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La dirección de IU sacrifica a Isaura Navarro para salvar la campaña

El federal acepta los candidatos de EUPV pero le impone unas condiciones que debe cumplir antes de mañana

JUANMA ROMERO

Los números que ayer dejó escritos el Consejo Político Federal de IU, vistos en frío, saben a consenso total. La organización aprobó tres puntos calientes: el programa electoral, por el 69,34% de los votos (95 a favor, 41 abstenciones y uno en contra); las alianzas con otras formaciones, por el 94,7% (143 síes, cinco noes y tres abstenciones) y, lo más delicado, las candidaturas, por el 90,97% (141 apoyos, 7 rechazos y 7 abstenciones).

Lo que traducían las cifras era un acuerdo alcanzado in extremis tras horas de negociación entre la dirección federal de IU y la ejecutiva valenciana. Con el pacto, el federal aceptó a los candidatos de Esquerra Unida del País Valencià (EUPV) y la coalición con Izquierda Republicana y no con el Bloc.

Cesión con condiciones

Pero impuso condiciones a  EUPV. Y las deberá cumplir en 48 horas: que retire a su propio representante ante la Junta Electoral Central, que acuda de forma “mancomunada” con IU a las elecciones, para que los votos computen a IU y para que no haya ahogos económicos, pues si EUPV concurriera de forma separada, la dirección federal se encontraría sin recursos para afrontar la campaña. Si mañana la ejecutiva valenciana no certifica sus compromisos, se abriría una nueva ronda de negociación.

EUPV logró su principal objetivo, colocar a Antonio Montalbán (Valencia), Concha Amorós (Castellón) y Miguel Ángel Pavón (Alicante) como cabezas de lista el 9-M. La dirección federal, a cambio, se resignó a perder su apuesta, avalada por las primarias. La castellonense Ana Claramonte, el alicantino Ismael Vicedo y, sobre todo, la valenciana Isaura Navarro, actual diputada, ya no serán candidatos.

“Hemos logrado restar fuerza a Gaspar [Llamazares]”, se congratulaban los críticos con el coordinador. “Estamos satisfechos, pese a todo. Hemos optado por el mal menor. No podíamos arriesgarnos a la ruleta rusa de una votación en el Consejo que podíamos perder”, contraponían fuentes del federal.

Que la crisis aún supura lo demostraban las intervenciones públicas de los dos sectores. Ásperas, preñadas de acusaciones cruzadas. De desconfianza. Y todavía habrá dos listas. “Ha ganado el PCE, pero yo seré candidata. Concurriré con los míos y el Bloc”, confirmaba a la salida Navarro. El pulso continúa. 

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