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'Lozoya', la primera niña neandertal de Madrid

Murió a los dos años y medio y fue enterrada de forma ritual

NUÑO DOMÍNGUEZ

Un grupo de científicos cree haber dado con la primera niña neandertal aparecida en Madrid. Sus restos fueron desenterrados hace diez días a 90 kilómetros de la Puerta del Sol. Son cuatro dientes de leche que indican que murió a los dos años y medio y que fue cuidadosamente enterrada por sus congéneres hace más de 40.000 años, según sus descubridores.

'Creemos que aquí se preparó el suelo e incluso se celebró algún tipo de rito', explicó ayer el arqueólogo Enrique Baquedano, codirector del yacimiento. De confirmarse los indicios sería, dijo, la primera sepultura neandertal de la Península Ibérica.

La niña, apodada Lozoya, vivió con su familia a orillas del río madrileño del mismo nombre, en unos abrigos naturales frente a los que hoy se alza Pinilla del Valle, un pueblo de 196 Homo sapiens. En el Pleistoceno Medio no había por aquí ni rastro de esta especie y eran otros los que ocupaban la cima de la pirámide. 'Los neandertales y los leones de las cavernas eran los reyes', resumió ayer Juan Luis Arsuaga, codirector de Atapuerca y que supervisa las excavaciones junto a Baquedano y el geólogo Alfredo Pérez-González. Lozoya es el tercer neandertal que aparece en los yacimientos de Pinilla, donde hubo una intensa ocupación de estos humanos hace entre 250.000 y 40.000 años, según Baquedano.

Los cuatro dientes de la niña presentan más preguntas que respuestas sobre su muerte. Todos conservan las raíces, lo que significa que no vivió lo suficiente como para que se le cayesen y apareciesen las piezas definitivas. 'La muerte le llegó justo en la época del destete, un momento crítico para cualquier mamífero, ya que, de repente, se pierde el aporte calórico y las defensas de la leche materna', explicó ayer Arsuaga. Es pura especulación, señala el paleontólogo, pero 'no sería ningún disparate' pensar que la muerte de Lozoya coincidió con un nuevo embarazo de su madre, lo que la dejó en desamparo.

Los expertos sólo saben que vivió hace al menos 40.000 años, debido a que, junto a sus restos, se hallaron en la denominada Cueva Descubierta restos de un rinoceronte que se extinguió en esa época. Nuevas dataciones permitirán ajustar la fecha e incluso saber si sufrió enfermedades.

Los restos de la niña aparecieron bajo una capa de piedras redondas. 'Lo más prudente es pensar que fue para proteger el cadáver de las fieras', señala Baquedano, quien no descarta que además fuese un acto simbólico que demuestre que los neandertales, los humanos más cercanos al sapiens, ya tenían una 'creencia en la vida de ultratumba'.

'No cabe duda de que hubo enterramientos neandertales en Europa y hay otros yacimientos que lo prueban, aunque estos no contienen sólo dientes, sino más huesos', señaló ayer a Público Miguel Walker, profesor de Antropología de la Universidad de Murcia. El experto investiga otro posible enterramiento de tres neandertales en la cueva de Las Palomas (Murcia). Advierte de que es pronto para saber si en Pinilla hubo una tumba y señala que hay que esperar a que el equipo del yacimiento publique un estudio completo.

Lo que ya se ha confirmado es la importancia de Pinilla del Valle para entender cómo vivieron y murieron los diferentes neandertales que habitaron en España. En este 'gran cazadero', como lo llama Arsuaga, han aparecido cientos de herramientas líticas y fósiles de sus víctimas frecuentes: ciervos, gamos, corzos, uros (toros salvajes) y rinocerontes, así como las cenizas de las hogueras en las que los primeros madrileños cocinaban sus presas. 

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