gravedad repulsiva. Los grandes experimentos como el LHC nos traerán alguna luz sobre su verdadero carácter y dimensión.

Y así estamos, buscando el pasado, los orígenes de todo, para entender el presente y el futuro. Lo curioso es que para encontrar esos primeros instantes, para descubrir qué pasó, cómo era todo y responder a la mítica pregunta '¿de dónde venimos?' habrá que esperar a las tecnologías del futuro. Tal vez eso es ironía cósmica...

Rafael Rodrigo es astrofísico y presidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

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