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Italia trata a toda costa de espantar el fantasma del rescate

Un informe asegura que tendrá más dificultades para resistir el embate de los mercados que España

DANIEL DEL PINO

El Gobierno de Silvio Berlusconi prefiere mirar hacia otro lado y desde hace unos días repite sin cesar que 'Italia no es igual que España'. Es exactamente el mismo mantra que usaba para defender su economía del default de Grecia. Pero los seis puntos básicos de distancia que separaron ayer al diferencial de la prima de riesgo italiana y española con respecto a los bonos a diez años alemanes es la señal más clara de que algo está cambiando.

'Los mercados tratan a Italia como a la España de hoy y a la Grecia de hace un año', escribía hace unos días el ex primer ministro, Romano Prodi, en Il Messaggero, en el que también atacaba a Deutsche Bank por haberse desprendido recientemente de 8.000 millones de euros en títulos italianos 'lanzando un mensaje de desconfianza a los mercados'. El propio Berlusconi volvió a repetir ayer que esos mercados 'no hacen una valoración justa del sistema italiano' y que están influenciados 'por factores externos'.

El desplome de la Bolsa de Milán ayer, sin embargo, pone de manifiesto que Italia no se va a salvar por muchas reuniones o conversaciones telefónicas que su ministro de Economía, Giulio Tremonti, mantenga con Bruselas, o por muchas veces que comparezca Il Cavaliere ante el Parlamento y el Senado. Los inversores extranjeros están demostrando ya en la práctica la misma desconfianza hacia Roma que hacia Madrid y la clave está en ver cuál de las dos economías puede reaccionar mejor.

Según un informe del Centre for Economics and Business Research publicado ayer, la balanza se decanta a favor de España. Su razonamiento es que Italia, cuya deuda pública roza el 120 % del PIB, no podría seguir soportando un aumento del rendimiento en los bonos a diez años por encima del 6% actual por mucho tiempo, incluso pese al ajuste de 48.000 millones aprobado en julio. De hecho, si el diferencial continuara así, su deuda alcanzaría el 150% del PIB para 2017. España se salvaría porque su deuda, en el peor de los escenarios, no superaría el 75% del PIB.

El crecimiento de la economía italiana no ha pasado del 0,1% de media en la última década. Ayer, Il Cavaliere y Tremonti se reunieron con bancos, sindicatos y patronal para trazar un programa que impulse la economía. Las medidas irían desde convertir en obligación constitucional el equilibrio en las cuentas públicas hasta la reducción de los costes de la política, pasando por ventajas fiscales para empresas y trabajadores, privatizaciones y más compromiso contra la evasión fiscal.

Berlusconi anunció una agenda detallada para septiembre, pero igual es demasiado tarde.

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